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Un año de huelga contra la precariedad laboral: así es la situación de los trabajadores de Alhambra Bus

Huelga Alhambra Bus

Álvaro López

Un total de 16 meses. Desde junio de 2017. Ese es el tiempo que llevan en huelga y en servicios mínimos los trabajadores del servicio de autobuses urbanos de Granada, Alhambra Bus. Su lucha es la de medio centenar de personas que llevan años reclamando que sus condiciones laborales mejoren y que dejen de estar en un limbo laboral.

Transportes Rober Sociedad Anónima es la empresa que explota todas la líneas de autobuses públicos de Granada salvo cuatro de ellas que pertenecen a sus dos empresas filiales: tres líneas de Alhambra Bus (Realejo, Sacromonte y Albaicín) y otra que pertenece a Herederos de Gómez.

Eso y el color rojo de sus vehículos es prácticamente lo único que tienen en común, aseguran los trabajadores de la filial. Según denuncian los trabajadores de Alhambra Bus, sus condiciones laborales nada tienen que ver con las de sus compañeros de Rober. De hecho, pese a que el servicio de Alhambra Bus se crea en los años 90 con la condición de que los conductores de estas líneas estarían un año máximo en ellas a modo de “autoescuela” y que posteriormente pasarían a la plantilla de Rober, hace más de una década que ese acuerdo no se lleva a cabo.

Rober, que ostenta la concesión del autobús urbano de Granada desde 1962, lo hace recibiendo una subvención anual del Ayuntamiento que ronda los 15 millones de euros. Tal concesión supone además, según datos de la Asamblea Interprofesional de Granada, unos beneficios anuales para la empresa que rondan los 2,5 millones de euros. Este acuerdo entre Ayuntamiento y empresa, vigente hasta 2020, prohíbe a su vez que el servicio esté subcontratado.

Sin embargo, Alhambra Bus sí es una subcontrata de Rober. Y además, aprovechando que tanto esta como la propia Alhambra Bus pertenecen a Roblaria, la empresa matriz, el Consistorio, según denuncian los trabajadores de Alhambra Bus, aprovecha esa circunstancia para que Rober no esté obligada a aplicar su convenio laboral en la filial al aducir que pertenece a Roblaria. Una situación que le permite a Rober abaratar costes a través de unas condiciones laborales que han sido llevadas ante los tribunales en procesos judiciales que siguen abiertos. Uno de ellos para reclamar que se lleve a cabo una unidad de empresas. El mismo se encuentra a la espera de juicio.

Esta peculiar relación entre estas empresas ya fue denunciada por los propios conductores de Alhambra Bus. Con su denuncia lograron una sentencia en firme dictada por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 4 de Granada contra el Ayuntamiento de Granada y Rober declarando ilegal la subcontratación entre la propia Rober y Alhambra Bus.

Sueldos bajos, empleo inestable y poca conciliación

La lista de males que afectan al trabajo de diario de los empleados de Alhambra Bus es extensa tal y como denuncia una de sus portavoces, Silvia Leyva, que pertenece a la Confederación General de Trabajadores (CGT). Desde sueldos que son sensiblemente más bajos que los de los conductores de Rober hasta problemas para conciliar la vida personal y laboral. Leyva tacha de “discriminación” la situación que padecen frente a sus compañeros de Rober. “Sólo somos mano de obra barata”.

La portavoz estima que uno de los grandes escollos que se encuentran a la hora de mejorar sus condiciones son precisamente los sindicatos: “CCOO y UGT, siempre han sido un obstáculo en nuestras negociaciones. Son los que forman parte del comité de Rober”. Por lo que además de con CGT, solo cuentan con el apoyo de los sindicatos independientes.

Se da la circunstancia que en Alhambra Bus, de sus 44 trabajadores, 43 son conductores y uno es peón de mecánica. No hay ningún otro puesto intermedio ni de administración. Lo que deja claro que se trata de una empresa que no es tal ya que solo tiene un tipo de empleado. Los propios conductores explican que es Transportes Rober quien les paga, les aplica los turnos de trabajo o las sanciones y que hasta en los billetes que se venden a los usuarios aparece la marca de su empresa. Por eso sostienen que es injusto que su trato laboral no se equipare al de quienes trabajan directamente con Rober.

“Solo tenemos un día de descanso a la semana porque se nos da otro de descanso compensatorio, que es para quitarnos horas que ellos prevén que vamos a echar de más” señala José Jesús Vílchez, uno de los conductores. Como él, otros se quejan de que “no podemos saber con tiempo cuándo vamos a trabajar mientras que en Rober saben todo el año qué días tendrán libres”. Por ello, reclaman que la empresa les informe al menos por trimestres para poder llevar a cabo una buena conciliación personal y laboral.

