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El PSOE de Susana Díaz concentra toda su oposición en Ciudadanos para minar su imagen centrista en las generales

Juan Marín, vicepresidente de la Junta de Andalucía.

Daniel Cela

La legislatura andaluza está en ciernes, se ha iniciado un nuevo ciclo político en el que todo lo anunciado está aún por hacer, pero tanto el nuevo Gobierno de Juan Manuel Moreno como los grupos del Parlamento están en fase de hibernación hasta las elecciones generales del 28 de abril y las municipales del 26 de mayo. En este impasse, se está notando una dinámica especialmente destructiva entre PSOE y Ciudadanos, antaño socios de legislatura, y hoy adversarios por encima del resto de partidos. “El enemigo en el Parlamento es el PSOE. Lo bloquea todo”, ha dicho el vicepresidente de la Junta y líder regional de Cs, Juan Marín, en una reciente entrevista en Abc.

Los socialistas creen haber encontrado en sus antiguos aliados “el eslabón débil del acuerdo de las tres derechas” en Andalucía. “El PP no tiene problemas de conciencia por pactar con Vox. A Vox sólo le interesa decir barbaridades para marcar la agenda. Ciudadanos es el que más tiene que perder, porque viene del centro y aquí hay muchos todavía que se creyeron que estaban en un partido liberal”, dice un miembro de la ejecutiva del PSOE andaluz. Esta es la explicación, en síntesis, de por qué cada vez que Susana Díaz u otro dirigente socialista carga contra Ciudadanos, lo hace también mencionando a Vox. “Ciudadanos se incorporó al Gobierno andaluz con un pecado original: el apoyo de la extrema derecha. El fantasma de Vox sobrevuela San Telmo. El señor Marin es vicepresidente de la Junta porque Vox lo ha querido”, ha advertido este lunes la portavoz socialista, Ángeles Ferriz.

La secretaria general del partido en Andalucía confía en que el pacto a tres se rompa por la parte más débil, y que el Gobierno de Moreno se fracture antes de que acabe el año. Toda la oposición del PSOE está concentrada en hacer “irrespirable” el ambiente de Gobierno, en tanto la formación de Santiago Abascal “intoxique” la agenda oficial con sus “barbaridades”: “la lista negra de los trabajadores de las unidades de lucha contra la violencia de género, humillar a las víctimas de la represión franquista, difamar a los profesores que impulsan planes de coeducación en la escuela...”. Para que esta estrategia funcione “a corto y medio plazo”, admiten, es indispensable lo que ocurra en las elecciones generales dentro de un mes. Aquí entra un escenario hipotético que nadie en la dirección del PSOE andaluz asume como propio, y que algunos socialistas consultados atribuyen al entorno de Susana Díaz y otros al de Pedro Sánchez: la moción de censura.

A día de hoy, viendo la dinámica belicista que separa al PSOE andaluz de Ciudadanos, es difícil imaginar esa hipótesis. El relato que se traslada es el de una carambola política en la que el resultado de las generales facilitaría un entendimiento entre PSOE y Cs que permitiese a Sánchez volver a formar Gobierno sin necesitar a los partidos nacionalistas -un escenario improbable por el que Ferraz ha mostrado preferencias, pero que ha sido vetado de antemano por Albert Rivera. Un resultado electoral con victoria del PSOE en España ayudaría a los de Díaz a tensionar aún más la relación de Cs con sus socios de Gobierno en Andalucía, hasta lograr las “condiciones necesarias” para presentar una moción de censura contra Moreno. “Hoy por hoy no se dan esas circunstancias. No hay opciones de presentar una moción de censura en el corto plazo y ganarla, y nunca la presentaríamos para perderla”, dice una voz autorizada del PSOE andaluz, tras recordar que una operación así necesitaría, además de los votos socialistas y de Cs, el apoyo de al menos un diputado de Adelante Andalucía (Podemos-IU).

