El Ayuntamiento del PP en Cádiz homenajea a dos represaliados del franquismo en la entrega de sus restos a la familia

Dos cajas de madera. Sobre ellas, flores rojas, amarillas y moradas. Dentro están los restos de Juan Diego Cortés Pacheco y Manuel Moreno Cortés, asesinados en Cádiz por la represión franquista en 1936. A Manuel lo mataron con un tiro de gracia en la plaza de toros; a Juan Diego, en las murallas de las Puertas de Tierra. Sus cuerpos, como tantos otros, fueron arrojados a fosas en el cementerio de San José de la capital gaditana, donde labores de exhumación e identificación han conseguido dar sepultura digna a estos dos asesinados.

89 años después han podido ser enterrados tras un sencillo homenaje en el salón de plenos del Ayuntamiento de Cádiz. “Este es un acto de reconciliación, de convivencia, de estar unidos para señalar la crueldad con la que arrebataron sus vidas”, ha defendido en su discurso el alcalde Bruno García, del PP. Su partido, del que García es presidente provincial en Cádiz, mantiene abierto el debate en la ciudad sobre si el apellido Carranza debe volver al estadio municipal. Los asesinatos de Manuel y Juan Diego se produjeron mientras Ramón de Carranza era alcalde y gobernador civil de Cádiz en 1936 tras el golpe de estado.

“Estamos muy felices y muy contentos, porque creo que ha sido un milagro que hayan encontrado a nuestro abuelo”, ha contado Rafael Sánchez Moreno, nieto de Manuel Moreno, con voz entrecortada. Su primo, también nieto de Manuel Segundo Moreno, no sabe quién mató a su abuelo, pero sí cómo ocurrió porque se lo han contado los arqueólogos y expertos. “Él apareció con un tiro de gracia… los antebrazos destrozados. Eso quiere decir que puso los brazos para defenderse de la paliza que le estaban dando. Tuvo que ser una barbarie. Mi abuela tenía dos hijas pequeñas, una de ellas mi madre de dos meses… imaginaos cómo lo vivieron. Es muy duro”.

Juan Diego Cortés Pacheco, nacido en 1909, era panadero y miembro del Partido Comunista. Fue detenido en octubre de 1936 y trasladado a la cárcel de El Puerto de Santa María, donde nunca llegó a ingresar: fue ejecutado en el foso de Puertas de Tierra y enterrado el 12 de octubre en el cementerio de San José. Tenía dos hermanos, Enrique y Francisco, también víctimas de la represión; Enrique murió poco antes y Francisco sigue desaparecido.

Manuel Moreno Cortés trabajaba en los servicios municipales de agua y electricidad y había sido despedido de su puesto de funcionario en julio de 1936. Casado y con dos hijas, fue detenido en septiembre y su cadáver apareció en los alrededores de la Plaza de Toros, también enterrado en el cementerio de San José. Muchos años después sus nietos leyeron su nombre en un listado que publicó la Asociación de Memoria Democrática de Cádiz, que incluía nombres y apellidos de personas arrojadas a fosas comunes que habían quedado en el registro del cementerio de la ciudad. Rafael Sánchez ha explicado que la identificación de los restos ha sido larga y complicada. La primera prueba de ADN, la que paga la Junta en la Universidad de Granada, dio resultado negativo. “Nos vinimos abajo”, admite. Al igual que ha ocurrido en otras identificaciones en el municipio vecino de San Fernando, se llevaron esas muestras a un laboratorio privado de Madrid, donde, esta vez sí, dieron positivo. Es lo que ha permitido la entrega de los dos cuerpos y su entierro posterior en el cementerio mancomunado de Chiclana.

