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Sin casa y con Covid: el periplo de un joven derivado de un albergue de Granada evidencia la saturación sanitaria (y la realidad del sinhogarismo)

Llegada de personas sin hogar al Palacio de Deportes de Granada en el periodo del primer estado de alarma

Javier Ramajo

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“Habilitar instalaciones alternativas para aislamiento domiciliario de personas sintomáticas sin criterio de hospitalización y asintomáticas que no dispongan de su propio domicilio, como por ejemplo turistas o transeúntes”. Eso dice el punto séptimo del artículo 10 de de la Orden de 29 de octubre que establecen los niveles de alerta sanitaria y adoptan medidas temporales y excepcionales por razón de salud pública en Andalucía a raíz de la pandemia de Covid-19. Víctima del coronavirus ha sido Abdel, un joven que se encuentra en situación de calle en Granada. Es “transeúnte” en sentido último. No tiene dónde ir, no tiene casa. Es de origen marroquí, tiene 18 años y es uno de los jóvenes extutelados por la Junta de Andalucía. Pese a las consideraciones de la citada Orden, y con síntomas ya de la enfermedad, durmió una noche en la sala de espera de urgencias del Hospital Virgen de las Nieves durante un periplo sin rumbo durante casi tres días después de que un albergue alertara de que había dado positivo en una prueba PCR. Trámites, llamadas, averiguaciones, búsqueda de una solución, pero “nadie se hacía cargo”.

El relato de Abdel lo traslada a este periódico Juan Manuel Pacheco, trabajador social de Granada Acoge, y tuvo lugar la semana pasada, apenas unos días después de que el ayuntamiento descartara una acogida excepcional para las personas sin hogar pese al toque de queda nocturno que vive la comunidad autónoma tras el último estado de alarma. “Si tienes 'n' personas sin hogar y les das acomodo, seguramente vas a volver a tener 'n' personas sin hogar que necesiten otra vez acomodo, por el efecto llamada y porque muchas de ellas se están moviendo por las ciudades”, dijo Luis Salvador poco antes de la entrada en vigor de la norma de la Junta, en una ciudad que en aquellos días veía cómo el incremento de pacientes de Covid-19 desbordaba los hospitales granadinos. Abdel es uno de esos que se mueve por las ciudades. “Sólo quería un sitio para ducharse y descansar o irse de la ciudad porque nunca lo había pasado tan mal”, comenta una de las personas que le atendieron en aquellas largas horas.

Hasta uno de esos hospitales saturados, en concreto el Virgen de las Nieves, fue a parar Abdel después de que le detectaran el positivo en Covid-19. Granada Acoge se encarga de la atención de estos extutelados que se quedan en situación de calle, a los que se les intenta dar respuesta, con derivaciones frecuentes a recursos para personas sin hogar, según explica el trabajador social. El protocolo de la casa de acogida Madre de Dios de la Fundación Casas Diocesanas desde que está la pandemia obliga a hacer la prueba PCR en el centro de salud del barrio del Realejo a todo aquel que quiera ingresar. El centro recibe dinero del ayuntamiento granadino para la atención de personas sin hogar, una subcontratación del servicio social habitual también en otras localidades.

A Abdel le hicieron la prueba el lunes, dio positivo mientras estaba a la espera de su ingreso y el centro de salud informó el martes al albergue, pero no elevaron el positivo a ninguna otra instancia sanitaria. “Ahí no podía entrar, ¿qué hacemos con este chico?”, se preguntaron desde Granada Acoge. El responsable del albergue aludió a la referida Orden del BOJA, instando a que la Consejería de Salud diera una solución. Desde otro centro de salud, a través de otro trabajador social, se le apuntó a la entidad que “no había solución” y que se le había dado el caso de un senegalés con una situación parecida. “Sin respuesta sanitaria ni social”, apunta el trabajador.

Abdel, sin saber del resultado positivo de su prueba, seguía en la calle. Desde Granada Acoge, sin solución a su situación, le dijeron el mismo martes que fuera a urgencias del Virgen de las Nieves ya que tras todas las averiguaciones que se habían hecho no parecía que hubiera otra alternativa, aun sin saber qué hacer con sus escasas pertenencias, que guardaba en unos arbustos. Sin datos el móvil, sin poder usar el GPS, no sabía ni cómo ir al hospital. Le llamaron para indicarle y en el Virgen de las Nieves siguió con su periplo, sabiendo ya de su contagio.

“Nadie le retenía”

Sobre las 16:30h de aquel martes llegó a urgencias del centro hospitalario, donde pasó toda la tarde. Al llegar la noche y ver que no había ninguna novedad, preguntó si podía irse porque veía que allí no le daban una solución. Le atendieron bien entrada la tarde tras llevar allí casi todo el día, y y con sintomatología (fiebre, diarrea), después de pasar por varios sanitarios. Sobre las 21h, uno de los médicos le trasladó que la gerente del centro estaba tratando de contactar con el ayuntamiento para buscar una alternativa. Incluso se planteó devolverle a la calle, si bien finalmente se quedó en la sala de espera de urgencias toda la noche, siempre según el relato del trabajador social.

El miércoles por la mañana la gente de Granada Acoge volvió a hablar con Abdel, quien les trasladó que tenía hambre y que apenas había podido dormir en los asientos de la sala de espera. Al pedir algo de comer, le dijeron que tenía las máquinas expendedoras. Él siguió insistiendo y le ofrecieron un yogur y una fruta. Siente que, ninguneado, no le van a dar ninguna solución, indican desde Granada Acoge. Por la tarde-noche de aquel miércoles volvió a contactar con la entidad para decir que se quería ir de ahí y que no había comido nada desde la mañana. Podía marcharse por iniciativa propia a la calle porque “nadie le retenía”. Sobre las 21h, al ver que no había respuesta con la comida, se le pidió comida rápida desde la entidad para que se la llevaran al hospital. Sobre las 12 de la noche, el personal de seguridad del Virgen de las Nieves le pidió que tiene que abandonara la sala y que ahí no podía volver a dormir. Sobre las 2 de la madrugada (es decir, dos días y medio “de incertidumbre” después de someterse a la prueba PCR) se decidió su traslado al Hospital Clínico, antiguo San Cecilio, donde ha permanecido en la zona para pacientes asintomáticos y no graves, y donde estaba previsto que se le diera el alta este martes 24 tras dar negativo en una nueva prueba.

Durante toda la jornada del miércoles, Pacheco informa de que se le había empezado a buscar un recurso privado por medio de otra trabajadora social, pero que el lugar no estaba preparado ni tenía capacidad para recibir un positivo de ese tipo. “¿Qué alternativa había para atenderlo? ¿Le dejamos en la calle teniendo Covid-19? Las entidades tenemos que resolver la papeleta de una cuestión que está recogida en el boletín oficial de la Junta pero para la que no hay recursos. Él era un sintomático sin gravedad y no tenía dónde estar”. Ahora, Abdel espera que pase el aislamiento hasta recibir el alta, tras lo cual el albergue de Madre de Dios le acogerá finalmente.

El caso, aunque desde el albergue apuntaron que era el primero que se encontraban, podría repetirse. De hecho, a través de otras entidades, Granada Acoge tiene conocimiento de al menos otros dos casos, una persona drogodependiente y una mujer en situación de calle el pasado mes de septiembre, igualmente sin recursos habilitados para ellos. “¿Cuánta gente habrá en situación de calle contagiada, sin recursos, y que además puedan estar contagiando? Es una cuestión de salud pública”, se pregunta el trabajador, señalando que han solicitado una reunión con la Delegación de Salud para abordar la cuestión.

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