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El gobierno valenciano liquidará la entidad pública que financió la trama del saqueo de la depuradora de Valencia

Consejo de administración de la Epsar.

Sergi Pitarch

València —

La Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar) tiene los días contados. La Conselleria de Medio Ambiente quiere acabar con la sociedad instrumental que gestiona las 470 depuradoras de la Comunitat Valenciana para recuperar el control funcional tras años de sospechas de corrupción y problemas técnicos y administrativos en su gestión. Gracias a haberse hinchado los precios que la Epsar pagaba por la depuración de aguas de la planta de Pinedo, la trama Emarsa –juzgada en estos momentos en la Audiencia Provincial de València- pudo desviar más de 11 millones de euros del tratamiento de lodos durante la etapa del PP.

Fuentes de la conselleria han indicado a eldiario.es que el Gobierno valenciano prepara una ley para antes de final de año que fusionará la Epsar con la Dirección General del Agua. De momento, el departamento que dirige Elena Cebrián está estudiando los diferentes modelos de gestión que existen en España para incrementar el control sobre un sector, el saneamiento de agua, al que se dedica cada año más de 230 millones de euros de dinero público. Y es que desde su fundación en la etapa del Consell de Eduardo Zaplana, la entidad nunca ha estado sujeta a la fiscalización de la Intervención General y la Abogacía de la Generalitat. Sólo la Sindicatura de Comptes realiza trabajos de fiscalización sobre su contratación cada año y no en pocas ocasiones alertó de problemas en la contratación.

Su gerente entre 1999 y 2011, José Juan Morenilla, es uno de los principales imputados en el caso Emarsa por el presunto desvío de dinero por el tratamiento de lodos. Pese a esta sombra de sospecha sobre la gestión y la denuncia del PSPV a la fiscalía en 2013 sobre contratación irregular –que fue archivada-, el actual gerente, Enrique Lapuente, ha mantenido el mismo equipo directivo que en la etapa popular. Lapuente tampoco ha realizado un trabajo de “levantar alfombras” en una entidad que fue instrumento de financiación irregular de una presunta trama corrupta. La gestión y el servicio es lo primero, es la tesis del gerente que constantemente denuncia la falta de personal en la entidad. La Epsar tiene entre 40 y 45 empleados.

A preguntas del diario.es, el director general del Agua, Manuel Aldeguer, explicó que el pasado día 15 de junio se convocó una reunión con expertos de todas las comunidades autónomas para conocer los distintos modelos de gestión del saneamiento de aguas que se realizan en España. “La Epsar está desfasada en muchos casos, sobre todo en cuanto al control de la administración”, aseguró Aldeguer.

La Epsar no está formada por funcionarios sino por personal externo a la Generalitat que, en algunos casos muy llamativos y como denunció la Sindicatura de Comptes, no pasó ningún proceso de selección. La forma jurídica de la entidad permite “agilizar” los procesos de contratación a costa de la transparencia.

Además, la mayoría de los actuales cargos directivos provienen de empresas adjudicatarias de obras y explotaciones de la entidad. A modo de ejemplo, la secretaria del consejo de administración designada a dedo por el actual gerente, Sabela García, entró a la entidad tras abandonar Pavasal. El encargado de supervisar las depuradoras de la zona de Castelló, Antonio Basiero, proviene de Facsa, que opera el 98 % de las plantas de las comarcas del Norte de la Comunitat Valenciana que ahora vigila.

El pasado 28 de julio, el pleno del Consell aprobó la creación del puesto de subdirector general de Personal y Régimen Económico y Financiero de la Epsar. En realidad un puesto de funcionario empotrado en la entidad para “reforzar” la dirección de la empresa pública hasta que se produzca su liquidación al fusionarse con la Dirección General del Agua. Esta figura se creó, según la versión oficial de la Conselleria, por las dificultades administrativas que tiene la entidad para expropiar terrenos para la construcción de depuradoras.

También es cierto que, por primera vez desde su creación, un funcionario público de carrera entrará en la gestión del día a día de la Epsar. La conselleria y otros cargos políticos forman parte del consejo de administración, aunque algunos consejeros consideran que este control es insuficiente por lo que el nuevo subdirector general de Personal y Régimen Económico y Financiero será los ojos y oídos del departamento de Elena Cebrián en la Epsar.

Pero la elaboración de la ley no será un camino de rosas en la conselleria. De hecho, no es el primer encontronazo que tienen la Epsar y la Dirección General del Agua por las tensiones del mestizaje del Consell. La dirección general está gestionada por el PSPV y el gerente de la Epsar lo nombró Compromís, concretamente Verds-Equo. Habrá que ver en las competencias que se fusionarán cuánto poder mantiene cada uno de los socios del Gobierno valenciano.

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