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elDiario.es celebra en Teruel y Huesca los 50 años en libertad: “Todo lo que se consiguió hay que seguir peleándolo”

Los participantes en el coloquio celebrado en Huesca, moderados por Santiago Paniagua.

ElDiarioAragón

3 de diciembre de 2025 18:12 h

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Teruel y Huesca han acogido en estos últimos días sendos eventos organizados por elDiario.es dentro de la campaña 'España en libertad. 50 años', que ha diseñado por todo el país el Gobierno de España. Los dos coloquios, con temáticas muy distintas, reunieron a voces muy destacadas y muy heterogéneas del panorama autonómico. Como afirmó el profesor y escritor Víctor Juan: “Todo lo que se consiguió hay que seguir peleándolo, porque te descuidas y te cancelan un festival”, en referencia a Periferias.

El más reciente de los eventos fue el de Huesca, el pasado miércoles, con el título '50 años de cultura popular' y celebrado en el Palacio de Villahermosa de la capital altoaragonesa. Estuvo moderado por el periodista Santiago Paniagua, quien recordó que en sus inicios como periodista “aún se hablaba de alta cultura como algo distinto a la cultura popular”. “Afortunadamente, las barreras han desaparecido, y nos lo recuerda estos días Rosalía con su disco”.

Es en todo caso un proceso que en España se dio “de forma más acelerada que en otros países occidentales”, al haber llegado “más tarde”. “En los últimos años del dictador, la popular ni siquiera era considerada cultura. En los setenta sí que se produce una reivindicación y se ha sabido mantener, a pesar de la mudanza de los pueblos a las ciudades”, afirmó. También se refirió a los profundos avances en materia de “infraestructuras culturales”, con “auditorios, museos o espacios multiusos de todo tipo, que han dotado a esta tierra de unas posibilidades que antes no existían”. Una iniciativa, por cierto, que ha venido casi por completo “desde lo público”, ya que “estaba casi todo por hacer”

La primera en intervenir fue la actriz y presidenta de la Academia Aragonesa de Cine María José Lázaro, quien puso el énfasis en que “ese mundo de compartir experiencia está siendo cada vez más constreñido”. “Que esa manera de consumir, que cada uno sea su propio producto, no sé cuánto tiene que ver con la libertad”, advirtió Lázaro.

Tras ella llegó el turno de Lassi.0, que se definió como una “artista multidisciplinar”. “He querido aprender del arte en todas sus áreas: música, composición, producción musical, y de ahí a la comunicación, a venderte en redes y a la legalidad”, explicó la joven compositora. En su trayectoria, no dudó en reconocer que había tenido la “suerte” de que sus padres la apoyaran, algo que fue clave para ella: “Me di cuenta de que si hacía cosas que me interesaban podía llegar muy lejos”.

Después de destacar que en Huesca hay “mucho apoyo a los artistas locales”, se adentró en su filosofía artística, ante la que no dejó lugar a la duda: “A la hora de hacer canciones, no pido ni perdón ni permiso. No hay que tener miedo a no tener todo eso que nos dicen que hay que tener. Cuando luchas por lo que amas la vida empieza a tener sentido”.

Con un perfil muy distinto, Víctor Juan incidió en todo lo conseguido en estos años. Y empezó con un ejemplo: “Labordeta contaba que antes de cantar tenía que pasar el listado de canciones a la censura. En un concierto le vetaron todas las canciones menos una y, claro, no hubo concierto. A los jóvenes les cuenta mucho imaginar ese mundo: parece el Jurásico, pero a la vez está muy próximo a nosotros”.

“Tenemos que contárnoslo muchas veces”

Juan evidenció la complicada situación del país al llegar la Segunda República y para ello citó al exministro Marcelino Domingo: “La República heredó una tierra poblada de hombres rotos”. Y, a su vez, continuó con el “páramo” que “legó” la dictadura franquista: “Bibliotecas o centros culturales de Huesca, todos fueron hijos de la democracia; la muralla en Huesca se caía a trozos, el Castillo de Montearagón, etc. Eso tenemos que contárnoslo muchas veces: los jóvenes creen que todo estaba ya ahí, y no es así”.

Citó otro ejemplo, y es que la Aljafería ha pasado en este tiempo a ser el lugar donde se celebraban las “puestas de largo de las hijas de los militares” a ser sede de la soberanía popular. “Lo que hay -proclamó- es hijo de los que soñaron algo mejor”.