En su intervención, Felipe Barbosa, presidente de la Asociación de Memoria Democrática de Cádiz, ha recordado que el régimen franquista dejó casi 700 asesinados en la ciudad, de los que apenas 110 cuerpos se han podido recuperar hasta ahora. “Gracias al trabajo incansable de arqueólogos, antropólogos, historiadores y voluntarios desde 2016 hasta hoy, los familiares pueden cerrar un vacío que llevaba demasiadas décadas abierto”, ha afirmado. Barbosa ha subrayado además la importancia de educar a las nuevas generaciones, con la presencia de alumnado del Instituto Columela: “Ellos son el presente y el futuro, y debemos transmitirles la memoria de lo que ocurrió para que trabajen por una democracia más digna”. 

Desde que se iniciaron las exhumaciones en el cementerio de San José para poder clausurarlo y montar sobre él un parque, ya habido tres entregas de restos a sus familias, pero esta es la primera pública que se hace con un gobierno del PP. El homenaje, de hecho, ha estado presidido por el alcalde Bruno García. Su primer teniente de alcalde, José Manuel Cossi, concejal de Memoria Democrática, ha iniciado la ceremonia destacando el valor de devolver la dignidad a quienes fueron víctimas de la represión franquista: “Hoy es un día de reparación, de justicia y de reconciliación. Justicia para esas familias que, por fin, pueden despedir a sus seres queridos y honrarlos como se merecen”. Cossi ha recordado también la labor de técnicos municipales y del equipo de gobierno anterior con José María González ‘Kichi’ como alcalde, que hicieron posible las primeras exhumaciones.

El cierre del acto ha correspondido al alcalde Bruno García, que ha reafirmado la condena de la crueldad de los asesinatos y ha agradecido la persistencia de los familiares y de la Asociación de Memoria Democrática: “Quiero dar las gracias a los familiares por su lucha en el tiempo. Este es un acto de justicia, pero también de reconciliación y convivencia. Reconocemos la crueldad con la que Juan Diego y Manuel vieron cómo su vida se les arrebataba, y quedamos unidos para honrar a estas personas, símbolos de otras tantas víctimas aún pendientes de reconocimiento”.

García también ha resaltado la importancia de los jóvenes en estos actos y la transmisión de la memoria histórica: “Es fundamental que conozcan la realidad y puedan llevar este mensaje con el tiempo, porque todavía quedan víctimas que deben ser reconocidas”. Es un discurso que contrasta con otro asunto de continua polémica en su ciudad. El alcalde sigue sin cerrar un debate abierto desde que el verano del año pasado diera la razón al Cádiz Club de Fútbol en su intento de eliminar el nombre Nuevo Mirandilla del estadio municipal. Esa denominación la aprobó el anterior equipo de gobierno para borrar el de Ramón de Carranza, el alcalde que asumió el poder en el Ayuntamiento y en el Gobierno civil los primeros meses tras el golpe de estado, justo en el tiempo en que Manuel y José Diego fueron asesinados.

Después de haber aceptado encargar un informe para cambiar esa denominación, las advertencias hechas por el Gobierno de España, las asociaciones memorialistas y algunos juristas de la ilegalidad de esta acción han hecho que García deje en suspenso la decisión. En sus últimas entrevistas, ha vuelto a recurrir al clásico “los cambios de nombre no son mi prioridad” para eludir el tomar una decisión. Recientemente, la plataforma Estadio Carranza ha vuelto a intentar convencer al Ayuntamiento gaditano de que modifique ya el nombre en virtud de una jurisprudencia después de que el Supremo haya anulado la retirada de la medalla de oro de la provincia al ministro franquista José Utrera. Hasta ahora, el PP de Cádiz no ha respondido a esta petición.

Las dos cajas con flores con los colores de la bandera republicana donde descansan los restos de Juan Diego y Manuel han permanecido unos minutos en el salón de plenos, que preside una imagen del Rey Felipe. La familia, los grupos de la oposición, PSOE y Adelante, se han hecho fotos junto a ellas. El Ayuntamiento se ha ofrecido a seguir trabajando junto a la Diputación en la dignificación de la memoria de las víctimas del franquismo.