Ni casas vacías ni inmigrantes sin casa: Lepe consigue un techo digno a habitantes de asentamientos chabolistas

En el año 2017, el Ayuntamiento de Lepe lanzó un llamamiento a sus vecinos, en una de las acciones dirigidas a terminar con el paisaje de chabolas de cartón y plástico que domina parte del campo de la localidad. Ese llamamiento, poco a poco, va surtiendo efecto, y esta semana han sido seis jóvenes senegaleses los que han dejado su chabola y tienen ahora un techo digno sobre su cabeza. El programa en cuestión se llama ‘Lepe-Hábitat’, y tiene un doble fin: acabar con las infraviviendas y terminar con las viviendas vacías en el pueblo.
Y la idea no es baladí, ya que las personas que aporten sus casas para los migrantes que las ocupan ahora tienen una rebaja del 90% del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), para ayudar a la reubicación de personas procedentes de los asentamientos, que se mantienen en el pueblo todo el año para trabajar en diferentes labores agrícolas.
La rebaja del IBI se une a otras medidas adoptadas por el Ayuntamiento lepero, que cuenta con unos 30.000 habitantes y un 20% de población inmigrante, como la bonificación de las tasas urbanísticas para la construcción de viviendas destinadas a este mismo fin.
Además, se contempló la cesión de suelo para la instalación de módulos de viviendas y servicios, con el fin de que las puedan gestionar tanto empresarios agrícolas como organizaciones o asociaciones.
A la Avenida de Huelva
Los últimos migrantes que se han beneficiado de la idea son seis senegaleses que ahora viven en la Avenida de Huelva del municipio lepero. En esa calle, que conecta la entrada desde la Nacional 431 con el centro del pueblo, viven ahora los seis jóvenes africanos que, antes de mudarse, realizaron el acto simbólico de derribar la chabola en la que han estado durante dos años.
Para desarrollar la idea, el Ayuntamiento cuenta con la colaboración de la Fundación Europea Cooperación Norte-Sur (Fecons): “Hay que ofrecer dignidad a personas que viven en condiciones infrahumanas”. Así de tajante es el presidente de Fecons, Marius Nsadap Assoua, un hombre que lleva décadas en Huelva intentando mejorar las condiciones de vida de la gente que acude a esta provincia para sostener al sector primario desde el campo.
La Dirección General de Coordinación de Políticas Migratorias de la Consejería de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local de la Junta de Andalucía, completa el triángulo de ayuda social para que Lepe-Hábitat sea un éxito.
Alquiler social
Para que todo esté coordinado, las casas son alquiladas por la propia Fundación, que a su vez las cede a los jóvenes migrantes beneficiarios. De forma paralela, hay para ellos una búsqueda activa de empleo para garantizar que los beneficiarios pueden pagar el alquiler. Clases de español, información y mediación en régimen de convivencia vecinal y hasta atención integral en materia socio sanitaria completan la ayuda global.
Todo lo que se hace está incluido en la ‘Agenda 2020’ para la erradicación del chabolismo. Participan el Ayuntamiento de Lepe, como entidad colaboradora, para “aprovechar las viviendas vacías y/o de segundo uso, en una estrategia de alquiler para la erradicación del chabolismo”, en busca de “proporcionar a los trabajadores temporeros, principalmente de la agricultura o del sector servicios, en nuestra localidad las condiciones básicas para trabajar y vivir con dignidad y bienestar, creando las bases para el desarrollo de la sociedad armónica que todos deseamos”.
Se refleja así en el Ayuntamiento de un municipio que, cuando puso en marcha la idea publicó un informe que citaba que un 40% de los inmigrantes que viven en asentamientos está dispuesto a pagar por el alquiler de una habitación o alojamiento entre 70 y 150 euros al mes; un 43% no podría pagar todo ese gasto; y un 17% no podría ni siquiera ofrecer un pago simbólico, al no tener documentos y no haber trabajado ni un mes al año.
La idea va funcionando. Ya hay una treintena de migrantes que duermen bajo techo y otras tres casas han sido ofrecidas, con lo que en los próximos días habrá unos 20 inmigrantes que dejarán la chabola y vivirán en una casa digna.
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