Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

La UCO en la era de la posverdad

El fiscal general del Estado, durante el juicio que se celebra en el Tribunal Supremo.
11 de noviembre de 2025 21:47 h

40

Al entrar este miércoles los agentes de la UCO en la sala donde se juzga al fiscal general del Estado, sonarán las trompetas alegres que saludan a los héroes de la verdad. No es para menos: en la era de la posverdad, la Guardia Civil se ha convertido en autoridad epistémica. Es una metamorfosis increíble la de ese cuerpo.

La UCO solía perseguir delitos graves. Ahora define los hechos con más credibilidad que las profesiones dedicadas a ello. Varios periodistas dijeron dos cosas durante la instrucción -que han ratificado en la vista oral-. Uno, que ya tenían antes la información, o sea, que no había secreto. Y dos, que, de todos modos, su fuente no era el fiscal. Pero ojo, un informe de la UCO hablaba del “papel preeminente” del fiscal general en la filtración. Y lo mandó al banquillo.

La UCO venía de investigar desde el crimen de Alcàsser hasta los descuartizamientos de Pioz, pasando por la trama Gürtel. Solía dedicarse a crímenes graves: narcotráfico, homicidios, fraude, delitos económicos, tráfico de armas y de personas… En este caso les encargaron buscar un correo. 

Sé lo que estás pensando. Un papelito puede parecer poca cosa comparado con un cargamento de goma-2, pero no. Ese papel es la verdad, no la verdad de si existe dios o si hemos venido a hacer algo a este mundo, no. Me refiero a esa modesta verdad que es un hecho. 

En esta era de la posverdad, han colapsado las autoridades epistémicas clásicas, los profesionales encargados de fijar los hechos. Solían ser los científicos, ahora cuestionados por el negacionismo de ultraderecha; la Universidad, vapuleada por Trump y asfixiada por Ayuso; los periodistas, a los que solo cree el público si refuerzan su prejuicio; y los jueces, con sus casos de lawfare poco disimulados… 

No busquemos más: la sociedad reconoce a la UCO como autoridad epistémica indiscutible. Hace unos días el ministro Ángel Víctor Torres se apoyó en su informe para reivindicar su inocencia: “Ni mordidas, ni mujeres explotadas sexualmente, ni pisos en Atocha”, dijo. La UCO no había encontrado rastro de los bulos que habían corrido sobre él, por tanto, eran falsos.

Tener un buen informe de la UCO es tener al oráculo de tu parte. Mira lo que le pasó a Santos Cerdán. Hubo de leer el documento sobre sí mismo en su escaño para informarse de lo que había hecho. Después lo leyó Pedro Sánchez y lo echó. Con otro informe anterior ocurrió algo extraño: afirmaba que no había financiación ilegal del PSOE y gracias a eso el partido ha confirmado su inocencia. Pero a la UCO le dio por incluir una foto con billetes en un sobre. Esa imagen hizo daño, como que se olvidaran de incluir el bulo de Miguel Ángel Rodríguez en su informe sobre el fiscal general. Pero en fin, el oráculo sabrá por qué lo hizo, no minemos su autoridad, que es la única que queda.

Muchos periodistas se postran de hinojos cuando dan cuenta de un documento de la UCO. De golpe, desaparece el adjetivo “presunto” de las crónicas, y se afirma que un informe “prueba” tal o cual cosa, siendo estas cosas la inocencia o la culpabilidad de personas. Puede venirnos bien para desatascar los juzgados. 

También podríamos internacionalizarla. Hace poco, como solución a la guerra de Ucrania, Trump propuso que se declaren victoriosos tanto Putin como Zelenski y que luego juzgue la historia. No, hombre, no. Les mandamos a la UCO a decidir quién ha ganado la guerra, así no esperamos.

Con la UCO de oráculo, perderemos algo en la lucha contra los corruptos, los mafiosos y los asesinos, pero ganaremos en salud mental. Porque sin una autoridad respetada por todos que establezca la verdad, no hay cordura. Si la Guardia Civil nos ayuda a distinguir lo real de lo irreal, nunca se nos irá la cabeza, como les está pasando a los americanos. En un mundo gobernado por locos cada vez más desconectados de la realidad, estamos llamados a ser una superpotencia.

stats