Lucía Camón, gestora cultura y promotora de la iniciativa 'Pueblos en arte', empezó rememorando que se crio en “un intento de comuna en Caspe, aunque luego no fue así”, y recordó que los dos cines de la localidad “estaban siempre llenos”, mientras que ahora queda uno y no completa el aforo.

En esos primeros años, todo estaba por hacer: “Cuando se pudo volver a hacer cosas no había referentes, había que empezar a crear”, analizó. Y puso el acento en la necesidad de conseguir que “toda esa cultura que se ha construido con dinero público” esté “para la gente”, algo que en su opinión “no es así”. “El mayor peligro –advirtió Camón– es que nos quiten las plazas, que no nos dejen hacer cosas juntos. Los teatros, los pabellones, son nuestros”.

Respecto a su aventura en el medio rural –vive en Torralba de Ribota–, recordó que tomó “embarazada” la decisión de “hacer un viaje a ir al campo”. Ahí se quedó. Y optó por un proyecto par llevar la cultura contemporánea al mundo rural. “Es y ha sido muy difícil. Lo hemos conseguido, hay más de 15 casas de cultura”, valoró, antes de dejar claro que “la cultura es un motor para evitar la despoblación”. Pero, eso sí, alertó de que “cada vez es más difícil”.

Para terminar, Luis Lles, uno de los mayores dinamizadores de la vida cultura en Huesca en las últimas décadas. Y arrancó reivindicando el año elegido para la celebración: “Las efemérides están para celebrarlas”.

“Espíritu clandestino”

Lles hizo al principio un relato cronológico de los progresos culturales, centrado en la capital altoaragonesa aunque también en conjunto de la sociedad, y puso como “germen” de lo que luego llegaría a “revistas como 'Ajoblanco' o 'Star'”, tras las que “surgieron la contracultura o el rock progresivo”. Con la muerte de Franco, todo “empieza a explotar”.

Entre 1975 y 1980, en el periodo inmediatamente posterior al fallecimiento del dictador, la cultura todavía respiró “una especie de espíritu clandestino”, la impresión de que lo que se hacía “tenía algo de ilegal”. Entonces llegaron los 80 con las fiestas populares, con el cambio de las fiestas de San Lorenzo por ejemplo, con el jazz o la música en la calle.

Y empieza “la creación de infraestructuras”. Algo que desde su punto de vista ha derivado en un “problema: ”Se han creado muchos museos pero sin actores, se ha dado alas a la industria del ladrillo“.

Como continuación a su relato, quiso rendir homenaje a Ramón Acín: “La gente que hemos creado cultura en Huesca nos consideramos hijos suyos”, dejó claro, y citó: “Crear cultura es crear una cultura de libertad”. También recordó al exalcalde Elboj, quien dobló el presupuesto en cultura y apostó por Periferias, Ocuparte, el Festival Iberia Folk, el Matadero, el Palacio de Congresos… “Fue la edad de oro”, admitió Lles sin ambages.

Para terminar, el técnico cultural se detuvo en lo sucedido con el festival Periferias, que él mismo fundó y dirigió hasta 2020: “Fue mi niño mimado”. Un hijo con el que acabó la ultraderecha. “Es lícito que un partido cambie las políticas cultura, pero no que un partido chantajee a otro y le exija que se cancele o le retira su apoyo: eso es la política inmiscuyéndose en la cultura. La política tiene que dejar tranquila a la cultura. Me parece alucinante que pasara en 2023, es un retroceso absoluto. Es una etapa dura y hay que volver a luchar por la libertad de expresión”, se explayó Luis Lles.

Un momento del evento celebrado en Teruel, bajo el título '50 años de transición justa en libertad'.

Mientras, el primero de los eventos tuvo lugar en Teruel, bajo el título '50 años de transición justa en libertad', el pasado 17 de noviembre. Moderado por el director de elDiario.es en Aragón, Luis Faci, el coloquio estuvo introducido por el subdelegado del Gobierno en Teruel, Enrique Gómez, quien recordó también la importancia de destacar la efeméride: “En estos 50 años hemos pasado de la censura a la libertad de prensa, del silencio al diálogo, de la restricción de derechos a la posibilidad de expresarnos con libertad. Esto tenemos la obligación moral y el deber de celebrarlo”.

