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La Policía intenta aclarar las incógnitas de la muerte de Álvaro Prieto con la electrocución como principal hipótesis

El cadáver del joven cordobés estaba atrapado entre dos vagones.

Sara Rojas

Sevilla —

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Álvaro Prieto, un joven cordobés de 18 años jugador del juvenil A del Córdoba CF, desapareció el pasado jueves 12 de octubre en Sevilla, después de perder el tren con el que esperaba regresar a casa. A partir de ahí, su familia −y con ella, todo el país− ha sufrido cuatro días de incógnitas y angustia que han culminado este lunes, cuando se ha hallado su cuerpo sin vida a unos dos kilómetros de la estación de Santa Justa −donde fue visto por última vez−, atrapado entre los vagones de un tren averiado que llevaba meses sin prestar servicio.

Aprovechando que el jueves era fiesta nacional, Álvaro se desplazó el miércoles a Sevilla para salir de fiesta con un amigo. Su intención era embarcar la mañana siguiente en el primer tren con destino a Córdoba. Pero llegó tarde. Y al perder el asiento que tenía reservado a las 7.20h y no disponer de efectivo ni batería en el móvil, trató de montarse en un tren posterior sin éxito, pues el personal de la estación se lo impidió. El rastro de Álvaro se pierde a partir de las 9.00h de ese mismo jueves, momento en que una cámara de videovigilancia lo capta por última vez andando por la avenida de Kansas City, en las inmediaciones de la estación.

Esa ha sido la zona en la que la Policía Nacional ha centrado su búsqueda desde entonces, mientras la familia recibía una cantidad ingente de llamadas que, la mayoría de las veces, no aportaban luz al caso. Las alarmas saltaron la noche de este domingo, al avistar los vecinos de Kansas City un dispositivo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) rastreando las vías con el equipo canino y acompañados del Cuerpo Nacional de Policía. La barrida de última hora del domingo concluyó sin novedades al filo de la medianoche, pero con la previsión de retomar el rastreo este lunes. Sin embargo, unas cámaras de televisión han precipitado el hallazgo, al retransmitir en directo unas imágenes en las que se podía ver un cuerpo entre los vagones de un tren en movimiento que se había apartado de la circulación desde el 24 de agosto.

Principal hipótesis: murió electrocutado

La secuencia −emitida en RTVE durante el programa Mañaneros y retirada minutos después de la emisión tras pedir disculpas su presentador en nombre de la cadena pública− confirmaba una de las principales hipótesis de la investigación: que pudiera haber sufrido un accidente en las vías férreas. Aun así, el silencio que se ha impuesto sobre al hallazgo, a tenor del secreto decretado por el Juzgado de Instrucción número 11 de Sevilla, que lleva la causa, así como la demora en el levantamiento del cadáver (que se ha prolongado durante más de tres horas), han avivado las conjeturas oficiosas en redes sociales, donde se ha especulado sobre posibles escenarios de una muerte no accidentada.

Por lo pronto, y a la espera de conocer los resultados de la autopsia, el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ha avanzado que los primeros indicios apuntan a que el chico murió electrocutado por el contacto con una catenaria tras subirse en la parte superior de un tren de cercanías. No obstante, hasta que se precisen las causas de su fallecimiento, el caso sigue empañado de incógnitas porque el convoy en el que se ha encontrado atrapado el cuerpo de Álvaro estaba estacionado en una vía de apartado del Centro de Tratamiento Técnico de Santa Justa, a dos kilómetros de la estación, y llevaba desde el 24 de agosto sin realizar “ningún movimiento” ni someterse “a ninguna revisión ni mantenimiento”, según ha informado la propia compañía ferroviaria.

