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“Necesitamos cuanto antes una normativa de privacidad para internet que regule a toda Europa”

Inaki Pariente, director de la Agencia Vasca de Protección de Datos

Leyre González Grande

San Sebastián —

Vivimos en la era digital. La información es inmediata, el periodismo es 2.0., y recorridos de miles de kilómetros se recortan hasta un 'click' de distancia. Internet gobierna el mundo y en medio de todo este caos informático, nuestros datos personales circulan por la red a merced de quien intente acceder a ellos.

La Agencia Española de Protección de Datos se enfrentó al todopoderoso Google para intentar responsabilizarle de los datos personales que registran las webs a las que pueda remitir su motor de búsqueda. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea emitió ayer una sentencia por la cual no ampara el “derecho al olvido” del buscador, e Iñaki Pariente, director de la Agencia Vasca de Protección de Datos, nos explica cuáles son nuestras alternativas.

Pregunta: Cuando navegamos por internet, ¿Vamos dejando un rastro a nuestro paso allá donde nos registramos o también de otras maneras?

Respuesta: Efectivamente vamos dejando un rastro. Ocurre con toda persona que da sus datos personales, sea de una forma expresa al inscribirte en un concurso, al solicitar una ayuda en la administración o con cualquier otra actuación está dejando sus datos personales en la red; pero también cuando simplemente navegamos por internet, dejamos una impresión de cuáles son nuestros gustos, aficiones, qué páginas visitamos…

P: ¿Hay algún modo de evitar esto o de solicitar que nuestros datos no queden reflejados en la red o en las bases de datos de un sitio web determinado?

R: A día de hoy hay unos mecanismos muy claros, que son el derecho de cancelación y el derecho de oposición. Con la legislación vigente una persona tiene derechos suficientes para oponerse a tratamientos concretos o tiene derecho a solicitar la cancelación de datos en algunos supuestos específicos que se recojan en la norma. Esto hoy por hoy es suficiente para decir que la gente tiene derechos, el problema es que los conozcan y que los ejerzan.

P: Y de no hacer esto, ¿Qué pasa con nuestra privacidad? ¿Queda a merced de cualquiera?

R: Existe un conflicto de derechos, entre los que corresponden a los particulares y el derecho de un buscador a encontrar e indexar información. Los buscadores indexan toda la información que aparece de cualquier persona en internet y la muestran de una forma ordenada y clasificada. Google llegó a utilizar términos incluso de censura y libertad de expresión a la hora de defender su postura. Habría que analizar cada situación, caso por caso.

P: Entonces, ¿No podemos saber de qué modo será tratada la información que aportemos a menos que leamos la política de privacidad específica de cada página web.

R: Exacto. Cuando dejamos nuestros datos en internet tenemos que leer la política de privacidad de esa página. Debemos ser conscientes de nuestros derechos y ejercerlos, tanto en el momento de registro, como durante el uso o la propia cancelación una vez dejamos de utilizar el sitio web. En el caso por ejemplo de la utilización del 'Cloud Computing' (la computación en nube), que ahora se está extendiendo por el ámbito particular, tenemos que saber que al contratar este servicio, que si queremos cambiar de proveedor o si la empresa desaparece y deja de prestar esos servicios, los datos van a ser automáticamente cancelados por contrato. Por lo tanto, hay que leer los contratos para ejercer una cierta diligencia para proteger nuestros datos y de lo contrario debemos acudir a las autoridades de control para que nos tutelen.

P: Hay decisiones que quedan en manos del propio portal, pero ¿hay una normativa que regule ciertas directrices generales a la hora de proteger nuestra intimidad?

R: Está ley en su conjunto, pero existe un problema, y es que la ley orgánica que recoge estos parámetros es del año 1999 y eso trasladado al entorno actual con lo que es hoy en día internet, con las redes sociales y el intercambio de información masivo que existe, mucho de lo que regula esa ley realmente no sirve. Debemos adaptar esa legislación a la situación actual y para eso está actualmente en negociación un reglamento europeo, una ley europea única vinculante para todos los estados que en cuanto se apruebe y entré en vigor defenderá nuestros derechos fundamentales. Ahora mismo su negociación se encuentra en una vía muerta aunque probablemente después de verano haya avances.

P: ¿Y mientras tanto nuestros datos quedan desprotegidos?

R: No es que queden desprotegidos, pero sí es cierto que la lógica en algunos casos cuando hablamos de internet no sirve, o no nos da los resultados esperados. No se contemplan fenómenos tan sencillos como un tweet que se retwittea en un instante por miles de personas. La normativa recoge que si ese tweet aporta por ejemplo datos personales por los que deba ser denunciado, hay que dirigirse a la primera persona que lo emitió para que lo retire, pero alguien que conozca internet hoy en día se da cuenta de que esto es imposible. Necesitamos cuanto antes una normativa de privacidad para internet que regule a todo Europa.

P: Existe una rumorología general, acerca de la capacidad de ciertas grandes empresas y organizaciones que tienen el poder –o el dinero– , para solicitar acceder a nuestros perfiles en las redes sociales. ¿Esto pasa de verdad?

R: El problema en este caso es que Facebook, así como otras redes sociales de ámbito universal, tiene su sede en Estados Unidos y por tanto se somete a la legislación americana. Lo que hay que tener en cuenta, es que si existe una empresa local aunque sea para gestionar la publicidad o asuntos colaterales de una gran multinacional, determina la competencia de la autoridad de control del Estado –en este caso la Agencia Española de Protección de Datos–. Esto por tanto, nos da una pista del posible papel de las autoridades de control sobre las multinacionales como Facebook o Google en el futuro.

P: ¿Entonces esto pasa bajo el consentimiento de los organismos encargados de regular el tratamiento de nuestros datos? ¿O se hace más bien la vista gorda?

R: En el caso de Facebook el problema radica en que en Estados Unidos hay una ley que obliga a las empresas a dar datos personales si la administración así lo requiere. Hay un contrato judicial relativamente secreto, por lo que si se solicitan datos a una empresa, a ésta no le queda más remedio que darlos. En algunos casos, incluso multinacionales como Facebook o Google se han negado a aportar estos datos llegando incluso a los tribunales pero la ley termina obligándoles a hacerlo.

P: ¿Qué medidas o precauciones debemos tomar a la hora de navegar por la red para no quedar expuestos a este tipo de situaciones?

R: Recomendaciones básicas y de sentido común. Pensar antes de actuar. Asegurarnos siempre de que estamos en una página segura y en definitiva ser cuidadosos con los datos que damos y a quién. Es conveniente buscar nuestro nombre en los buscadores para comprobar que información aparece y ejercer nuestro derecho de cancelación.

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