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El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon. 

Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.

El futuro ya está aquí

Alfonso Alegre

Mucha gente recordará ese capítulo de El coche fantástico en el que Michael Knight herido, ordena a Kit que le lleve a al médico, finalmente el protagonista se salva gracias a la pericia de los médicos y de Kit. Esto es exactamente lo que le ocurrió a Joshua Neally, un ciudadano de Springfield que conducía un Tesla X hace aproximadamente dos semanas. Como decía Radio Futura, El futuro ya está aquí.

El vehículo eléctrico y autónomo es una realidad en pleno desarrollo. Numerosas empresas de automoción trabajando en el coche del futuro: además de Tesla, Google, Apple, Audi, BMW, Mercedes, Ford o Scania, entre otros, están detrás del desarrollo de este tipo de vehículos.

El coche autónomo es un ejemplo perfecto de la cuarta revolución industrial, en la que ya estamos entrando a una velocidad de vértigo. Este proceso tendrá consecuencias irreversibles sobre nuestra sociedad y nuestra vida: habrá trabajos que dejaran de ser necesarios porque los realizará una maquina como los taxistas, conductores de autobús, camioneros, innumerables tareas del campo, etc. A su vez como las maquinas pueden funcionar sin descanso necesitaremos menos coches, menos camiones y menos tractores para desarrollar la misma actividad, lo que supondrá la pérdida de empleos en los sectores que producen los vehículos como ocurriría en Aragón con GM y con toda la industria auxiliar como sería el caso de Lear en Épila o Ronal en Teruel.

Además de las consecuencias obvias de pérdida de los puestos de trabajo, habrá otras no tan obvias como que se reducirá la necesidad de la mano de obra en la agricultura, lo que ahondará en la despoblación del medio rural (que es el que concentra la actividad agrícola). Asimismo en las ciudades, el número de vehículos disminuirá drásticamente ya que no tendrá sentido tener un vehículo en propiedad pudiendo disponer de él, a través de Uber con coste mucho menor, a cualquier hora y sin complicaciones, pensemos que actualmente la mayor parte de los vehículos pasan la mayor parte del tiempo estacionados.

Hace 20 años escuchábamos hablar de Internet pero no éramos capaces de imaginar el cambio que supondría en nuestro entorno; a día de hoy nos pasa lo mismo con los vehículos autónomos y la robotización. Es obvio que este proceso va a producir enormes cambios en nuestra sociedad y sobre todo en nuestra vida cotidiana.

Pensemos en los millones de personas que trabajan conduciendo algún vehículo, produciéndolo o incluso enseñando a conducirlo. Creemos que es necesario abrir el debate en espacios progresistas y alternativos sobre qué proponemos para afrontar los cambios que vienen. Se ha hablado de la renta básica, del reparto del trabajo, de que las máquinas paguen seguridad social, etc.

Sin embargo, el debate está en sus inicios y necesita más propuestas e ideas que contesten a preguntas como estas: ¿qué hacemos con los millones de empleados que dejarán de ser necesarios? ¿Cómo planificaremos el diseño de ciudad en el que ya no son necesarios tantos vehículos? Si no hay trabajo, ¿cómo llegaremos a fin de mes? Y si no llegamos a fin de mes, ¿quién comprará la producción de las máquinas? Si los tractores andan solos, ¿evitaremos que los pueblos se queden vacíos? ¿Cómo? ¿Qué futuro tiene el movimiento sindical en una sociedad en la que el trabajo es cada vez menos necesario? ¿Habrá huelgas para conservar empleos? Si una parte creciente de la población no participa del proceso productivo, ¿qué herramienta tiene para luchar por sus derechos? ¿De quién será la propiedad de los vehículos? ¿Será como el taxi o como el coche privado? Si sufrimos una embolia pulmonar, como Joshua Neally, ¿el coche nos llevará a un hospital público o privado?

Es necesario que organizaciones políticas, sindicales, movimientos sociales, consumidores, universidades y la gente en general empecemos a pensar cuanto antes respuestas a estas y otras muchas preguntas para que esta revolución sea una utopía al servicio de la gente y no una pesadilla para la mayoría.

*Guillermo Lamarca. Divulgador. @will_zgz@will_zgz

*Alfonso Alegre. Profesor y Economista. @alfonso_alegre@alfonso_alegre

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