“No tenemos descansos definidos y algunos compañeros llegan a conducir habiendo dormido dos horas” explica Silvia Leyva que añade que han reclamado esa circunstancia ante los tribunales. Es más, “lo único que hemos conseguido de momento es que nos arreglaran la flota de autobuses porque salió en los medios que no eran seguros; por no tener, no tenían ni aire acondicionado”.

Los vehículos de Alhambra Bus al tener que moverse por barrios históricos y estrechos son microbuses y ahí es donde se agarra Rober para sostener las diferencias salariales. El problema es que Rober también cubre líneas con microbuses en los que sus empleados cobran hasta un 40% más que los conductores de Alhambra Bus teniendo más tiempo de descanso y mejor conciliación. Aunque no quieren dar la cifra concreta, sí señalan que cobran 10.000 euros menos al año que sus compañeros de Rober. A eso se le suma que para ir a su puesto de trabajo, los trabajadores de Alhambra Bus deben coger vehículos particulares mientras que Rober ofrece vehículos lanzadera al resto de conductores.

Un nuevo plan con viejos vicios

Con todo, el pasado 16 de julio el Ayuntamiento de Granada reordenó su mapa de autobuses urbanos borrando de él las Líneas de Alta Capacidad también conocidas como LAC y recuperando el recorrido de otras más antiguas. Esa reordenación también se llevó por delante la línea C32 que explotaba hasta entonces Alhambra Bus llegando precisamente hasta el monumento con el volumen de viajeros que eso supone. Pero no es que haya sido eliminada sino que su gestión ha pasado a ser directamente de Rober. Un cambio que ha hecho que 11 de los 43 conductores de Alhambra Bus vayan a ser recolocados en Rober pero que ha dejado a 12 de ellos sin trabajo.

“Han contratado a gente que lleva meses trabajando en Rober cuando había compañeros de Alhambra Bus que llevaban casi una década de experiencia” explica Leyva para quejarse de la solución de la empresa de transportes y que supone una “injusticia” para los conductores de Alhambra Bus. “Nosotros pedíamos que al menos subrogaran a 20 compañeros” aclara Leyva. “Se han llevado la mitad de nuestros servicios a Rober pero solo se llevan a un tercio de nuestra plantilla” sentencia.

De hecho, los 12 trabajadores que ahora mismo no están conduciendo ningún microbús ya estaban en una mala situación antes porque “trabajaban de forma eventual pero una media de 10 meses al año”. Algunos de estos conductores han llegado a estar 24 meses trabajando de manera ininterrumpida antes de ser despedidos por la empresa para evitar que se convirtieran en personal fijo. “Si ellos quisieran, en vez de haberse llevado a 11 trabajadores podrían haberse llevado a 20 porque eso ha sido por mandato del Ayuntamiento”, estima la portavoz de los conductores. Sobre ello, el área de Movilidad responde que los trabajadores que se han movido se han hecho en función a los kilómetros que explota la nueva línea.

Futuro incierto de Alhambra Bus

Este medio se ha puesto en contacto con Rober que ha declinado hacer declaraciones por “política de empresa” y con el Ayuntamiento de Granada que es quien tiene cedida la gestión del bus urbano. Fuentes del área de movilidad sostienen que su único papel es el de ser árbitro de este conflicto que existe entre Rober y Alhambra Bus. “Entiendo a los trabajadores pero no podemos hacer más” explica Marisa Álvarez, coordinadora de Movilidad. Álvarez afirma además que “existe un acuerdo para aunar convenios que los trabajadores de Alhambra Bus aún no han querido firmar”. Un acuerdo que busca unificar a las empresas Alhambra Bus y Herederos de Gómez dentro de Rober para evitar estos problemas.

Sin embargo, ese extremo lo niegan los propios conductores. Leyva aclara que su no al acuerdo se debe a que “para firmar tenemos que renunciar a nuestros procesos judiciales abiertos”. Pone de ejemplo lo que sucede con la otra línea que pertenece a Rober pero que está subcontratada, la de Herederos de Gómez. En este caso los trabajadores sí firmaron tal acuerdo que debía haber entrado en vigor en enero pero que por falta de presupuesto aún no se ha ejecutado. Por esa razón, esos conductores también han llegado a estar en huelga.

Mientras el Ayuntamiento de Granada asegura que están intentando solucionar el conflicto, el futuro laboral de los conductores de Alhambra Bus no es halagüeño. A falta de soluciones, los trabajadores han abierto una cuenta corriente en Bankia que denominan “Caja de Resistencia Alhambra Bus” con la que pretenden ayudar a salvar sus problemas económicos: ES3420389808916000723186.

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