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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Enemigos de partido

José María Calleja

La lucha a garrotazos dentro de los partidos parece arreciar en vísperas de elecciones.

En el PSOE de Madrid han mandado a negro a Tomás Gómez, conscientes de su inagotable capacidad para perder elecciones, sapientes de la alegría que provocaba en el PP tenerlo como adversario. Le han movido la silla de forma prusiana y con estruendo. Gómez no se lo ha tomado a bien y anima a Amparo Valcarce y a Pedro Zerolo a que digan que están dispuestos a ser votados por sus compañeros de partido en primarias, con tal de que no salga como candidato Ángel Gabilondo, más dispuesto a encabezar la lista socialista de lo que yo pensaba. La destitución de Gómez ha sido brutal, por muy necesario que resultase para tratar de ganar las elecciones.

Antonio Miguel Carmona, que puede acabar siendo alcalde de Madrid por incomparecencia del contrario, ha actuado como esos jugadores de fútbol en la presentación del club que les acaba de fichar: ya desde pequeño mi sueño era ser secretario general del PSOE madrileño, ha dicho.

Si finalmente sale como candidato Gabilondo, a pesar de que Gómez esté quemando los algodonales, los socialistas, cambio de cerradura mediante, pueden acabar gobernando aunque no sean los más votados.

En Izquierda Unida se ha demostrado empíricamente una frase aplicable también al PSOE, que enemigos, lo que se dice enemigos, son los del propio partido. La realidad ha hecho coincidir la comparecencia de Moral Santín ante el juez –con su explicación surrealista del saqueo diario y compulsivo, como jugador de Las Vegas, de los cajeros de Caja Madrid, de casada Bankia– con la secuelas calientes de la salida de Tania Sánchez en un camino lleno de regates que desembocará, muy probablemente, en una lista sopa de letras: Podemos, Ganemos, Equo, huidos de IU y los que se quieran sumar, con Tania a la cabeza.

En Podemos –me pongo de rodillas para escribir este párrafo, anticipando eventual penitencia– tenemos dos versiones enfrentadas en Aragón, dos chocantes en Madrid y en Andalucía ha quedado una porque la otra, la oficial de Pablo Iglesias, ha visto que no tenía nada que hacer. Llevamos un cuarto del partido y ya han sido apartados de la foto fundacional Teresa Rodríguez y Pablo Echenique. Por cierto, los dos abandonan el Parlamento Europeo, para el que fueron elegidos, y se presentarán por Andalucía y Aragón, respectivamente.

En el PP, Rajoy parece feliz por tener de los nervios a los aspirantes a candidatos. Esperanza Aguirre, que debía estar descartada por huir de la autoridad y por tener en la cárcel por chorizo a su número dos y “hombre de confianza”, Francisco Granados, es posible que sea nombrada candidata a alcaldesa, aunque solo sea por la pereza que le da a Mariano pensar en otra persona. Por la misma razón, Ignacio González es posible que sea el número uno para la Comunidad, a pesar de su turbia trayectoria. Quedan patentes los odios y desprecios de ambos a Mariano.

De Ciudadanos no tenemos nada que decir, solo subrayar la obsesión de Floriano por hacerlos solo catalanes y, por tanto, para él, no españoles, lo cuál tiene su aquel.

UPyD tiene candidatos en Madrid, después de haber ejecutado al amanecer a Sosa Wagner, su cabeza de lista en Europa.

Tendremos autonómicas y municipales muy abiertas, distintas a todas las anteriores.

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