Qué viene tras la sentencia contra el fiscal general del Estado
La condena al fiscal general del Estado, una vez conocida la sentencia, pone en cuestión la calidad de nuestro Estado de Derecho. No se trata de un caso aislado, no es un caso más. Es la victoria de una derecha que no acepta el veredicto de las urnas y usa todo lo que tiene a su alcance para tratar de derrocar al gobierno de progreso. El que pueda hacer, que haga, que dijo Aznar. Y el Tribunal Supremo ha hecho.
Pero el asunto no acaba aquí. Todavía nos queda la decisión del Tribunal Constitucional, máximo órgano en materia de garantía de derechos fundamentales. El ya ex fiscal general tendrá que recurrir en amparo por violación de sus derechos fundamentales. Veremos qué pasa entonces. Antes, tendrá que volver a vérselas con el Tribunal Supremo en el incidente de nulidad de actuaciones, necesario para agotar la vía judicial previa y poder recurrir ante el Tribunal Constitucional. No es esperable que el Supremo rectifique.
Esperamos más del Tribunal Constitucional, porque este caso no es solo un caso. Veremos si el Estado de Derecho es capaz de corregir una situación que pone en jaque la calidad de todo nuestro edificio constitucional.
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