Crampones Caiman 2 de Simond
La firma francesa Simond nacía hacia el 1860 en Chamonix, a los pies del Mont Blanc, por lo que la vocación alpina de la compañía es irrefutable y así lo han demostrado en sus más de 150 años de historia, convirtiéndose en especialistas en material “duro” de montaña (piolets, mosquetones, crampones…), el cual se ha caracterizado siempre por unos estándares de calidad elevados.
En este caso, la empresa francesa nos lo vuelve a demostrar con los crampones Caiman 2, un tipo de producto del cual adelantamos nos reconocemos fans en Campobase. Este crampón de diez puntas semiautomático y de acero destaca por su polivalencia y ligereza, características que lo hacen más que adecuado para el 80% de las actividades que se realizan en montaña, a excepción claro está de cascadas o rutas de alpinismo muy técnicas.
Como ya hemos apuntado nos encontramos con un modelo muy “utilizable” con un concepto de uso muy amplio para ascensiones alpinas “simples”, como una subida por la normal al Aneto, o incluso al Mont Blanc por la ruta de los cuatromiles.
En primer lugar, destacar que es un crampón con un peso entorno a los 900 gramos, lo que hacen de él un producto ligero, sobre todo dada su gran robustez, lo que le sitúa al nivel de competidores como el Black Diamond Contact (un poco más ligero al ser de correas, pero mucho menos robusto) o el G10 de Grivel.
La composición de su estructura es 100% acero con una notable robustez, como ya hemos indicado, algo que nos gusta mucho ya que el ratio peso/seguridad es, a nuestro juicio, muchísimo más equilibrado que el que ofrecen otras opciones de materiales como el aluminio, el cual recomendamos para actividades muy concretas como carreras de esquí de montaña o rutas muy simples.
Ajuste y detalles
El ajuste a la bota es en semiautomático, con un encaje en la puntera en forma de Y muy preciso. Se adapta perfectamente a todo tipo de botas, desde alpinismo hasta esquí de travesía, y transmite perfectamente, y sin moverse, la “patada” al clavar el crampón. La adaptación al número de pie es mediante una barra agujereada de forma rápida y sencilla y sin ninguna complicación.
La talonera es de aluminio, con ajuste micrométrico con lo que supera en creces el ofrecido por un crampón de correas clásico. Ajuste sencillo y regulable con un dedo.
Las diez puntas con las que cuenta presentan un corte clásico. Las frontales no son intercambiables, son fijas, lo que las hace perfectas para moverse en nieve o hielo durante actividades con pendientes inferiores a 40 grados. El comportamiento de las puntas en la nieve nos ha gustado mucho, especialmente en zonas de inclinación moderada, ya que es su terreno. Son muy grandes, bastante sobredimensionadas con respecto a otros crampones, por lo que agarran mucho mejor.
Los Antiboot, recios y flexibles, vienen a la vez con un sistema de sujeción de grapas que lo fijan perfectamente.
La correa es la misma que monta la marca en todos sus crampones de calidad, pero creemos que una parte a mejorar es el tirador de afloje de la misma, el cual es muy fino y pequeño, lo que complica esta maniobra en caso de que esté congelado, algo, por otro lado, bastante normal en un crampón.
En definitiva, el Caiman 2 de Simond es, bajo nuestra opinión, el crampón perfecto todo terreno para montañeros clásicos con aspiraciones que quieren realizar actividades en lugares tan variados como el Veleta, el Elbruss o el Mont Blanc, aunque eso sí, siempre por rutas no técnicas.
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