La periodista y escritora Ángela Labordeta, hija del cantautor José Antonio Labordeta, rememoró las vivencias de sus padres al llegar a Teruel en 1965. “En ese momento era una ciudad triste, que vivía en guetos: ellos solo se relacionaban con profesores. Lo que marcó a quienes llegaron ahí desde Zaragoza o Valencia fue encontrarse con un sitio que les hacía retrotraerse en el tiempo todavía más: era un Teruel del cura, del farmacéutico, de los poderes establecidos –os que el franquismo quería–, y el resto sobraba. Llegó esta gente con un interés cultural y una reivindicación callada, y una lucha interna que iría saliendo”. Entonces Labordeta y su entorno salieron al territorio turolense y lo que encontraron fue “la miseria”. “Lo reflejó en un disco llamado Andros que se publicó en 1968 y que el franquismo secuestró. Porque eso no se podía cantar en ese momento”, relató, un ejemplo de lo que fueron aquellos años.

En realidad, lo que el cantautor y su entorno construyeron en la ciudad fue “un oasis”. “En el colegio San Pablo y en el instituto se juntó un grupo de personas que amaban la cultura y que lo inculcaron a muchos chavales, tanto de Teruel como de los pueblos de alrededor, y les enseñaron a pensar, a ser gente crítica. Eso ocurrió en Teruel entre 1965 y 1972. Mi padre decía que ahí habían conseguido ser los más libres de toda España”, analizó Ángela Labordeta, para quien, cambiando al punto de vista temporal, hoy por hoy “hay que cambiar el discurso y convencer”: “El Gobierno de coalición se está esmerando en condiciones muy complejas y espero que la ultraderecha no vuelva a gobernar: volveremos atrás y no quiero estar yo, pero sobre todo no quiero que estén mis hijas”.

Llegó el turno del historiador Gustavo Alares, quien también puso el acento en que “las democracias son ecosistemas delicados, siempre susceptibles de involución: no es teoría”. “Lo vemos en lugares no solo en Estados Unidos sino también en Europa. Las democracias no son regímenes hegemónicos ya a nivel global, sino que desde el inicio del siglo XXI hay un proceso de autocratización”, abundó.

“El franquismo fue una larga noche que se inauguró en España en el 36”, y que tuvo “una dureza muy intensa” en Teruel: “Como el propio Aragón, queda fracturado. Hay unos procesos de violencia muy intensos, y tenemos aquí al lado los Pozos de Caudé. Y en la propia ciudad de Teruel deja cicatrices, la dictadura la somete a un abandono a todos los niveles, educativo, sanitario o de infraestructuras”. Esto también tuvo efectos, desde su punto de vista, en la despoblación: “No podemos culpar al franquismo del éxodo rural, pero en una parte importante sí: sus políticas económicas y agrarias incentivaron ese proceso”.

“Abrir una cuenta bancaria” sin que lo tenga que firmar el marido

A continuación intervino la directora gerente de Dinópolis, Higinia Navarro, para quien “la democracia nos ha ayudado a una transformación socioeconómica importante para seguir avanzado. En los años ochenta, aún luchaban algunas localidades por el alumbrado o el alcantarillado. Sin la democracia no hubiera sido posible”. “También hemos alcanzado logros como que las mujeres podamos votar o ir al banco a abrir una cuenta sin que nadie nos firme nada. De esto no hace tanto tiempo. Y hay que dar a los jóvenes un discurso positivo: todos los que seguimos aquí lo estamos porque queremos, y porque creemos en le avance la provincia”.

Navarro no se olvidó de la importancia para la provincia del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE), fruto del cual se han desarrollado iniciativas como el propio Dinópolis, pero también otros “proyectos estratégicos” como el aeropuerto, Galáctica o MotorLand. “Gracias –mencionó– al apoyo del Gobierno autonómico y del central”. Un FITE que también ha hecho “que la inversión privada se haya llevado a cabo”.

El alcalde de Mora de Rubielos, Hugo Arquímedes Ríos, aportó el punto de vista de las instituciones locales. El edil comenzó con una anécdota propia: recordando cómo su padre fue a inscribirle el nombre y el cura no le dejó porque Arquímedes no tenía santo, “un poder que le había dado Franco a la Iglesia”. Ríos quiso destacar una de las “grandes facultades” que tiene la provincia: “Sus gentes”: “Personas que, te las encuentres donde te las encuentres, ofrecen esa calidez, hace que quieras participar de sus actividades”. Desde su punto de vista, esto no ha servido para “generar arraigo” en el territorio por una circunstancia: “Porque hemos creado una leyenda negra, la del mundo rural. Todo el mundo te decía que tenías que salir fuera 'para ser alguien'. Ha habido muchos años un gran incentivo para que la gente se marchara. Mi padre también fue emigrante, fue a Francia, a los altos hornos lindando con Luxemburgo y Alemania, y a la vuelta se volvió a instalar en el pueblo”.

