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Los planes más delirantes de Amazon para su flota de drones repartidores

Uno de los drones repartidores de Amazon surcando el cielo

Cristina Sánchez

Abres la ‘app’ y pides los alimentos que te da pereza ir a comprar. Al instante, el repartidor robótico sale del gigantesco edificio en el que convive con sus congéneres y, en unos minutos, lo divisas sobrevolando tu jardín. Tras esquivar a un pájaro que se cruza en su camino, el vehículo aéreo no tripulado lanza un paquete que se posa con suavidad en el suelo gracias a un paracaídas. Tu compra acaba de caer literalmente del cielo.

Ese podría ser el trayecto de los drones repartidores de Amazon en los próximos años, a juzgar por algunas de las numerosas patentes —más de 60, según la recopilación del Center for the Study of the Drone de la Universidad de Bard— registradas por el gigante del comercio electrónico.

Ya han pasado casi cuatro años desde que Jeff Bezos presentó en la cadena estadounidense CBS los octocópteros recaderos de su futuro servicio Prime Air. “Sé que parece ciencia ficción, pero no lo es”, comentaba entonces el magnate, que presentó su gran proyecto antes de que Google hiciera pública una iniciativa similar, Project Wing.

Aunque ya han pasado sus primeras pruebas en Reino Unido y Estados Unidos, el que fue durante algunas horas el hombre más rico del mundo aún no ha conseguido que sus drones lleven la compra hasta nuestras casas, y algunas de las ideas de sus ingenieros que han sido aprobadas por el regulador estadounidense tienen pocos visos de hacerse realidad. Pese a ello, cualquiera de las patentes que ha solicitado Amazon podría acabar formando parte del trayecto de sus peculiares y futuristas repartidores.

Colmenas, zepelines y postes para recargar drones

“Un vehículo aéreo no tripulado configurado para entregar artículos de inventario autónomamente a varios destinos”. Así se describía el proyecto que conocemos como Prime Air en la primera patente que Amazon presentó al respecto allá por 2013.

Teniendo en cuenta que los centros de logística de Amazon están situados lejos de las ciudades, la duración de las baterías es una de las mayores limitaciones de estos aparatos voladores. Si la compañía planea que las entregas se realicen en menos de 30 minutos, ¿dónde vivirá ese dron repartidor que veremos surcar el cielo? ¿Cómo conseguirá llegar a nuestro hogar por su cuenta y riesgo sin que le flaqueen las fuerzas?

En 2015, Amazon presentó la patente de un edificio de numerosas plantas, similar a una colmena, pensado para acoger a sus vehículos robóticos. Los drones recargarán sus baterías y serán reparados en la peculiar torre, que además contará con un “mando central [...] que podría ser análogo al controlador aéreo de un aeropuerto”, según el documento.

No es la única estructura (ni la más extraña) que Amazon tiene en mente para que sus drones ahorren batería: otra de sus patentes mostraba el diseño de un gigantesco “centro de almacenamiento aéreo”. Similar a un zepelín, sobrevolará el cielo a 13.000 metros de altura y dispondrá de “lanzaderas” de drones.

El gigante incluso ha planteado la posibilidad de transformar el mobiliario urbanomobiliario urbano para instalar nidos para sus drones. Una serie de cubículos podrían situarse sobre farolas, torres eléctricas o iglesias para que los vehículos descansen si las condiciones climatológicas no acompañan o si necesitan recargar sus baterías.

El regulador estadounidense también concedió a la compañía una patente por el diseño de un receptáculo automatizado que podría instalarse en trenes, camiones e incluso barcos para que los drones despeguen, con un brazo robótico en su interior que se encargaría de organizar los paquetes.

Algunos vehículos incluso podrían beneficiarse de que estos robots aéreos sobrevuelen las calles: hace tan solo unos días, se publicó una patente, registrada por Amazon en 2014, que describía un dron provisto de un sistema para recargar las baterías de los coches eléctricos mientras circulan.

