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Las bajas de concejales de la xenófoba Plataforma per Catalunya se multiplican

Josep Anglada, líder de PxC (Plataforma per Catalunya)

Benoît Cros

Reina el desorden en Plataforma per Catalunya (PxC). La formación ultraderechista, que carga de manera sistemática contra la “casta política”, vive una crisis permanente que provoca la salida en cuentagotas de sus concejales. Este lunes, los tres militantes de PxC que integran el consejo municipal de la localidad de Manlleu (Antonio Sánchez, Francesc Polo y Humilde Domínguez) anunciaron su baja del partido, con lo que pasarán a ser concejales no adscritos. Pero este no es un hecho aislado ya que, desde 2011, PxC ha perdido 16 concejales sobre los 67 conseguidos en las últimas elecciones municipales, 13 de los cuales han pasado al grupo mixto en sus respectivos consejos municipales. Los tres restantes han abandonado sus concejalías.

Una de las razones parece ser la falta de un discurso unitario del partido ante el proceso de autodeterminación que se vive actualmente en Cataluña. Durante el último pleno del Ayuntamiento de Manlleu, los concejales de PxC afirmaron que el discurso de su partido “no está a la altura de las circunstancias del debate soberanista y el camino, tal vez equivocado, que coge ahora Cataluña”. En la formación conviven desde hace unos años un sector catalanista y un sector más españolista. Si bien los concejales de Manlleu eran considerados como pertenecientes al ala unionista, también hubo bajas en el otro sector. El líder de PxC en la provincia de Girona, Moisés Font, dejó el partido el año pasado e integró el Front Nacional de Catalunya, una formación claramente independentista.

Ambigüedad en la cuestión nacional

Ante el debate nacional, el presidente de PxC, Josep Anglada -un ex miembro de Fuerza Nueva- ha adoptado hasta ahora un discurso ambiguo. Como concejal de Vic (Barcelona), Anglada votó a favor de dedicar una calle a la memoria de Guillem Agulló, un militante valenciano de la izquierda independentista, asesinado en 1993 en manos de militantes de la ultraderecha. PxC también dudó si participar en la concentración en contra de la independencia del 12 de octubre junto con PP y Ciutadans, aunque acabó sumándose. El posicionamiento poco claro en este debate está provocando malestar en el interior de la formación e incluso críticas al liderazgo de Josep Anglada. Al dejar la formación, el concejal de Roda de Ter, Sebastián Povedano, cargó contra las “formas autoritarias” del presidente del partido.

“En el debate nacional les está costando conciliar las diversas posturas, no es su tema”, analiza Aitor Carr, profesor de sociología de la UB y experto en extrema derecha. El crecimiento substancioso en las elecciones municipales de 2011 se basaba en su discurso xenófobo -especialmente dirigido en contra de los inmigrantes de religión musulmana. El extremismo en temas de inmigración, paradójicamente, les costó la pérdida de dos concejales en Salt, pocos meses después de los comicios. Primero fue Juana Martínez, que denunció presiones porque su pareja era de origen subsahariano. Poco después renunció también el concejal Carles Bonet, que reveló públicamente que su compañero sentimental era de nacionalidad dominicana.

Más allá de peleas ideológicas, también se han producido conflictos personales como en el caso de Sant Boi de Llobregat. El delegado de PxC en esta ciudad del área metropolitana de Barcelona, Jordi Illa, anunció su marcha del partido a principios de noviembre. Según explicó, existía un pacto no escrito para que el número 3 de la lista, José Real, abandonara su escaño en el consejo municipal tras dos años de mandato en favor de Illa, que terminó dejando PxC al no cumplirse el acuerdo. El grupo municipal de PxC en Santa Coloma de Gramenet también está inmerso en una crisis: tras varias renuncias consecutivas, el tercer escaño de la formación en el consistorio sigue desocupado desde abril.

Continúan las agresiones y las amenazas

Por otra parte, los esfuerzos de la directiva del partido para dar una mejor imagen están mostrando sus límites, ya que los insultos y las agresiones cometidas por parte de miembros de PxC no se han detenido. El portavoz de PxC en Santa Coloma, Juan Gómez Montero, ha sido condenado tres veces por agresiones en los últimos dos años. El propio Josep Anglada estuvo implicado en dos peleas en abril del año pasado. El líder de PxC también profirió amenazas contra un concejal de ERC en Vic, Joan Ballana. “Si es tan valiente y tan patriota venga al local, señor Ballana. Sabe como subiría los 25 escalones, pero no como los bajaría”, le espetó durante un debate televisivo en el canal local Taronja.

Estos comportamientos y el pasado neonazi de diferentes miembros de PxC están complicando la estrategia de la formación para conseguir apoyos a nivel europeo. Si bien la presidenta del Front National francés (FN), Marine Le Pen, se planteó en un primer momento un acercamiento entre los dos partidos - PxC difundió una foto de Anglada y Le Pen en su página web, una colaboración parece ahora excluida por parte del FN. El partido de Marine Le Pen continúa con su estrategia de lavar su imagen, y no le ha gustado enterarse de que el responsable de asuntos internacionales de PxC, Enrique Ravello, es un ex miembro del Círculo Español de Amigos de Europa (CEDADE), un grupo nazi ahora disuelto. Tampoco gustó la creación de una delegación - ahora disuelta - en la Cataluña Norte, de donde es originario Louis Aliot, número 2 del FN.

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