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La Junta suspende las clases presenciales en la Universidad de Granada tras el repunte de alumnos contagiados

Rueda de prensa presidida por la rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, para explicar las medidas adoptadas de cara al inicio de curso.

Daniel Cela

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El Gobierno andaluz ultima una orden que va a endurecer las restricciones de la ciudadanía ante el avance de la pandemia en Granada, entre ellas la suspensión de las clases presenciales en la Universidad de Granada, donde estudian más de 57.000 personas. El curso académico había empezado hace apenas unos días, pero las fiestas universitarias, botellones y reencuentros en colegios mayores se ha saldado con un “repunte” con 150 contagios en siete residencias universitarias. Será la propia universidad granadina, en su autonomía de gestión, la que “decida” si habilita clases a distancias por medios telemáticos durante los próximos 15 días, ha explicado el portavoz de la Junta, Elías Bendodo.

El cierre de la Universidad de Granada a los pocos días de iniciarse el curso académico se adopta para “evitar los desplazamientos”, según la Junta, que pone el foco de la preocupación en los jóvenes. “Hay que frenar la escalada de contagios, que se centra en el ámbito universitario”, ha dicho Bendodo, que ha advertido de que si no se toman estas medidas ahora “habría que adoptar decisiones más duras dentro de dos o tres semanas”, como la restricción de la movilidad ciudadana o el cierre de la hostelería. La rectora de la Universidad, Pilar Aranda, ha reaccionado indignada, cuestionando el soporte jurídico de esta orden -que se anunció para este martes, pero que finalmente no estará en vigor hasta el jueves- que invade “el principio de autonomía universitaria”. Esta institución se ha gastado 2,2 millones en adaptar sus instalaciones y sus enseñanzas a distancia a las necesidades impuestas por la covid-19.

La Junta también ha adelantado a las diez de la noche la hora del cierre en los colegios mayores de Granada -diez en total- y en residencias universitarias -50 en total-, además se recomienda prohibir la entrada de personas ajenas a estos edificios y que las habitaciones sean ocupadas por dos personas como máximo (consideradas “convivientes”). En estos centros viven alrededor de 3.000 estudiantes, aunque unos 37.000 viven en pisos compartidos. “Ahí es más complicado actuar, tenemos que hacer un llamamiento al sentido común”, dice el portavoz. En los colegios mayores y residencias, la Consejería de Salud hará cribados masivos en cuanto se detecta un solo positivo. Se creará la figura del equipo Covid-19, que deberá elaborar un plan de actuación específico de su centro con medidas para residentes y trabajadores. En las zonas comunes, como bibliotecas o salas de televisión se recomienda que el aforo sea del 50%.

El alcalde de Granada, Luis Salvador (Ciudadanos), ha denunciado que la expansión del virus se ha producido en ambientes de ocio nocturno, después de que se difundieran imágenes de jóvenes haciendo botellón en las plazas y calles de la capital granadina. Sin embargo, Salvador se ha mostrado contrario al cierre perimetral de la ciudad, donde residen 250.000 personas, con un área metropolitana de 600.000 ciudadanos, “muchos de ellos trabajan en la capital”. “Esto crearía un precedente complicado”, ha advertido.

La Junta, por ahora, ha optado por no confinar la ciudad, a pesar de que en este momento registra 501 casos positivos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Sin embargo, los otros dos criterios que establece el Ministerio de Sanidad para ordenar un confinamiento -aprobados en el Consejo Interterritorial de Salud pese al voto en contra de Andalucía- no se cumplen en el caso de Granada, donde el 44,6% de las camas en UCI están libres de pacientes con covid, y el 15,4% está ocupada por enfermos con sospechas de contagios -“lejos del 35% que establece el Ministerio”-, ha recalcado Bendodo. Sólo el 9,1% de los ingresos hospitalarios en Granada son infectado por coronavirus, la gran mayoría de los contagios que se han registrado en la capital granadina son “gente joven y asintomática”. El portavoz ha hecho un llamamiento al alcalde para que extreme la vigilancia en su ciudad, sobre todo de cara a la festividad de San Lucas esta semana. “A falta de ferias, ahora celebramos festividades de santos, y eso no puede ser”, critica Bendodo.

Por otro lado, la Junta ha ordenado el confinamiento perimetral del municipio sevillano de Écija, con 39.800 habitantes, durante los próximos diez días. Es la cuarta localidad donde se prohiben las entradas y salidas y se restringen los horarios de cierre en la hostelería. El primero fue Casariche, en Sevilla, y le siguieron Linares, en Jaén, y Almodóvar del Río, en Córdoba. En el caso de Sierra de Yeguas, un pequeño pueblo malagueño de 3.300 habitantes, la Junta ha adelantado a las diez de la noche la hora de cierre de bares y restaurantes, y limitado el aforo en bodas y comuniones, pero en este caso no ha prohibido las entradas y salidas del término municipal.

La Junta amplía el número de localidades sometidas a normas restrictivas de movilidad y semiconfinamiento debido a una evolución negativa de los contagios en su zona. En Andalucía hay ya 56 municipios con más de 500 casos por cada 100.000 habitantes, sin embargo, la Consejería de Salud evalúa su situación teniendo en cuenta los otros dos criterios aprobados por el Ministerio, esto es, la positividad (número de casos positivos por PCR) y la presión hospitalaria. En ese sentido, el portavoz ha descartado nuevos confinamientos a día de hoy, aunque otros siete municipios se van a someter a cribados masivos, como Utrera o Gines.

Casariche, el primer pueblo confinado de Andalucía, cumple esta semana los diez días de encierro, y algunas de sus limitaciones (como los horarios de la hostelería y comercios) se van a prorrogar debido a un alto nivel de incidencia del virus.

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