Escuadrones de drones con demasiada curiosidad

El dron, que llega desde su colmena y ha repostado en una farola, se aproxima por fin a nuestra casa transportando nuestros preciados bienes. Pero, ¿qué aspecto tiene? ¿Y cómo evita los obstáculos de forma inteligente como si fuera “un caballo”, por usar el mismo símil que uno de los responsables de Amazon?

Parece que la multinacional todavía no lo tiene del todo claro. En 2013, Bezos mostró un vehículo de ocho rotores que se parecía a los drones comerciales pequeños. Un par de años después, la compañía presentó un robot de color azul con una forma muy diferente, capaz de despegar y aterrizar verticalmente (como un helicóptero) y de volar como un avión. Sin embargo, para su primera demostración pública usó un multirrotor que seguía la línea del primer diseñoun multirrotor para sobrevolar Cambridge.

La firma ha recogido muchos otros diseños en sus patentes, algunos de ellos tan originales como un dron que despliega sus alas en el aire despliega sus alas en el aireu otro que tiene tres alas en lugar de dos, e incluso ha ideado vehículos modulares formados por componentes que “el transportista aéreo puede seleccionar”. Es más, sus multirrotores podrían estar diseñados para acoplarse a la perfección con otros: una patente menciona la posibilidad de que se desplacen en formaciónse desplacen en formación, describiendo una suerte de dron gigante en el aire (un “vehículo aéreo no tripulado colectivo”, según el documento).

Otras patentes se dedican a detallar las posibles habilidades del dron que llegará a tu casa, como su capacidad para usar tecnología láser o sónar para detectar obstáculos o sus dotes para escuchar el entorno y evitar estamparse contra algo gracias a sus sensores acústicos. Es más, podrían estar tan bien enseñados que incluso podrían responder a los movimientos de nuestra mano, o eso señala otra patente.

Más preocupante para nuestra privacidad es una de las últimas ideas cuya titularidad ha sido concedida a la compañía, ya que recoge la posibilidad de que los avezados drones analicen los vídeos que graban con sus ojos. “Los ordenadores del proveedor de servicios pueden [...] identificar que los árboles cercanos a la casa del usuario están muriendo, y generar y proporcionar una recomendación al usuario que incluya información sobre servicios de arbolistas”, describe el documento. De ser así, la firma podría pretender que sus repartidores robóticos nos espíen para vendernos más productos.

Aterrizaje en paracaídas o lanzamiento de paquetes

Se parezca a un pájaro, a un avión o a un dron de juguete, probablemente te preguntes qué sucederá desde el momento en que veas (y oigas) a un repartidor robótico acercarse a tu casa hasta el instante en el que tengas el paquete entre tus manos.

Amazon tampoco ha dejado claro en sus pruebas cómo resolverá este problema. Aunque durante las pruebas hemos visto a los drones aterrizando sin más en el césped para dejar el bulto, la compañía tiene otras cuantas ideas para que los drones ni siquiera tengan que detenerse por el camino, desde hacer que se abra un paracaídasque se abra un paracaídas para ralentizar la caída del paquete a desplegar un tubo por el que descendería el bulto evitando la humedad y los golpes.

Otra posibilidad es que los drones, en vez de llegar a nuestras casas, dejen sus fardos en esa suerte de nidos de los que hemos hablado anteriormente. A través de “un tubo de vacío, un montacargas, un elevador o una cinta transportadora”, el paquete llegaría del nido al nivel del suelo, donde nosotros mismos podríamos recogerlo.

Pese a todas estas patentes, Amazon aún no ha desvelado aún cómo sus drones se relacionarán con nuestro tradicional buzón. Y eso que, precisamente, la firma presentaba este verano The Hub, un servicio de taquillas inteligentes para empresas y edificios de apartamentos.

Sin embargo, la forma en que llegarán los drones hasta esos buzones, o si será necesario que los casilleros estén en la azotea, es una de las muchas incógnitas sin resolver de Amazon Prime Air. Aún se desconoce qué inventos patentados por la compañía acabará usando su esperado servicio de reparto con drones, pero algunos de los que hemos descrito bien podrían formar parte del viaje que emprendan sus robots aéreos para llenar nuestra casa de paquetes.

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Las imágenes que aparecen en este artículo son propiedad de Amazon y USTPO

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