El Puente de Andalucía abre la puerta de la inestabilidad: nubes y lluvia para despedir un febrero histórico

Andalucía queda ya abocada a cerrar el febrero más cálido desde que existen registros. Las últimas jornadas del mes poco pueden hacer para enmendar un mes histórico en lo meteorológico, por seco, pero fundamentalmente por cálido. El único atisbo de lluvia de todo el mes se daba el pasado 8 de febrero con el paso de un tímido sistema frontal en descomposición que a duras penas dejaba registros apreciables en algunos observatorios de la mitad occidental andaluza. Sólo la entrada de viento de poniente ha venido a enmarañar los cielos de nubosidad, que en alguna ocasión derivó en nieblas y brumas matinales.

Por lo demás, estabilidad y temperaturas de récord propias de marzo o abril. Pero el final de mes quiere poner punto y aparte a esta dinámica. El Puente de Andalucía va a tener dos mitades bien diferenciadas; la primera, durante el viernes 28 y la mañana del 29, como continuidad de lo vivido hasta ahora; la segunda desde la tarde del sábado en adelante con la vuelta de la lluvia a la región.

Un Puente de Andalucía marcado por el cambio

El largo fin de semana andaluz, que este año coincide con el final de las fiestas de carnaval, va a ser puro contraste meteorológico. Si bien el 28 de febrero el ambiente estable y primaveral va a dominar en toda la región, con temperaturas que seguirán siendo elevadas para la época del año, desde la tarde del sábado, la entrada de viento de componente oeste y la llegada de un largo sistema frontal en descomposición, servirá para cubrir los cielos y dejar lluvia débil en las primeras horas del nuevo mes.

Un puente que comenzará con máximas superiores a los 24 o 25 grados en buena parte del interior andaluz durante la tarde del viernes, y que terminará por debajo de la barrera de los 20 grados durante el domingo. Será el sábado 29 la jornada de transición que vea cambiar el tiempo de oeste a este de la región gracias al barrido que hará el frente desde el mediodía. Frente muy poco activo que a duras penas dejará acumulados de más de 1 o 2 litros en algunas áreas de la mitad occidental ya en la madrugada del 1 de marzo. Las precipitaciones podrán ser algo más intensas en puntos de las provincias de Córdoba y Jaén ya en la mañana del domingo, remitiendo progresivamente a lo largo del día.

A últimas horas del domingo, la llegada de un nuevo frente al norte peninsular volverá a ir cubriendo el cielo con nubosidad de tipo medio. Este frente, más activo que el del fin de semana, dejaría lluvias más abundantes y generalizadas a lo largo del lunes 2 de marzo, dejando acumulados de entre 10 y 20 litros por metro cuadrado, más probables en puntos de la mitad oriental, al sur de la Córdoba, la vega del Genil de Granada y buena parte de la provincia de Jaén.

Aunque las áreas costeras de Málaga, Granada y Almería queden al margen de la poca lluvia que se espera, sí que notarán los efectos del viento de poniente, que será especialmente fuerte en el Mar de Alborán, donde se podrán alcanzar rachas de hasta 90 km/h en la tarde del lunes 2 de marzo. Viento que soplará también muy fuerte en zonas montañosas del interior de las provincias de Jaén, Granada y Almería, en especial en las proximidades de la Sierra de Vélez.

¿Vuelta a la normalidad?

La intensa y persistente zonalidad que ha mantenido un continuo paso de borrascas en las Islas Británicas, condenando a la Península Ibérica a la estabilidad anticiclónica, parece dar signos de debilidad. A medio plazo, los grandes modelos de predicción empiezan a desplazar el paso de borrascas atlánticas a latitudes algo más meridionales, afectando en su paso al menos a la mitad norte peninsular. También se intuyen oscilaciones en la Corriente en Chorro, propias ya de marzo, que podrán acabar derivando durante las primeras semanas de marzo en el descuelgue de borrascas aisladas hasta el entorno peninsular, o en irrupciones frías de origen polar o continental.

Es aún alta la incertidumbre que rodea a la evolución que tenga la atmósfera continental en las próximas semanas, pero sí se vislumbra cierta vuelta a la normalidad estacional. Marzo es el mes de tránsito entre dos grandes ciclos climáticos, en el que el gran congelador polar empieza a romper su cohesión, para acabar derivando en desalojos fríos hacia el sur europeo. Un mes en el que puede pasar de todo, donde las templadas tardes del inicio de la primavera climática convivan con las últimas nieves del invierno astronómico.