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Jóvenes ganaderos de Huesca reivindican la labor del sector primario para “mantener vivo” el medio rural

Ganadería en el Valle de Broto / Imagen de archivo

ElDiarioAragón

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Luis Buetas, de 27 años, y Javier Broto, de 31 años, son dos jóvenes ganaderos del Alto Aragón que, tras salir de sus pueblos para estudiar, han vuelto a trabajar en sus explotaciones familiares y “mantener vivas” sus localidades.

En el caso del primero, vive en El Pueyo de Araguás, en la Comarca del Sobrarbe. Estudió en la Universidad de Lérida Ingeniería Agraria y Alimentaria, y un máster en Ingeniería Agronómica. A finales de 2018, regresó a su localidad para incorporarse al negocio familiar, que cuenta con ganado de vacas.

“Este trabajo es muy vocacional y siempre quise trabajar aquí. Cuando estudiaba en la ciudad --Lérida-- solo pensaba en los fines de semana para volver a casa. Me gusta la tranquilidad del pueblo y tenemos uno de los aires más puros de España”, añade.

“Si los costos suben, el margen de beneficio va disminuyendo” y hace la explotación “cada vez menos rentable, sin márgenes para el beneficio”, esgrime. En su caso, alimenta a sus animales con producción propia, pero a los terneros de engorde “tenemos que darles pienso comprado y es un problema, si suben el precio de los cereales o si falta”, porque no va a llegar la cantidad de cereal que todos los años se importa de la zona del Mar Negro, en estos momentos, en conflicto por la invasión de Rusia a Ucrania. “Hace un año pagábamos el kilo de pienso a unos 22 céntimos y ahora lo estamos haciendo a 36 céntimos”.

En los últimos años, en su municipio se han incorporado a la actividad primaria cuatro jóvenes de entre 25 y 30 años, incluido Buetas. “Algunos hemos salido a estudiar, pero hemos volvemos y es una forma de que la gente joven se establezca en el pueblo”. En el suyo, vive 36 personas todo el año y, además, “hay mucho turismo rural”, precisa.

En la localidad de Arcusa, también en la Comarca del Sobrarbe, Javier Broto, de 31 años, decidió retornar a su casa para trabajar en la explotación de su padre. Es ingeniero técnico agrícola y estudió en la capital ilerdense.

“Solicité hacerme joven agricultor, me lo concedieron; me quedé la maquinaria de mi padre y construí una nave para ponerme ovejas en 2015”, cuenta Broto. A lo largo de estos años, el negocio ha aumentado y, además de contratar a un empleo, se ha incorporado a la explotación ganadera su mujer, “que se vino de Zaragoza, le gustaba el oficio y decidió quedarse en el pueblo”, explica.

Su hijo va a la guardería de Aínsa, a 20 minutos de distancia de Arcusa. “Cuando veo que hay gente joven que se queda a vivir es satisfactorio, el medio rural tiene sus cosas positivas y negativas, como todo”, manifiesta Broto, que echa de menos una mejor conexión a internet en su localidad para atraer nuevos pobladores que puedan trabajar desde su domicilio. “No somos una zona muy turística, estamos entre el Parque Nacional de Ordesa y la Sierra de Guara, y la principal fuente de riqueza y empleo está en la agricultura y la ganadería”.

Sobre las dificultades de logística y falta de materias primas que se está produciendo en algunas zonas a causa de los paros de los transportistas, Broto explica que, por el momento, no han cortado el suministro. “Nuestra carne es para el Matadero de Huesca y nos ha comentado el transportista que en Cataluña sí están teniendo problemas, pero de momento, aquí, no”, concluye.

Más de 3.000 aragoneses participaron en la manifestación de Madrid

Un total de 60 autobuses, con más de 3.000 personas, participaron este domingo 20 de marzo en la movilización convocada a nivel nacional para defender un medio rural “vivo”. Otros aragoneses acudieron en tren o coches particulares.

El 20 M Rural reunió por primera vez a sectores como el de la agricultura, la ganadería, la caza, la pesca y otros muchos relacionados con el mundo rural, pero también a muchos otros afectados por las políticas de las distintas administraciones autonómicas, Ejecutivo central y las instituciones comunitarias (UE).

En la manifestación, los asistentes alzaron la voz frente al “abandono” del mundo rural por parte del Gobierno y frente a unas políticas “incapaces” de resolver los problemas que afectan a los hombres y mujeres del campo, que “se están viendo obligados a abandonar su forma de vida y sus costumbres”.

Desde la organización recalcaron en que la agroalimentación es un motor económico del medio rural, para conservar las tradiciones, usos y costumbres del campo y una forma de vertebrar el territorio.

La concentración estuvo organizada por las asociaciones agrarias ASAJA, COAG, UPA, Real Federación Española de Caza (RFEC), Oficina Nacional de la Caza (ONC), Alianza Rural, Unión de Criadores del Toro de Lidia (UCTL), Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (FENACORE) y Cooperativas Agro-alimentarias.

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