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La decisión de entregar el Gobierno de la Mancomunidad de la Costa del Sol al PP revuelve las aguas del PSOE malagueño

Ruiz Espejo, en el centro, con José Bernal y Fuensanta Lima

Néstor Cenizo

Las mancomunidades son órganos técnicos, más pensados para la prestación de servicios supramunicipales que para el debate político. Sin embargo, su composición y la elección de sus órganos de Gobierno siguen las reglas del juego político, y algo eso se está visualizando en Málaga. La conformación del Gobierno de la mancomunidad de la Costa del Sol está aflorando una división profunda en el PSOE malagueño. De un lado, la dirección provincial comandada por José Luis Ruiz Espejo mantiene que la única opción viable es llegar a un gran acuerdo con el PP, Ciudadanos e IU que incluya entregar la presidencia a los populares. Por el contrario, los alcaldes de Torremolinos y Ojén y algunos socialistas de la corriente sanchista creen que la dirección provincial está despreciando la posibilidad de comandar un Gobierno sin ni siquiera explorarla. Entienden que se está desperdiciando una “oportunidad de oro”.

La Mancomunidad de la Costa del Sol Occidental es una de las que mayor presupuesto maneja en Andalucía. Más de 88 millones de euros, que deben servir para prestar servicios de suministro de recogida, tratamiento y reciclaje de residuos, mantenimiento de playas, promoción turística o suministro de aguas, a través de Acosol. Agrupa once municipios, varios de ellos entre los más poblados de la provincia, como Marbella, Mijas, Fuengirola, Benalmádena, Torremolinos y Estepona. En la asamblea se sientan 39 concejales, escogidos según los resultados en las elecciones municipales. Con los estatutos vigentes, el PP tiene 18 representantes, el PSOE 15, IU tres, y Ciudadanos, Por mi Pueblo y Compromiso Manilva uno cada uno. La mayoría absoluta está en veinte.

La suma de los concejales del PSOE, IU, Por mi Pueblo y Compromiso Manilva permitiría a los socialistas arrebatar el Gobierno de la mancomunidad al PP. Esta es la vía que defienden José Ortiz, alcalde socialista de Torremolinos, y José Antonio Gómez, alcalde socialista de Ojén. “Es una oportunidad de oro”, dice este último. “Somos un partido de gobierno y queremos ser opción para presidir el órgano supramunicipal. Si podemos conseguir una mayoría, creemos que hay que trabajar que aquí así sea”, añade Ortiz.

Sin embargo, la dirección provincial, secundada al menos por la agrupación de Marbella, no lo ve así. José Luis Ruiz Espejo, secretario general del PSOE de Málaga, asegura que “no dan los números” porque Compromiso por Manilva ya ha anunciado que apoyará un “gobierno de consenso” que incluya al PP y al PSOE. Además, Ruiz Espejo cree un acuerdo con el PP al que se sumen los demás partidos ofrece mayores garantías de estabilidad. “Normalmente en este tipo de instituciones hay un acuerdo de los grandes gobiernos de los municipios, que conforman en torno al 90% del gasto”, apunta a eldiario.es/Andalucía.

En esta tesis están los líderes socialistas de municipios como Marbella o Benalmádena.

“Si desde la dirección no se apuesta, no se puede cerrar”

Desde el sector crítico lamentan que ni siquiera se haya explorado con decisión la vía alternativa. “El único que se ha sentado con esos partidos [Por mi Pueblo y Compromiso Manilva] creo que he sido yo”, comenta José Antonio Gómez. “Y puedo garantizar que podía haber existido un acuerdo si se hubiera apostado por el PSOE por ese tipo de acuerdo. Pero si desde la dirección provincial no se apuesta no se puede cerrar”, subraya.

Tanto él como Ortiz recuerdan el precedente del último mandato, cuando el PP y el PSOE suscribieron un acuerdo de gobierno que el PP rompió aduciendo la “deslealtad institucional” de los socialistas, que habían denunciado una presunta irregularidad en Acosol. La denuncia sigue su cauce y, sin embargo, ahora el PP vuelve a pedir el apoyo de los socialistas, y la dirección se apresta a dárselo. “Nos han expulsado hace apenas un año En nuestra opinión, hay menos garantías de lealtad que la que podía haber hace cuatro años”, advierte Ortiz, que insiste tajante: “Creo que abandonar la presidencia de mancomunidad y cederla al PP es un error”. Si finalmente ocurre, “habremos perdido una oportunidad y dado la presidencia al PP bajo condiciones y precedentes que no son adecuados”.

No obstante, tanto Ortiz como Gómez tienen claro que no llevarán el pulso hasta provocar una crisis orgánica. Si la mayoría entre los 15 representantes socialistas en la mancomunidad respaldan la propuesta de la dirección provincial, secundarán la posición.

“No le veo otro sentido que un acuerdo oculto”

Desde esta corriente, algunos señalan a la dirección regional como la urdidora del pacto con el PP. “Esto viene hecho y medido por Paco Conejo, que sigue llevando las riendas de esta provincia y que es la sombra de Susana Díaz”, protesta Jorge Gallardo, alcalde de Cártama. “Si seguimos en la línea continuista seguiremos teniendo los mismos resultados, y aquí no se ha tenido en cuenta la opinión de otros que no están bajo su dominio”, añade. “No es entendible que el PSOE quiera pactar con el PP, a no ser que conlleve algún acuerdo oculto en la Diputación Provincial que no conocemos”, advierte. “No le veo otro sentido”.

Desde la dirección regional se resalta que se trata de un gran acuerdo de cuatro partidos, representados en proporción a los resultados en los municipios, y que tiene el respaldo de Susana Díaz, “teniendo en cuenta de que se trata de una entidad que no debe ser política ni partidista sino de servicios a la ciudadanía”.

A Gallardo se le conoce también por su oposición al aparato de Susana Díaz (pidió su dimisión de Díaz en una entrevista con eldiario.es/Andalucía), y es uno de los hombres fuertes del sanchismo en Málaga, después de revalidar la alcaldía con el 57% de los votos. Según explica, estos días ha tratado de recabar el apoyo de la dirección federal, en vano. La coincidencia con el Pleno de investidura no ha ayudado.

Unos estatutos en cuestión

Una fuente conocedora de los entresijos de la Mancomunidad añade otro factor en favor de un gran consenso con Gobierno del PP. En 2014, los estatutos fueron reformados, y desde entonces incluyen un sistema de determinación de concejales basado únicamente en la población. Ese sistema fue impugnado por algunos municipios menores, y aunque los jueces fallaron a su favor, la sentencia no es firme. Si el Tribunal Supremo confirma la sentencia se volverá al reparto de concejales de los estatutos de 1972, que no satisfacen a nadie, a mitad de mandato y con la mancomunidad ya constituida.

Con el gran Gobierno de coalición que defiende la dirección provincial, aplicar la sentencia y negociar unos nuevos estatutos es una tarea compleja pero posible. Con una mancomunidad en la que el PSOE y el PP estén enfrentados, sería probablemente imposible, lo que podría llevar a la institución a la parálisis. “Los ayuntamientos del PP no van a aceptar unos estatutos en esa situación”, advierte esta fuente.

El viernes se celebra el Pleno de constitución de la Mancomunidad, y antes el PSOE deberá fijar su posición que, toda apunta, será la de apoyar un gobierno de coalición con un presidente del Partido Popular, cargo para el que se desliza el nombre de José Antonio Mena, alcalde de Benahavís.

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