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“Lo que hay que hacer es mandaros los tanques”

La V de la Diada omple la Gran Via i la Diagonal / ENRIC CATALÀ

Lucía Lijtmaer

“Allò que abans havia estat cosa, allò que abans havia ocupat un lloc, ara relliscava abatut cap endarrere. I en canvi, res no es movia”. Albert Balasch.

“Lo que hay que hacer es mandaros los tanques”, sostiene una mujer culta, treintañera, al día siguiente de La Fecha. El escenario: Zaragoza, mediodía de viernes, familia de clase media alta. Las copas tintinean y los demás comensales asienten. En alguna parte del esternón asciende esa sensación de injusticia, de brutal injusticia ante la agresión explícita, lo no entendido, lo no reconocido, lo que te convierte en aquello extraño.

En ese preciso instante, en Barcelona, en el servicio de Urgencias de un hospital, la televisión. Entre las doce y las dos de la tarde, la cantinela de Televisió de Catalunya reparte los programas destinados a jubilados y parados. Eso, en TV3 implica tertulias, la sección del tiempo y un programa semanal sobre mascotas. En el tiempo hablan de la V del día anterior, y la comparan con una foto de pajaritos que ha enviado un televidente. Qué cosas, el tiempo anterior como previsión. El telediario de las dos de la tarde desgrana qué hicieron aquellos que quisieron ir a manifestarse pero no podían porque estaban enfermos. Después, un monográfico sobre la adolescente que depositó el voto. Pasan los minutos.

“Volem votar! Volem votar!”. Manifestantes con camisetas amarillas y rojas se agolpan durante La Fecha alrededor de los vagones del AVE procedente de Madrid en la estación de Sants y lo zarandean un poco. Mi amiga, que viajaba en ese tren, me lo cuenta cuando salgo de Urgencias, en una bonita terraza junto a un parque. La música suena y nos miramos. Su marido me explica una discusión con un acérrimo independentista, y él apela: “Mi apellido es catalán desde el siglo XI, a mí no me tiene que convencer nadie de nada, qué pesados”. Pienso en el argumento. El esternón se contrae, una vez más.

“¿Dónde estáis los que creéis en el derecho a decidir y no os estáis manifestando, ¿eh?” Leo la pregunta una, dos y tres veces en Facebook, durante La Fecha.

“Han educado así a dos millones de ignorantes” es la respuesta de una tertuliana en La Sexta, al conocer algunos de los datos que maneja la Guardia Urbana.

El director del cuarto periódico en catalán más leído en Catalunya acude a otra tertulia, representando a su medio de comunicación, con la camiseta de la Vía Catalana.

El presidente del Gobierno español hace una metáfora sobre trasplantes y corazones andaluces y catalanes que es demasiado pueril incluso para reírse de ella.

Alguien recuerda la declaración de Marta Ferrusola: “El problema es que las ayudas sólo sirven para los inmigrantes que acaban de llegar. Tienen poca cosa, pero lo único que tienen son hijos”, respaldadas por su marido y Artur Mas.

Ah, Artur Mas. ¿En qué lugar estaba de la manifestación?

¿Cuándo censurará Rajoy al político de su partido que la comparó con las concentraciones nazis?

Pero, sobre todo, ¿dónde estarán todos ellos cuando no se realice la consulta y esto estalle?

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