Migrantes en Mora de Rubielos

Ríos también se detuvo en otras dos circunstancias. Por un lado, la instalación de un amplio colectivo de migrantes de la emergencia canaria en Mora de Rubielos hace algo más de un año. Un fenómeno que generó “un poco de revuelo al principio”, pero ante el que el alcalde tenía algo “claro”: “Mora es un pueblo muy receptivo, capaz de anteponer los intereses generales a los particulares. Es muy centrado en cuanto a sus ideas”. Después, poco a poco, todo fue funcionando. “Entre ellos, que se pusieron a tratar de sacar adelante su proyecto de vida, y la ayuda de los vecinos de Mora, con ganas por que esto saliera bien”, fueron dando la vuelta “a un proyecto al que parecía que era fácil ponerse en contra”. “La verdad es que siempre que hemos tenido un punto fuera de la normalidad ha sido por la mala interpretación de alguien. Yo estoy contento”, dijo como balance.

También aludió a su cargo como presidente de Agujama, red de desarrollo local de Gúdar-Javalambre, una iniciativa dentro del programa Leader que es “una forma de utilizar el dinero que llega de Europa para que el mundo rural tenga capacidad de invertir”. “Cogen y esa peluquería en un pueblecito de 100 habitantes, sin la más mínima posibilidad de que le den una ayuda para modernizar su instalación, y el grupo Leader llega hasta ahí. O donde hay una carnicería y necesitan cambiar el refrigerador. Cuanto más pequeño es el municipio, más dinero se da a fondo perdido”, desgranó. “Es algo muy desconocido en la provincia –constató–. Con personal que se conoce todos los pueblos, que lo conoce todo sobre ellos”.

Para terminar, Luis Lorente, exminero en Ariño y ahora reconvertido en guía turístico sobre el pasado industrial de la localidad. “Empecé a trabajar en 1983 en un pozo minero en Ariño, donde mi padre lo había dejado cinco años antes, en 1978. En esos cinco años, la mina y la minería en interior cambió poco, pero se empezaba a ver que se podían comprar cosas, se abrieron las fronteras, los bancos prestaban dinero... Además, se ofreció a los trabajadores la posibilidad de reunirse con la empresa para mejorar las condiciones salariales, y nos dijeron que habría un convenio que estaría protegido por el Estado. ¿Se imaginan a una cuadrilla de mineros cuando les dicen que eso es posible?”, valoró.

“Ariño como ejemplo de cosas que se hacen bien”

Lorente recordó que en Ariño se puso en marcha “la primera mina de cielo abierto de lignito” del país, mediados los setenta. Aunque el polo más potente era lógicamente Andorra, “con una empresa como Endesa que llegó a tener mil nóminas”. La entrada en Europa no vino bien a los mineros, ya que “hubo que pagar un precio”. Aunque durante dos décadas se siguió sacando carbón en esa zona.

En Ariño vivían de la minería desde 1919: “De repente nos quedamos sin nada”. Sin embargo, han salido adelante: “Con el dinero que venía de Europa se construyó un balneario. Que se amplió una vez y ahora se va a ampliar de nuevo. Con dinero de todos. Ahí trabajan 50 personas. Y hay una residencia de la tercera edad con 50 personas que se va a ampliar”.

“Todos los logros se pudieron alcanzar por estar en democracia. Aunque te movilizaras en la calle, incluso cuando había que disolver la manifestación, había otra forma de hacerlo. Yo siempre le digo a mis hijos que, según con quién te juegues los cuartos, tendrás más posibilidades o no. Y con gobiernos progresistas se puede negociar mejor. Un Gobierno, por cierto, que en los últimos cinco años nos ha subido a los pensionistas un 20%. Eso hay que recordarlo una y otra vez”, manifestó.

“Ccon las ayudas de todos, con una mente abierta, con administraciones cercanas y con mucha fe, ahora en Ariño nadie habla de la minería. Podemos poner Ariño como ejemplo de cosas que se hacen bien”, resumió.

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