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La Avenida del Cid que viene: De autopista urbana a bulevar semaforizado

Una de las pasarelas peatonales que se eliminarán

Carlos Navarro Castelló

Valencia —

La avenida del Cid es una de las principales arterias de entrada y salida a la ciudad de València, con una intensidad media diaria de 60.604 vehículos en su tramo más cercano al puente de Xirivella que conecta con la autovía A-3.

Esto la convierte seguramente en una de las vías en las que se alcanzan velocidades más altas, pese a que en uno de sus semáforos existe un radar fijo que sanciona a aquellos vehículos que se saltan el semáforo en rojo.

La avenida cuenta con cinco pasarelas peatonales que la cruzan en altura, las cuales contribuyen a estas altas velocidades por la ausencia de pasos de peatones que suponen y por el aspecto de autovía que le otorgan.

Sin embargo, el Ayuntamiento, en aplicación de la política de pacificación del tráfico que viene siguiendo y de introducir medidas que contribuyan a reducir la velocidad de circulación en toda la ciudad, pero especialmente en las grandes vías y avenidas, acometerá el desmontaje de los citados puentes peatonales para sustituirlos por pasos de cebra con semáforos en la propia calzada.

Al respecto, fuentes de la Concejalía de Urbanismo, encargada de ejecutar el proyecto, han informado que los trabajos cuentan con un presupuesto de 574.000 euros e incluirán zonas de descanso en el centro de la avenida.

Las obras arrancarán a finales de noviembre y durarán seis meses. Además, no supondrán una reducción de carriles de la planta viaria.

Las mismas fuentes han comentado que las cinco pasarelas están ubicadas a la altura de las calles Hermanos Rivas, Burgos, José Maestre-Rincón de Ademuz, Casa de Misericordia-San Miguel de Soternes y Marconi.

El proyecto ha despertado algunas dudas entre los vecinos. Desde la asociación vecinal de Nou Moles consideran que con los pasos de peatones aumentará el riesgo de atropellos y que se generarán más atascos, lo que su vez supondrá un aumento de ruido y contaminación.

Sin embargo, desde Urbanismo consideran que las pasarelas suponen una barrera física que dificultaba la movilidad de las personas con movilidad reducida e impide la conexión entre los barrios de la Olivereta, problemas que quedarán resueltos con esta actuación.

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