El PP de Córdoba aprueba en pleno la “presencia física” de la Corporación en las fiestas religiosas

El Pleno del Ayuntamiento de Córdoba ha aprobado esta semana una moción presentada por el Partido Popular, que ostenta el gobierno local con mayoría absoluta, con la que se aprueba como norma municipal que los concejales acudan a las fiestas tradicionales de la ciudad, incluidas las religiosas como las procesiones.

La propuesta del PP –que ha sido apoyada también por Unión Cordobesa (el partido de Rafael Gómez ‘Sandokán’) y votada en contra por IU y PSOE- muestra que el Ayuntamiento de Córdoba “reconoce y apoya” la celebración de tradiciones y fiestas locales “garantizando la presencia física de los miembros de la Corporación en todas aquellas manifestaciones que formen parte de estas tradiciones”.

Y en ese sentido, incluye entre esas tradiciones varias romerías, las fiestas de Navidad, las distintas ferias y “las centenarias cofradías y las de más reciente aprobación”, en alusión a las hermandades religiosas que llevan a cabo el desarrollo de las procesiones de Semana Santa y en otros momentos del año.

El apoyo solicitado por el PP y aprobado en Pleno para las fiestas y tradiciones que, en su opinión, “cuentan desde un tiempo inmemorial con el respaldo masivo de los cordobeses”, debe hacerse así, a su juicio, “no sólo con las partidas presupuestarias que pudieran aportarse, sino garantizando la presencia física” de los concejales en estas actividades.

Pese a la literalidad de la moción, desde el PP se dice que este grupo “no ha pedido obligatoriedad para asistir a los actos”, algo que choca con la moción aprobada. Su portavoz, Miguel Ángel Torrico, hacía hincapié, no obstante, en “la participación del Ayuntamiento y la Corporación en festividades y tradiciones ciudadanas, algunas de ellas lógicamente relacionadas con la tradición de la Iglesia Católica porque es la realidad de la ciudad. Se ha colaborado desde tiempo inmemorial”.

Separación entre instituciones y religión

Desde la bancada de la oposición en el Pleno, esta moción ha servido para poner sobre la mesa la aconfesionalidad del Estado y sus administraciones, así como el papel de los representantes municipales en actividades religiosas. Porque, según han mostrado, no se trataba de apoyar fiestas y tradiciones –cosa que ya se hace desde el Ayuntamiento con una concejalía propia- sino de aprobar la presencia obligada de concejales en las actividades religiosas.

Desde Izquierda Unida, en una postura muy crítica con la moción popular, se ha llegado a decir que esta propuesta supone “la vuelta al nacionalcatolicismo, echar la mirada atrás en torno a 80 o 90 años”, en palabras de su portavoz, Francisco Tejada. “Más allá de la libertad de elección de cada uno, debe haber una auténtica separación entre las instituciones y quienes las representan y las manifestaciones de carácter religioso”, argumenta.

“¿Qué ocurrirá si algún concejal no quiere asistir a algún evento de este tipo? ¿Se impondrán sanciones?”, preguntan desde las filas de IU. “¿Me van a multar? ¿Me va a llevar esposado?”, ha dejado en el aire uno de sus concejales.

Con la misma negativa a aprobar esta moción se ha mostrado el PSOE. Desde el Grupo socialista municipal desoían la propuesta para “garantizar la presencia de nadie en ningún lugar”, en alusión a la literalidad de la iniciativa popular que, en palabras de la portavoz socialista, Inmaculada Durán, trataba de crear “un debate tan estéril, frío y absurdo en los momentos que se viven, con la que está cayendo en la ciudad, con 45.255 personas en paro”.

Cabe recordar que el equipo de gobierno municipal del PP creó en este mandato la figura de la Concejala Delegada Especial de Relaciones con las Cofradías, aparte de la Delegación de Fiestas y Tradiciones Populares.