Vox Andalucía perderá más de 90.000 euros al año en subvenciones tras la salida de la diputada que denunció acoso laboral

El grupo parlamentario Vox en Andalucía perderá un total de 91.937,21 euros al año en subvenciones tras la salida de la diputada por Almería, Luz Belinda Rodríguez, que dimitió la semana pasada tras denunciar haber sido víctima de “acoso laboral”. Rodríguez se convierte en diputada no adscrita y Vox pasa de 12 a 11 parlamentarios, lo cual reduce automáticamente la financiación prevista para el grupo (1.175.953 euros).

El Parlamento andaluz, según su reglamento, asigna a los grupos políticos las subvenciones necesarias para cubrir sus gastos de funcionamiento, una función que desde la última reforma reglamentaria corresponde a la Mesa -máximo órgano rector de la Cámara-, una vez oídos a los portavoces de cada partido. La cuantía y distribución de estos fondos -“estrictamente proporcional”- se decide cada año a mediados de febrero, y es válida para el ejercicio en vigor. Ahora mismo rige el acuerdo aprobado en Mesa el 13 de febrero del pasado año, según el cual, el grupo socialista recibió anualmente 3.233.871 euros con 33 diputados, el popular 2.547.989,92 con 26 diputados, el grupo Ciudadanos 2.057.918,28 con 21 parlamentarios, Adelante Andalucía 1.665.933,84 con 17 y Vox 1.175.953 con 12 escaños.

Según este reparto, la asignación por diputado que recibió cada partido asciende a casi 100.000 euros por cabeza. Pero es sólo un cálculo estimado. La situación en la que queda Vox tras la dimisión o expulsión de su diputada es muy similar, casi un calco, a la que vivió Ciudadanos en la legislatura pasada, con el cese de la parlamentaria Carmen Prieto. La formación naranja era entonces quien sustentaba al Gobierno andaluz en minoría, en manos del PSOE, igual que ahora los votos de Vox son claves para la estabilidad del Ejecutivo de Juan Manuel Moreno.

Prieto abandonó Ciudadanos en marzo de 2017 y pasó a ser diputada no adscrita. La Mesa se reunió entonces para decidir sobre su condición de diputada -mantiene el derecho a participar en debates plenarios y en, al menos, una comisión parlamentaria- y el impacto económico que tendría su salida del grupo. El acuerdo que se aprobó entonces puede servir de antecedente para el caso de Luz Belinda Rodríguez. Se hizo un cálculo de la asignación de subvenciones de los grupos aplicando el importe mensual por diputado, que ascendía a 5.981,47 euros por cabeza. La cuantía no ha cambiado mucho a día de hoy y, aplicada a los 12 meses naturales del año, la pérdida de ingresos que tendrá que asumir Vox por tener una diputada menos asciende a esos 91.937,21 euros en el ejercicio 2020.

En manos de la mesa

Sin embargo, es decisión de la Mesa de la Cámara, que encabeza la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet (Cs), si decide mantener las condiciones de aquel acuerdo. Que haya un antecedente tan próximo y tan parecido a la situación que atraviesa Vox con el cese de su diputada no quita para que el órgano rector del Parlamento decida corregir aquella decisión. PP, Ciudadanos y Vox tienen mayoría en la Mesa -cinco miembros frente a dos- y una alianza estratégica suscrita en dos acuerdos presupuestarios. Un nuevo acuerdo puede minimizar el recorte de fondos que tendrá que encajar Vox tras la salida de Rodríguez. El dinero que se detrae del grupo de extrema derecha es un remanente que se queda en las arcas del Parlamento y que a final de año será redistribuido entre todos los grupos.

La asignación económica que reciben los grupos parte de una recomendación de la Intervención General del Parlamento de Andalucía. El acuerdo incluye la concesión de una única asignación para los grupos, destinada a atender los gastos de funcionamiento y los gastos de personal. Esta partida supone 10,6 millones de euros repartidos entre los cinco partidos políticos con representación en la Cámara.

Acoso laboral

Luz Belinda Rodríguez fue cabeza de cartel de Vox por Almería, la provincia andaluza donde más votos porcentualmente cosechó el partido de Santiago Abascal, que la designó portavoz adjunta en el Parlamento autonómico. La semana pasada denunció tras meses de tensiones internas con la dirección actual del grupo, una crisis interna que venía arrastrándose desde septiembre, cuando fue apartada de la portavocía. Rodríguez participaba en tres comisiones parlamentarias -Protección de la Infancia, Presidencia y Desarrollo Estatutario-, de las que ahora será orillada (aunque tiene derecho a ser miembro de una comisión).

Al poco de hacerse pública en los medios su intención de dimitir, el portavoz del grupo Vox, Alejandro Hernández, anunció que “se va un minuto antes de que la echemos”. 24 horas después, el grupo comunicó a la presidenta del Parlamento la “expulsión” de la diputada almeriense, ratificada más tarde por la Mesa. El documento estaba firmado por todos sus antiguos compañeros de grupo. “Cuando era portavoz adjunta era un cero a la izquierda. Solamente los hombres pueden hablar en Vox y solamente los hombres pueden estar en todos lados, las mujeres estamos un poco anuladas. Me voy porque no me dejan trabajar”, explicó Rodríguez, tras denunciar ante la Policía que en el grupo incluso le “abrían las cartas que recibía”. La diputada almeriense denuncia ahora la “misoginia” de Vox y sostiene que sufrió “acoso laboral”.

El portavoz de su grupo en el Parlamento andaluz, Alejandro Hernández, respondió a la denuncia de su compañera con estas palabras: “Cualitativamente no aportaba un trabajo importante, y tampoco era una persona que destacara por su entrega, por su trabajo y por su dedicación al grupo parlamentario. Si a eso le añadimos que su calidad humana dejaba mucho que desear, no lo contemplamos como una pérdida importante”.