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La falta de acuerdo entre Podemos e IU bloquea el salto electoral de Adelante Andalucía para el 10N

Ernesto Alba, de IU, y Pablo Pérez Ganfornina, de Podemos Andalucía, tras las casi cinco horas de reunión.

Daniel Cela

El adelanto electoral del 10 de noviembre ha provocado la primera crisis seria de la confluencia Adelante Andalucía. Sus integrantes, principalmente Podemos e IU, se han encerrado este martes durante casi cinco horas en la sede del Partido Comunista Andaluz (PCA) de Sevilla para discutir cómo concurrir a las próximas generales. No ha habido acuerdo en lo fundamental, que era la propuesta de llevar la marca Adelante Andalucía a las generales, constituirse como subgrupo confederal dentro de Unidas Podemos, y formar grupo parlamentario en el Congreso. Pero sí hay unidad en dos asuntos clave: primero, este debate no conduce, de ninguna manera, a un escenario con papeletas distintas para Unidas Podemos y Adelante Andalucía el 10N; y segundo, hay que preservar la marca de la confluencia andaluza por encima de las diferencias que dividen ahora a sus miembros.

El debate sobre la marca y la autonomía de Adelante en el Congreso se posterga sin otra reunión convocada de momento, y con solo seis días de plazo por delante para presentar una candidatura nueva ante la Junta Electoral Central (la fecha expira el domingo 29 de septiembre). IU conmina a Podemos a buscar la complicidad de las organizaciones estatales para lograr una fórmula de consenso que mejore la representación andaluza en la Cámara Baja. Pero todos saben que por ahí “no hay salida ni margen de maniobra”. Este mismo martes, el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, respondía en una entrevista en Público si estaría dispuesto a ceder un grupo propio a Teresa Rodríguez dentro de Unidas Podemos. “No he recibido ninguna llamada ni mensaje [de Rodríguez]. Si surge un nuevo partido político en Andalucía nosotros lo saludamos con respeto; pero Unidas Podemos se va a presentar en el conjunto del Estado. Lo hizo en abril, y lo haremos en noviembre”.

La coalición de izquierdas en Andalucía se ha cerrado en banda a admitir una fórmula que, dicen, rechazan abiertamente las direcciones estatales de IU y Podemos. El coordinador regional, Toni Valero, le ha propuesto a Teresa Rodríguez, otras fórmulas, menos ambiciosas, que no colman las ansias de Podemos Andalucía de lograr mayor autonomía política y orgánica en su territorio. Por ejemplo, que la papeleta incluya el nombre de Adelante Andalucía adjunto al de Unidas Podemos; y que los diputados andaluces en el Congreso disfruten de un espacio y un tiempo propios en los debates y deliberaciones, como tiene ahora IU y otras confluencias dentro de Unidas Podemos, incluso con capacidad de presentar interpelación al Gobierno.

IU defendía que era un paso para ganar más voz para Andalucía en Madrid, pero a Adelante Andalucía les parece insuficiente: buscan equipararse con otros territorios, como Galicia, Catalunya o Comunidad Valenciana, que disfrutan de mayor autonomía política en el Congreso. Los de Rodríguez hacen un paralelismo entre el debate territorial y el debate orgánico dentro de Podemos, y están convencidos de que cuanto más fuertes y autónomos sean los andaluces dentro de su formación política, más fuerte se oirán los intereses de Andalucía en Madrid.

En esas casi cinco horas de debate interno no ha habido acercamientos en clave de política nacional, pero ambos protagonistas han puesto mucho empeño en preservar la salud de su criatura: “Adelante Andalucía es hoy más fuerte que ayer”, ha subrayado el secretario político de Podemos Andalucía, Pablo Pérez Ganfornina, en una comparecencia junto a su homólogo de IU, Ernesto Alba. Han comparecido los segundos espadas, no los dos líderes. Ambas organizaciones coinciden en que Adelante Andalucía “es un proyecto político de medio y largo recorrido”, los dos están preocupados por que este abrupto debate -a raíz del adelanto electoral- no dañe las expectativas de la confluencia a largo plazo. “No hemos venido a discutir sobre una lista electoral, sino sobre un proyecto político que recupera la soberanía de Andalucía”, sostiene Pérez.

