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El Festival de Sevilla cierra bajo el signo de la militancia política de Europa

Donbass

Alejandro Ávila

El director del Festival de Sevilla, José Luis Cienfeugos, lo advirtió desde el principio: la 15ª iba a ser una edición muy política. Con Europa en plena convulsión por el auge de la extrema derecha, el Brexit, los discursos xenófobos contra la migración o las desigualdades sociales, el cine se ha convertido en un espejo crítico de la realidad.

“Los cineastas sienten que no pueden ser ajenos a todo eso y que su modo de hacer cine es una manera de hacer política”, avisaba el director del certamen. Y así ha sido: Donbass, el alocado retrato sobre el conflicto entre Ucrania y Rusia de Sergei Loznitsa, se ha terminado llevando el Giraldillo de Oro.

No ha estado solo en el palmarés, en lo que a sociopolítica se refiere. Ray & Liz (Richard Billingham) se acercaba tangencialmente a la Inglaterra tachteriana, llevándose el premio del jurado, Anwulika Alphons triunfaba como mejor actriz por Joy, sobre la prostitución y la trata de personas migrantes en Europa, mientras que Vivir deprisa, amar despacio resultaba ganadora en la categoría de mejor actor, compartido por Pierre Deladonche y Vincent Lacoste, en una película que aborda el impacto social del VIH.

En Nuevas olas no han perdido la oportunidad de mirar a los barrios más desfavorecidos de Marsella con Shéhérazade y premiarla como mejor película de la sección. La valentía de Yolande Zauberman se ha visto recompensada: su visión sobre los abusos sexuales en las comunidades judías ortodoxas le ha valido el Giraldillo de Plata a la mejor dirección.

De mujeres directoras se ha hablado mucho en esta 15ª edición. Mientras la actriz y directora napolitana Valeria Golina recogía el premio Ciudad de Sevilla, la directora alemana Ula Stöckl celebraba una retrospectiva a su filmografía, muy influida por su militante feminismo.

El cine andaluz ha tenido su protagonismo en la sección Panorama Andaluz, la proyección especial de Todos los caminos (protagonizada por el cómico malagueño Dani Rovira y dirigida por la sevillana Paola García Costas y la gala RTVA, donde se premió a una reivindicativa Paz Vega (quien reclamó más “mujeres guerreras” y “más mujeres guionistas, productoras y directoras”) y se proyectó una de las películas andaluzas más esperadas del año, Jaulas, del novel Nicolás Pacheco.

En la sección dedicada al cine andaluz destacó la presencia de más de 40 títulos, entre largometrajes y cortos, que los directores andaluces reclaman su lugar en el mundo de la ficción y la consolidación de autores que firman su segunda, tercera o cuarta película, como es el caso de Jesús Ponce o Álvaro de Armiñán, entre otros.

Triunfan las directoras andaluzas

Aamma (Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales) logró reunir a siete directoras andaluzas que han triunfado en el último año en premios, festivales y cartelera. Encabezaba el grupo Celia Rico, que triunfó por partida doble en San Sebastián con Viaje al cuarto de una madre, y que está llamada a ser una de las películas españolas del año.

Málaga, Donostia, Valladolid, Sitges y Sevilla han sido testigos del trabajo de Laura Hojman (Tierras solares), Paola García Costas (Todos los caminos), Carmen Blanco (Los amores cobardes), Laura Alvea (Ánimas), Remedios Málvarez (Alalá) y Vanesa Benítez (Rota n Roll). Faltaba solo Marta Díaz de Lope Díaz, premio del público en el Festival de Málaga con Mi querida cofradía.

Los cambios en la ley, tanto a nivel nacional como regional, promovidos por asociaciones como Aamma o Cima, han logrado esta fotografía que podríamos calificar de histórica. Al promoverse en las ayudas públicas a las producciones que haya mujeres productoras, directoras, guionistas y jefas de equipo, se ha logrado socavar poco a poco la fuerte brecha de género que existe en la industria del cine.

Hablando de industria, no todas las noticias importantes han ocurrido en las salas de cine, también en el sótano del Hotel Hesperia, donde se han celebrado encuentros entre distribuidores, productores y directores andaluces y europeos.

El Festival se ha convertido en una antesala de los Premios EFA del Cine Europeo, que se celebrarán el próximo 15 de diciembre, después de que Sevilla ha sido la fiesta de las nominaciones. Se organizaban los aperitivos del festín, pero la ciudad nunca se comía la tarta.

'Cold War', un previsible éxito en blanco y negro

De este modo, este año veremos cuál es la película europea del año. Y ahí, Cold War (Pawel Pawlikowski) tiene muchas papeletas de serlo con sus cinco nominaciones a mejor película, director, guión (del propio director), actor (Tomasz Kot) y actriz (Joanna Kulig).

La nórdica Border (Ali Abbasi); una de las favoritas en Cannes Lazzaro Feliz (Alice Rohrwacher); o el Dogman de Matteo Garrone (Gomorra) no le pondrán las cosas fáciles con sendas cuatro nominaciones. Carmen Maura (honorífico), Un día más con vida (animación), el corto Los que se desean (Elena López Riera) y Bárbara Lennie conformarán la presencia española.

En total, el festival ha proyectado más de 200 películas en 400 sesiones y, según la organización, lo ha hecho por un presupuesto de 1.169.000 euros, una posición intermedia entre el Festival de Huelva (casi el triple) y Málaga (una tercera parte).

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