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La lucha de las rederas por la igualdad sale a la luz en un documental

La lucha de las rederas por la igualdad sale a la luz en un documental
A Coruña —

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A Coruña, 26 jun (EFE).- El documental “Redeiras (Sea Weavers)” da voz a las mujeres gallegas que desarrollan diariamente un duro trabajo manual y cualificado, pero poco valorado. Su lucha por la igualdad, la equidad y unas condiciones dignas se hacen más visible gracias a esta pieza audiovisual.

El cortometraje, dirigido por Edu Marín, coproducido entre Muzungu Producciones y Doha Debates, ha elegido este sábado para su estreno en la lonja de Malpica de Bergantiños (A Coruña), en un acto enmarcado en las celebraciones del Día Internacional de la Gente del Mar.

Una de las trabajadoras que participa en el documental es la presidenta de la Federación Galega de Redeiras Artesás O Peirao, Verónica Veres, quien cuenta en una charla con Efe que la suya nunca fue considerada una profesión, sino “un oficio pasado de madres a hijas de forma artesanal”.

“Cuando había barcos en una familia, la mujer que estaba en casa igual que hacía las camas hacía el aparejo”, relata Veres, quien lamenta que “es triste que ahora que sí está constituida como una profesión con su epígrafe en Hacienda, siga considerándose de segunda”.

En este sentido, reivindica su importancia pues “si no hay quien haga el aparejo no se sale a faenar” y “no hay redes que se compren hechas, las hay que hacer”.

“No fue considerada una profesión hasta el Prestige, que empezaron a dar ayudas para el sector del mar y no constábamos como damnificadas”, relata Veres, que indica que a partir de 2004 las cosas comenzaron a cambiar en Galicia, pero todavía queda mucho por hacer.

Por ello, lamentan que estén excluidas de la Ley de Pesca, y que no se les reconozca el coeficiente reductor para la jubilación anticipada, ni tampoco muchas de las enfermedades causadas por su trabajo.

“Hay rederas que bajan al barco y tienen el mismo peligro que un marinero”, asegura Verónica, quien indica que demandan el mismo coeficiente que tienen las mariscadoras.

Otra de sus luchas se centra en conseguir relevo para la profesión, por lo que han presentado una propuesta de ciclo medio, ya que en este momento solo hay una escuela en Galicia en la que se pueda estudiar para redera de forma reglada, pero para acceder al curso es necesario tener el título de marinero pescador o “estar casada con un marinero”.

“Que tú tengas una embarcación propia no te da derecho a sacarte el título de redera, pero casarte con un marinero sí”, condena. Estos tintes machistas del sector del mar también se reflejan en sus condiciones, pues en muchos puertos ni siquiera tienen un cuarto de baño al que ir, añade.

“Cuando es una profesión de hombres se toman otras medidas. Se vio en el cierre total de la hostelería. Los camioneros se quejaban porque no tenían dónde ir al baño. Esa es nuestra realidad diaria. Tenemos que mear entre dos coches. Si todos nos echamos las manos a la cabeza con los camioneros, ¿por qué no se hace lo mismo con una redera?”, incide.

Por todo ello, celebra la difusión de su realidad a través del documental, pues “cuando hay visibilidad hay mejoras”, ya que “lo que no se ve no duele”.

Esta situación discriminatoria es la que ha llamado la atención del director, Edu Marín, que explica a Efe que su motivación para elaborar esta pieza surgió cuando le contaron la lucha de las rederas gallegas.

Tras percatarse de que “son fundamentales” porque “las máquinas no pueden hacer lo que hacen ellas”, el equipo se trasladó cinco días a Galicia para rodar el corto en los municipios coruñeses de Malpica de Bergantiños y Cariño y en el ayuntamiento pontevedrés de Cangas.

Así, el director presenta la pieza con el objetivo de “alzar la voz de la lucha feminista de estas mujeres para que alcancen la equidad laboral”.

Ana González

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