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Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.

Por una paz verdadera en Gaza

Camiones con ayuda humanitaria entran en Gaza por el paso de Rafah
15 de octubre de 2025 05:30 h

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Reconozco que cuando conocí el “plan de paz” de Trump para Gaza me cabreé bastante, y más cuando vi que la mayoría de los dirigentes europeos -incluido Pedro Sánchez, aunque con menos entusiasmo que otros- lo aplaudían. ¿Cómo era posible que les pareciese bien semejante chantaje? ¿No ven que el único compromiso de Israel es el de liberar a unos 2.000 presos palestinos? ¿Qué son los puntos 10 y 12 del acuerdo sino el anuncio de la creación del resort que tanto anhela Trump? (10. Se creará un plan de desarrollo económico para Gaza que atraiga inversiones.11. Se creará una zona económica especial en Gaza.)  

Después del cabreo, cuando reflexioné, me di cuenta que, al margen de los intereses de quienes alababan la propuesta, había algo indiscutible: la peor alternativa era seguir con el genocidio, y la única posibilidad de pararlo era la iniciativa de Trump. La supuesta baza de Hamás, de negociar con los rehenes, no tenía ninguna validez, Netanyahu ya había demostrado que la vida de los israelíes secuestrados le importaba un bledo; ni Hamas ni todos los árabes unidos -suponiendo que esto fuera posible- eran capaces de detener al potente ejército israelí apoyado por EEUU, y confiar en que la presión internacional iba a parar los asesinatos, era dar tiempo para que el sionismo lograse sus objetivos. 

De momento hay que alegrarse, los ataques del ejército israelí han parado y se ha replegado -ya “solo” ocupan el 50% del territorio de la franja-, ha empezado a entrar ayuda humanitaria y se han liberado los 20 rehenes israelíes, que no son responsables de la política de su gobierno, y 2.000, palestinos -la mayoría de los cuales pueden ser considerados rehenes, incluidos menores de edad- que tampoco son responsables de los asesinatos de Hamas.

Hasta aquí las buenas noticias, pero no hay un acuerdo de paz, no hay más compromisos de nada, todo depende de la voluntad de los EEUU, como queda claro en los siguientes puntos. (9. Gaza será administrada por un comité tecnocrático supervisado por una “Junta de la Paz” internacional presidida por el propio Trump y que incluirá al ex primer ministro británico Tony Blair. Una Autoridad Palestina reformada tomará el control posteriormente. 19. Conforme avance la reconstrucción y se cumplan reformas en la Autoridad Palestina, se abrirá la posibilidad de la autodeterminación y la creación del Estado palestino. 20. Estados Unidos establecerá un diálogo entre Israel y Palestina para acordar un horizonte político que permita una coexistencia pacífica y próspera) 

No creo que se me pueda acusar de ser mal pensado si dudo de la voluntad del aspirante a premio Nobel de la Paz -ese que, a través del departamento de la Guerra llama a los militares a combatir al enemigo interno-, lo que para él es hoy blanco, mañana puede ser negro. ¿Seguirá defendiendo el acuerdo después de perder el premio que tanto ansiaba? En lo que se mantiene constante es en la defensa de sus intereses personales -especialmente los inmobiliarios- y de su aliado Netanyahu. 

En cuanto al primer ministro israelí, ya ha roto dos veces las treguas y ha declarado, nada más darse a conocer los 20 puntos del plan, que no va aceptar la creación de un Estado palestino. Y la prueba de que va en serio ha sido la negativa a liberar a Barghouti, el político palestino más carismático, según numerosos analistas, capaz de aglutinar muchas de las familias políticas palestinas y dar una orientación distinta a la política Palestina.

Si se ha alcanzado esta tregua, ha sido gracias a las movilizaciones de la ciudadanía de muchos países -de las que el bloqueo de la última etapa de la Vuelta Ciclista fue un buen acicate-, que han empujado a sus gobiernos para que tomasen medidas de presión contra el Gobierno israelí. El primer paso está conseguido, pero el objetivo, para que no se vuelvan a repetir ni los atentados terroristas ni el genocidio, es la consecución de una paz justa y duradera entre Israel y Palestina, con garantías reales por parte de la comunidad internacional. 

Esta paz debe incluir, entre otras medidas, la reconstrucción de las infraestructuras -incluidas las viviendas- destruidas en Gaza a cargo del Estado israelí y sus colaboradores en el genocidio; la indemnización a las víctimas y familiares de las personas asesinadas -para estas, desgraciadamente, no hay indemnización posible-; el desmantelamiento de los asentamientos judíos en Cisjordania, con la devolución de las tierras a sus verdaderos propietarios; el cumplimiento de las resoluciones de la ONU; la consecución de la autodeterminación y la creación del Estado palestino y la viabilidad económica del nuevo Estado, con un corredor asegurado entre Gaza y Cisjordania. Sin olvidar la rendición de cuentas por los crímenes cometidos.

Garantizar la supervivencia del pueblo palestino, y el cumplimiento de los derechos humanos pasa por alcanzar estos objetivos y por ellos nos tenemos que seguir movilizando. Objetivos que deben de formar parte de la agenda política de cualquier organización progresista.

P.D. En la mañana del martes 14-10, ya se ha producido la primera ruptura del alto el fuego, soldados israelíes, han matado a seis palestinos. El comunicado del ejercito de Israel dice que eran sospechosos, ¿Qué palestino es no sospecho para Israel? Un buen argumento para que Hamas no deje las armas e incremente su apoyo entre los jóvenes que han perdido todo. Si Israel tiene derecho a defenderse, también, según el derecho internacional, lo tienen los palestinos a la resistencia armada para librarse del ocupante.

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