Ha sido este lunes cuando ha realizado su primera “maniobra interna sin prestar servicio de viajeros”. Movimiento que ha sido captado por las cámaras de televisión en la zona de talleres, a la altura de la Carretera de Carmona en dirección a la estación. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado habían dado instrucciones a Renfe de no mover los trenes de la zona de talleres −ubicada entre los polígonos industriales Calonge y Store− para “no afectar a la investigación”, según declaraciones del propio Pedro Fernández pronunciadas este mismo lunes, minutos después de que se difundieran las controvertidas imágenes. Una orden que no afectaba al convoy en cuestión, puesto que estaba retirado de la circulación, según precisan fuentes de la Delegación del Gobierno. Además, Fernández ha puntualizado que la zona en la que se ha encontrado de forma “fortuita” el cuerpo era la que estaba prevista para la batida de este lunes por ser la más alejada de la estación.

Ya la mañana de este martes, día en que se va a practicar la autopsia, el delegado del Gobierno en declaraciones a Canal Sur Radio ha explicado que el cuerpo pudo localizarse al moverse el tren para dejar espacio en los talleres a otro convoy para una revisión técnica. De no haberse movido este primero y con él, el cuerpo de Álvaro Prieto —que había quedado encajonado entre los dos vagones tras caer desde el techo al recibir una fuerte descarga eléctrica— “era absolutamente imposible” ver el cadáver desde el exterior, de acuerdo con la valoración de Pedro Fernández.

Caminando por encima de un tren

De hecho, el delegado ha asegurado que los talleres de Santa Justa ya se habían inspeccionado mediante drones días antes, sin que arrojaran indicios de que Álvaro estaba allí. Justo esa zona era la que la Policía tenía previsto volver a batir el lunes con ayuda del equipo canino, antes de que un cámara de televisión descubriera de manera fortuita el cuerpo del joven encajado entre el hueco de dos vagones. 

Respecto a la localización del cadáver, el delegado del Gobierno ha señalado que el fallecimiento debió de haberse producido desde la “parte alta” del tren. En efecto, los indicios apuntan a que se subió al techo —“no se sabe con qué intención”— y falleció al tocar la catenaria, que porta una “intensidad muy grande de corriente”, a falta de lo que confirme la autopsia. Hipótesis que se apoya en las imágenes que grabaron las cámaras de una gasolinera cercana donde se ve al joven caminando por encima de un vagón, tal y como ha confirmado el propio Fernández.

En cuanto a qué ocurrió dentro de la estación sevillana una vez que Álvaro fue descubierto sin billete dentro del tren que lo llevaría a Córdoba capital, el delegado del Gobierno ha asegurado que “no quiso aceptar la ayuda” que se le ofreció para que pudiera cargar el móvil, tras alegar que se había quedado sin batería. “Se le ofrece la oportunidad pero no accede, no sabemos la razón ni el motivo”, ha apostillado Fernández la mañana de este martes.

Interrogantes entre las vías

La expectación que ha generado el caso −fruto de la conmoción y el misterio que han sobrevolado la desaparición durante cuatro días− se pudo palpar el lunes en el puente de la Carretera de Carmona que conecta con Kansas City, desde el que los periodistas han seguido la información del levantamiento de cadáver. Allí se han asomado también viandantes para expresar un sentir general −“Qué pena más grande”− e incluso conductores que se paraban a preguntar: “¿Han encontrado ya al muchacho?”.

Mientras, en los raíles bajo el puente, los agentes a cargo de la investigación aguardaban la llegada de la Policía Científica, la médico forense y la dotación de bomberos para proceder a la liberación del cuerpo. Entretanto, la información iba llegando a cuentagotas. Primero, mensajes de condolencias en redes sociales por parte de cargos públicos como el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, confirmaban la identidad del cadáver antes incluso de que lo ratificara la Policía Nacional por los canales oficiales. Después, un comunicado de Renfe en el que trasladaba el pésame a los familiares y explicaba que el convoy donde ha aparecido el cuerpo sin vida de Álvaro estaba averiado desde el pasado 24 de agosto.

Finalmente, tras la llegada de una comisión judicial bajo la coordinación del Juzgado de Instrucción número 17 de Sevilla, que se encontraba durante su jornada de guardia de incidencias, el levantamiento se ha efectuado pasadas las 15.30 h. Al abandonar el lugar, el coche de la funeraria y la policía científica, se ha despejado también el tumulto que se había congregado en los alrededores, pero no así las incógnitas que continúan sobrevolando el caso.

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