Pero también es obvio que el debate y la puesta en escena ante los medios de sus discrepancias ha provocado arañazos en la confianza mutua. También es obvio que la sintonía personal y política que existía entre Rodríguez y el exlíder de IU, Antonio Maíllo, se ha evaporado en esta nueva etapa, con Valero al frente.

Los morados quieren usar la marca Adelante Andalucía -coalición electoral con la que concurrieron juntos a las andaluzas del 2 de diciembre- en la cita con las urnas de noviembre. Rodríguez reclama, además, que Adelante tenga grupo parlamentario propio en el Congreso, y que se integre como una de las confluencias del grupo confederal de Unidas Podemos. Por último, la líder andaluza de Podemos concluye que es necesario rehacer las listas electorales que Unidas Podemos usó en Andalucía en las generales del 28 de abril -conformadas desde Madrid por candidatos próximos a Pablo Iglesias- y que sean reelegidos “en las provincias andaluzas, de abajo arriba, sin imposiciones”.

Estas tres reivindicaciones han formado parte del frontispicio de Podemos Andalucía desde el principio y constituyen los tres ejes fundamentales del pulso interno entre Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias: autonomía política, orgánica y pedagógica para la agrupación andaluza, como la que ostentaron las mareas en Galicia, En Comú Podem en Catalunya o Compromís en la Comunidad Valenciana. Estas reivindicaciones fueron presentadas en los máximos órganos de decisión de Podemos -la última en Vistalegre II-, pero no lograron el apoyo mayoritario del partido. Iglesias aceptó ceder poder a los territorios, pero nunca llegó a comulgar con un modelo de organización tan descentralizado como el que le pedían los andaluces.

El plan b fue Adelante Andalucía: la confluencia que diseñaron Rodríguez y el ex líder andaluz de IU, Antonio Maíllo, no fue una escisión de Podemos, pero casi. La gaditana montó una coalición electoral para las andaluzas, disputó su liderazgo en primarias a los pablistas, ganó y salió reforzada internamente y como candidata a la presidencia del Gobierno andaluz. Adelante logró 17 diputados el 2 de diciembre, tres menos de los que Podemos e IU habían conseguido por separado en las elecciones anteriores. Se formó un grupo parlamentario con diputados de ambas formaciones, que se reparten los tiempos y los espacios políticos en la Cámara, según su peso dentro de la confluencia.

Esa separación pactada se rompió hace diez días, cuando los dirigentes de Podemos Andalucía empezaron a usar el espacio común -bajo la marca Adelante- para reivindicar una candidatura propia en las generales. Una reivindicación que ni habían pactado ni habían consensuado con IU. Desde entonces, el espacio público que han dedicado a defender la idea de un grupo propio para Adelante en el Congreso es directamente proporcional al silencio con el que han respondido sus socios. Los comunistas no quieren, piensan que este debate no es suyo, sino una prolongación del pulso de Rodríguez con Iglesias. Les reprochan que hayan usado el nombre de Adelante en una pelea interna de Podemos, y se desmarcan de sus reivindicaciones porque, dicen, no cuentan con el respaldo de la dirección federal de Unidas Podemos.

Aquí hay una clave importante: IU Andalucía tiene más peso en el conjunto federal de IU que Anticapitalistas -corriente abanderada por Teresa Rodríguez- en el magma de Podemos. Los comunistas andaluces tiene una excelente relación con su líder federal, Alberto Garzón, mientras que en la formación morada mantienen un vínculo siempre tenso con Iglesias, a quien reprochan su centralismo y la ausencia de un discurso netamente andaluz.

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