El partido naranja cree que todo este “ruido” no vislumbra grietas en el Gobierno andaluz, sino en el seno del PSOE. “No va a haber moción de censura”, sostiene Marín. “No hay ninguna grieta por la que la señora Díaz pueda meter el dedo y hurgar, las grietas están dentro del PSOE”, ha zanjado este lunes. Los socios del Gobierno andaluz tienen “vocación de agotar la legislatura”. Admiten altibajos con el PP, falta de coordinación, y una carrera “natural” por querer marcar la agenda del Ejecutivo, “dada la cercanía de las generales”. “Cuando pase el 28A, el ritmo y la relación se naturalizará. Por encima de todo, hay un compromiso compartido de no decepcionar a los andaluces que querían cambio tras 40 años de gobiernos del PSOE”, advierten fuentes de la formación naranja. Marín insiste en que el Gobierno “es sólido, serio, y está cumpliendo los compromisos con los ciudadanos”, y critica a los socialistas por hacer oposición exclusivamente “replicando” y dando “oxígeno” a las iniciativas de Vox. “El PSOE está convirtiendo a Vox en el partido útil de la oposición, le está haciendo un flaco favor a Vox. Susana Díaz está empeñada en que Vox siga creciendo y, mientras tanto, se está convirtiendo en un muro de contención para bloquear las instituciones que haga imposible el Gobierno”, avisa.

Los de Marín reconocen que han endurecido el tono contra sus antiguos aliados en Andalucía, porque la estrategia electoral que ha diseñado el núcleo duro de Rivera desde Madrid así lo ha querido: distanciarse del PSOE de Pedro Sánchez y apostarlo todo por el espacio de centro derecha en el que forcejean con el PP y con Vox. Los sectores más moderados de Ciudadanos en Andalucía no han digerido bien la “rotundidad” con la que se ha planteado esa estrategia de cara a las generales, pero nadie ha manifestado una crítica interna en público.

Fuentes del equipo de Susana Díaz admiten que en este momento “no hay ninguna relación ni diálogo con Ciudadanos, más bien una animadversión exagerada de ellos contra nosotros”. “El vínculo ahora es peor que con el PP. En el Parlamento actúan contra nosotros con una dureza sorprendente, teniendo en cuenta que hace seis meses aún estábamos negociando políticas juntos”, dice Ferriz. La ex presidenta andaluza y su equipo está minando la imagen de sus antiguos socios, asociándolos diariamente a los gestos, declaraciones e iniciativas de Vox, para así ganarles terreno en el espacio del votante de centro.

Ciudadanos es “plenamente consciente” de la estrategia de sus ex socios, de ahí que se cuide mucho de marcar distancias con Vox, pero sin arriesgarse a tensar la relación con un grupo al que necesitarán para aprobar los Presupuestos Autonómicos de este año. El PSOE andaluz reprocha a los naranjas su “falta de contundencia” a la hora de responder a las “bravuconadas” de la formación ultraconservadora. La estrategia de Cs pasa por no sentirse interpelada ni comprometida por cada cosa que haga o diga Vox en el Parlamento. “Yo no me siento responsable ni obligado por ningún acuerdo que yo no haya firmado”, dice Marín, en alusión al pacto de investidura suscrito por PP y Vox, paralelo al acuerdo que los populares han firmado con ellos. El vicepresidente de la Junta niega que el apoyo de la extrema derecha sea imprescindible para la aprobación de los próximos presupuestos, y apela al PSOE a negociar y respaldar las cuentas “por responsabilidad”. Los socialistas ya le han anticipado su rechazo frontal. “Es una fantasmada más de Marín. Sabe que el presupuesto de la Junta debe pasar el filtro de Vox para que lo aprueben”, advierten los socialistas.

El Ejecutivo andaluz no presentará el borrador de sus primeros presupuestos autonómicos hasta junio, cuando hayan pasado las elecciones generales y municipales. PP y Ciudadanos están presentando algunas de las medidas clave de su programa, como la bajada de impuestos, la reducción de los altos cargos en la Junta, las propuestas de regeneración democrática... son iniciativas que tardarán en cristalizar, pero los anuncios sirven de escaparate anticipado para la inminente campaña electoral. El PSOE les acusa de postergar el borrador de los presupuestos para “ocultar recortes y privatizaciones”, pero por ahora no hay datos ni medidas concretas que sustenten estas acusaciones. “¿Por qué voy a pensar que van a gobernar aquí de forma distinta a cómo lo han hecho en Madrid, Comunidad Valenciana o en Castilla La Mancha, donde el PP aplicó recortes y privatización?”, dice Ferriz.

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