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El primer ordenador portátil se trasladaba en un remolque: así era el viejo MOBIDIC

La compañía Sylvania comenzó a diseñar MOBIDIC en 1956

Cristina Sánchez

Cada vez que tienes que llevar tu portátil a cuestas, lanzas algún improperio porque tu mochila pesa demasiado. En esos momentos, te estás quejando de vicio. No te has parado a pensar la sorprendente evolución tecnológica que ha hecho posible que lleves a todas partes un ordenador de uno o dos kilos.

Hace sesenta años comenzaba a diseñarse MOBIDIC (Mobile Digital Computer, Ordenador Móvil Digital), considerado como la primera máquina concebida para ser transportada de un lugar a otro. Nadie podría haber cargado a su espalda semejante aparato: ocupaba un remolque de nueve metros y pesaba casi 5.500 kilos. casi 5.500 kilos.Para ser precisos, ni siquiera podía tirar de él un solo camión: tenía que ir acompañado por otro remolque que transportara las unidades de cinta magnética y el sistema de alimentación eléctrica.

Sin embargo, el antepasado de nuestros ligeros portátiles suponía todo un avance en la era de los primeros transistores. El Ejército estadounidense se encargó de financiarlo como parte de su proyecto Fieldata en los 50. Este programa pretendía desarrollar un protocolo de comunicaciones para recoger datos en el campo de batalla, almacenarlos, procesarlos y distribuirlos.

“Estábamos haciendo investigación fundamental sobre computación digital y sobre cómo afectaría a las operaciones de campo del Ejército. Nuestro esfuerzo principal era definir los requisitos de computación que serían necesarios para el Ejército de los 80”. Así explicaba el objetivo de aquel programa Rolf Kates, uno de los padres de MOBIDIC, según recoge el periodista Evan Koblentz en su fascinante libro 'Del ábaco al 'smartphone': la evolución de los ordenadores móviles y portátiles', en el que ha investigado los orígenes de los dispositivos que movemos de un lugar a otro.

ORDENADORES CAPACES DE VIAJAR AL CAMPO DE BATALLA

En realidad, MOBIDIC no fue el primer intento de la potencia norteamericana por crear un ordenador que se pudiera transportar. A principios de los años 50, tres trabajadores de la Oficina Nacional de Estándares estadounidense que habían presenciado el desarrollo técnico de ENIAC, la primera computadora eléctrica de propósito general, fabricaron los ordenadores SEAC y SWAC a petición del Gobierno.

Poco después, el Cuerpo de Señales del Ejército decidió financiar la investigación para que el SEAC pudiera ser trasladado a un remolque y fuera capaz de realizar sus operaciones, como evaluaciones automáticas de predicciones de viento, en cualquier parte.

El DYSEAC, que ocupó dos remolques de doce metros de largo y tuvo el honor de pertenecer a la primera generación de ordenadores portátiles digitales y electrónicos, estaba preparado para moverse en 1954. Sin embargo, no pasó de ser un prototipo: la arena se infiltró en sus circuitos y estropeó el invento precisamente cuando estaba siendo trasladado.  

Pese a aquel fracaso, el Ejército decidió continuar desarrollando sus propios ordenadores transportables y el Cuerpo de Señales se dedicó a ello en sus laboratorios de Belmar, en Nueva Jersey. Allí arrancó el programa Fieldata y comenzó la construcción del imponente MOBIDIC.

Rolf Kates y otros responsables del proyecto pensaron que, como se trataba de algo a futuro, era mejor no concebir desde un principio MOBIDIC como una máquina dentro de un vehículo. De esta forma, cuando regresara a Belmar, podrían “deshacerse de las ruedas” y tener un ordenador para ellos.

EL MONSTRUOSO PORTÁTIL QUE VIAJÓ AL PENTÁGONO

La compañía de equipos eléctricos Sylvania se encargó de la fabricación. Aunque el contrato inicial con la compañía era de 1,6 millones de dólares, el precio se disparó hasta una cantidad estimada entre los 20 y 30 millones. Al fin y al cabo, el aparato dio unos cuantos quebraderos de cabeza a sus creadores: en las pruebas para comprobar que era capaz de circular sobre terreno abrupto, el remolque se rompió dos veces, aunque el ordenador no sufrió daños.

Con el paso del tiempo, Sylvania fue incluso capaz de demostrar que aquel “sistema de computación de uso general de gran fiabilidad y alta velocidad”, según la documentación técnica de la época, podía adaptarse a condiciones ambientales extremas y desempeñar sus funciones incluso sobre casi medio metro de nieve. 

El MOBIDIC A llegó a las instalaciones del ejército en Fort Monmouth (Nueva Jersey) en 1959, donde se utilizó para realizar pruebas del programa Fieldata, procesar datos o entrenar a los operadores de ordenadores. Incluso estudiantes de Reino Unido, India y Pakistán trabajaron con aquella máquina. Los modelos B, C, D y 7A desempeñaron diversas tareas, desde el estudio de un proyecto de control en el campo de batalla hasta el soporte de un sistema de abastecimiento o el testeo de armas. Uno incluso viajó a la localidad alemana de Zweibrücken, donde el Ejército estadounidense mantenía unas instalaciones.

Si bien el capitán del Cuerpo de Señales William Luebbert quería cientos de MOBIDIC, uno por batallón, su sueño era irrealizable. Había que desarrollar los programas para cada uno y se necesitaban 18 meses para que estuvieran listos.  

Algunos de los escasos MOBIDIC que existieron no solo pasaron por la formación militar. La Oficina Nacional de Estándares estadounidense compró al Ejército el MOBIDIC B en 1965, tras el final del proyecto Fieldata. Allí le proporcionaron un sistema operativo de disco e incluso utilizó el lenguaje de programación BASIC.

Sylvania también fabricó dos aparatos de una versión distinta del MOBIDIC, a la que llamó 9400, que no se podían desplazar, tal y como sus creadores habían ideado. Uno acabó en las oficinas del Pentágono dentro de una jaula Faraday que repelía las cargas electromagnéticas del exterior para evitar el espionaje; el otro lo utilizó la propia Sylvania para procesar datos científicos.

DYSEAC y MOBIDIC no fueron los únicos ordenadores que se transportaron en remolque por aquel entonces. A lo largo de los 50 y 60, el Ejército estadounidense diseñó otros modelos en colaboración con diferentes compañías, como el BASICPAC, que pesaba una tonelada y 'solo' ocupaba 1,6 m2. Incluso IBM colocó su IBM 1401 en un remolque y lo llamó Datamobile. Poco a poco, y para nuestra satisfacción, los portátiles fueron mermando hasta que pudieron transportarse en un maletín.

Eso sí, no sabemos si alguno de los creadores de MOBIDIC reflexionó sobre la semejanza del apodo de su pesada máquina con el nombre de aquella monstruosa ballena blanca que ideó Herman Melville. Tal vez pensaron que, al igual que aquel ficticio cetáceo, MOBIDIC podría convertirse en un mito de la informática. No fue así. Aquel aparato, el primero de su generación ideado para viajar que logró cumplir su propósito, cayó tristemente en el olvido.

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Las imágenes que aparecen en este artículo son priopiedad de Evan Koblentz (1 y 2) y Erik Pittl (3)

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