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El PP se marcha del Gobierno municipal de Granada y rompe con Ciudadanos para forzar la renuncia del alcalde

Los populares dejan el bipartito para forzar la renuncia del alcalde

Álvaro López

Granada —

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El bipartito de Ciudadanos y Partido Popular en Granada ha llegado a su fin. El PP ha cumplido su amenaza y ha hecho que todos sus concejales dimitan del equipo de Gobierno que tenían con los naranjas para forzar así la renuncia del actual alcalde, Luis Salvador. Así lo ha anunciado el presidente de los populares, Francisco Rodríguez, en una rueda de prensa urgente convocada tras mantener una última reunión con el regidor. El encuentro entre Salvador y Rodríguez, que tuvo lugar la noche del martes, concluyó sin que llegaran a un acuerdo para que el alcalde se marchara.

La renuncia del PP al Gobierno municipal llega dos semanas después de que su expresidente, Sebastián Pérez, dejara el partido y amenazara con apoyar una moción de censura a favor del PSOE si los populares no obligaban a Luis Salvador a que cediera su bastón de mando: “Si el PP no encuentra los 14 votos, los encontraré yo”. Pérez recordó, una vez más, en una convocatoria de prensa, que en 2019, tras las elecciones municipales, selló un acuerdo de alternancia con Salvador para que en este mes de junio hubiese un cambio al frente de la alcaldía. Por eso, si no ocurría, obligaría al alcalde a dejar su sitio mediante dicha moción con los socialistas.

Tan solo unas horas más tarde de ese órdago lanzado por Sebastián Pérez, el Partido Popular de Granada recogió el guante y anunció que pedirían lo mismo, aunque a través de reuniones y encuentros no solo con Luis Salvador, sino con el resto de fuerzas políticas de la capital granadina. No obstante, los únicos encuentros que se han producido han sido con Ciudadanos. Todos ellos infructuosos porque el alcalde ha insistido en que el pacto de gobierno del bipartito era para cuatro años y que si tenía que marcharse debía pedírselo la dirección nacional de su partido.

Como Inés Arrimadas le mostró su apoyo en público y en el Consejo General que los naranjas celebraron el pasado viernes. Además, hasta hace poco, Luis Salvador contaba con el respaldo de los dirigentes andaluces de su propia formación y hasta del PP porque en Sevilla no querían que nada se moviera en Granada para evitar provocar una inestabilidad que obligara a adelantar las elecciones regionales y apelaban al pacto antitransfuguismo firmado entre naranjas y populares. Sin embargo, fuentes de ambos partidos sostienen que, desde hace unos días que su principal valedor, Elías Bendodo, número 2 de la Junta de Andalucía, ha renunciado a sostener a Luis Salvador, ante la evidencia de que se ha quedado solo.

Esta soledad ha sido fruto de las presiones que se han producido desde varios frentes. En el seno del PP se cuenta que la dirección nacional le ha dado carta blanca a la granadina para que obligase a Luis Salvador a dimitir. Un movimiento que está detrás de la intención de los populares de acabar con lo que queda de Ciudadanos y arrebatarle la alcaldía más importante que tiene la formación de Inés Arrimadas en España.

Además, Salvador lleva meses soportando la hostilidad de los concejales dentro de su propio equipo de Gobierno porque no le quieren como dirigente ya que le acusan de mantener paralizado al Ayuntamiento de Granada. Sin ir más lejos, uno de los suyos, Manuel Olivares, ya ha avanzado que también dimitirá llegado el caso. No obstante, fuentes consistoriales dan por hecho que Olivares ya ha dado su salto al PP, aunque no de forma oficial.

El alcalde se queda sin opciones

La renuncia de los concejales del PP del equipo de Gobierno deja al alcalde sin margen de maniobra. Ahora mismo solo cuenta con el apoyo de dos de sus ediles, José Antonio Huertas y Lucía Garrido, porque la hostilidad del tercero contra él, Manuel Olivares, es un secreto a voces. Por eso, se abre un periodo de incertidumbre que se debe aclarar pronto. El adiós de Luis Salvador se plantea más pronto que tarde y las posibilidades que se abrirán, si eso ocurre, serán varias.

Por un lado, el Partido Popular podrá negociar un alcalde de su formación y para ello deberá tener el visto bueno de Sebastián Pérez, como mínimo, y de cuatro concejales más. Con la duda de qué ocurrirá con Huertas, Garrido y el propio Luis Salvador, los populares necesitan 14 firmas para ir a un pleno de investidura con opciones de obtener el bastón de mando. Una operación aritmética que no es sencilla.

La que sí parece quedar descartada es la moción de censura. Salvo enrocamiento extremo del regidor, no será necesaria para que Salvador deje de ser alcalde de Granada. Si la opción del Partido Popular no prosperara, el PSOE tiene en su mano alcanzar una mayoría que pueda competir con la que proponga el PP en ese pleno de investidura al que habrá que ir. En ese sentido, hay quienes apuntan a que Luis Salvador estaría dispuesto a repetir la operación de Ciudadanos en Murcia y llegar a un acuerdo con los socialistas para vengarse de los populares y darle la alcaldía. Una opción que fuentes socialistas descartan en estos momentos, aunque no se cierran a que Salvador pueda llegar a ofrecerla.

En este supuesto, los números, como hace cinco años cuando Cs apoyó al PSOE en una moción de censura contra el PP propiciada por la Operación Nazarí, son mucho más claros. Como poco, los socialistas tendrían sus 10 concejales más el de Luis Salvador que ya son más apoyos que los siete votos seguros (sus seis concejales dimitidos y el díscolo de Cs, Manuel Olivares) que manejan en el Partido Popular. Si no hubiese ninguna mayoría clara en ese pleno, la alcaldía sería para el socialista Francisco Cuenca que fue quien ganó las elecciones municipales de 2019. Sin embargo, este ya es otro capítulo de la historia que, salvo sorpresa, no se resolverá de forma inminente.

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