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Golpes, tigres y otros animales: los titanes del cine andaluz

Rafael Cobos y Alberto Rodríguez, en imagen de archivo.

Alejandro Ávila

Sevilla —
23 de diciembre de 2025 21:53 h

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Alberto Rodríguez, Rafael Cobos y Santi Amodeo. Tres autores con una trayectoria que roza o supera el cuarto de siglo y que los Premios Carmen, de la Academia de Cine de Andalucía, acaban de consagrar con las nominaciones de su quinta edición, así como su éxito en los Premio ASECAN del Cine Andaluz.

Los Tigres (Rodríguez), Golpes (Cobos) y El cielo de los animales (Amodeo) encabezan, de manera indiscutible, esta quinta edición de los Carmen, con un empate a 15 nominaciones entre las dos primeras y 11, la tercera.

Más allá del dato, los premios suponen una poderosa instantánea que retrata la madurez artística de tres de los autores más importantes de -lo que convienen en llamar los teóricos y los periodistas- nuevo cine andaluz.

La filmografía de Alberto (director) y Rafa (coguionista) está íntimamente ligada entre sí a través de una trayectoria que arranca en 7 Vírgenes y culmina, por ahora, en Anatomía de un instante, la Mejor Serie del año para -de momento- los Premios Forqué y los Premios ASECAN del Cine Andaluz.

A través de la emoción del thriller o del cine de género -lo que el propio Cobos llama la peripecia- han explorado, en una segunda capa de lectura, la marginación social, la corrupción política, la brutalidad policial, la memoria histórica o la represión franquista, entre otros muchos temas.

Han hecho, en definitiva, una poderosa radiografía de la herencia, brutalmente violenta, que el franquismo le legó a este país, sin dejar de lado la fascinación humana ni la emoción del cine de género.

Sus obras de 2025 consagran su madurez de narración, estilo y temática. La virtuosidad con la que, por ejemplo, Rodríguez retrata la violencia terrorista de ETA a través de una secuencia electrizante en Anatomía de un instante o dibuja con sutileza la desigualdad de género en Los Tigres; con la que Cobos encarna la memoria histórica del país a través de dos hermanos enfrentados en Golpes; o con la que Amodeo explora el duelo en El cielo de los animales, sitúan a los tres autores en un nivel de indiscutible excelencia internacional.

Futuro alentador

Si bien Los Tigres se ha estrenado en Francia, La Isla Mínima cuenta con su propio remake alemán (muy interesante en su retrato sobre la brutalidad policial tras la caída del Muro) o sus películas han viajado por algunos de los grandes festivales internacionales (Beijing, Toronto, Berlín, San Sebastián…), la deuda del establishment internacional con estas tres grandes figuras de nuestro cine es innegable. Pero llegará.

Y debería hacerlo, por ejemplo, a través de la Academia de Cine Europeo, que se antoja un lugar privilegiado desde el que lanzar y honrar una filmografía que la institución europea, en una miopera centralista francogermana -que ha comenzado a tratarse en el último lustro- no le ha dado aún a estos titanes el lugar que les corresponde.

Si Alberto, Rafa y Santi encarnan, junto a nombres como Benito Zambrano o Manuel Martín Cuenca, la base de ese nuevo cine andaluz, las nominaciones en Mejor Dirección de los Carmen arrojan una perspectiva muy interesante, en las que a Amodeo y Rodríguez, se suman Fernando Franco (Subsuelo), uno de los andaluces, junto a Alberto Rodríguez, con más nominaciones a los Goya -lo ganó en 2014 por Dirección Novel con La herida- tanto por su faceta como director como montador, y, por supuesto, Celia Rico, una de las autoras andaluzas más profundas y sutiles del panorama, quien, con La buena letra, ha firmado su tercera película y consolidado una carrera cinematográfica que con tanto éxito arrancó hace seis años con Viaje al cuarto de una madre.

¿Hay renovación del talento de los grandes nombres del cine andaluz? Si miramos en la categoría de documentales y cortometrajes, podemos jugar a ojear ese futuro, que se antoja alentador.

Allí, en Mejor Documental, encontramos una obra, que roza la perfección, como La marisma, a cuyo director, Manu Trillo, le ha llevado casi una década retratar meticulosamente el entorno social y natural de Doñana, en una obra que trasciende ambas esferas para conectarlas con una emotiva poesía visual.

También en este categoría encontramos tres documentales con un amplio recorrido en festivales nacionales e internacionales, preseleccionados para los Feroz Arrebato No Ficción, como son Antonio, el bailarín de España (Paco Ortiz), Un hombre libre (Laura Hojman) y Ellas en la ciudad (Reyes Gallegos), que finalmente ha resultado nominado a los premios de la prensa cinematográfica en dicha categoría. Patrimonio natural, artístico y social redescubiertos por cineastas con una profunda vocación por conectar arte y realidad.

Mientras que en la categoría de Mejor Documental hablamos de cineastas con una trayectoria consolidada en su área, como son Hojman, Ortiz y Trillo, es en la categoría de Cortometraje de Ficción donde podemos vislumbrar algunos de los talentos que, más allá de su maestría en el corto, puedan despuntar en un futuro próximo en el largometraje de ficción, como son Dany Ruz, Andrea Ganfornina, Miguel Ángel Olivares o Nazaret Beca y Rodrigo Sancho.

Derecho propio

En All You Need Is Love, un breve relato en clave de comedia sobre la llegada de los Beatles a la España franquista a través de una escena de humor entre dos militantes de la Sección Femenina, encontramos a un cineasta, Dany Ruz, con una gran capacidad para la vis cómica y para condensar, en pocos minutos, un relato que alterna la memoria histórica con la capacidad para hacernos reírnos.

En clave más trágica, Andrea Ganfornina nos adentra, con Quejío de loba, en la lacra de la violencia machista y logra la proeza de adentrarnos en esta tragedia familiar y social condensando de manera magistral sus tres actos.

Para completar este tríptico, Piedra, papel o tijera se mueve entre las aguas del drama y la pátina de humor para retratar un asunto tan delicado como la eutanasia. Miguel Ángel Olivares se rodea de intérpretes de primer nivel, para hacerlo y se confirma como uno de nuestros grandes talentos cinematográficos.

Los tres cortometrajes guardan similitudes: más de 70 selecciones en festivales, una veintena o treintena de premios a sus espaldas y un talento artístico especial -el de Ruz, Ganfornina y Olivares-, que, como señala la periodista cultural Mercedes Utrera, elevan el nivel del cortometraje andaluz por encima del panorama nacional.

En definitiva, y a pesar de las dificultades que está viviendo el sector para rodar en Andalucía -por la feroz competencia fiscal de otras comunidades autónomas (pero este es otro tema)-, el camino iniciado hace 25 años por Alberto Rodríguez, Rafael Cobos o Santi Amodeo tiene visos de continuidad a través de unos jóvenes talentos, que reclaman, poco a poco, un espacio artístico que les corresponde por derecho propio. Y talento.

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