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Blanca López, deportista: “El sóftbol tiene cabida para muchas personas independientemente de sus cualidades”

Blanca López, jugadora cántabra de sóftbol que compite con el OBB Bizkorrak en la División de Honor

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Blanca López Coniglio (Santander, 2000) afirma que no aspira a conseguir algo “más a lo grande” en el deporte. Aun así, ha alcanzado la División de Honor de Sóftbol, máxima categoría nacional de una actividad que ni siquiera cuenta con un equipo en Cantabria. La jugadora reside en esta comunidad, lo que le ha permitido experimentar las dificultades derivadas también de la inexistencia de un campo de juego. A pesar de ello, Blanca las ha ido superando una por una, a veces por casualidad y otras por decisión, pero siempre movida por amor a este deporte y por la voluntad de mejorar constantemente.

Esta actitud le ha permitido obtener méritos como un primer lugar en el Campeonato de España Sub-19 o un cuarto puesto en la Copa de la Reina, aunque la deportista cántabra no empezó jugando al softbol sino a su deporte hermano, el béisbol, algo más presente en el imaginario colectivo a raíz de las películas americanas. “Digamos que es como la versión masculina [del sóftbol]” explica Blanca, que lo conoció porque iba a ver los partidos de su hermano.

Aprovechando que en las categorías inferiores niños y niñas pueden entrenar juntos, empezó a jugar con 11 años, pero al cumplir 15 “te decían que a partir de juveniles ya no podáis jugar con los chicos”. Ella los consideraba su equipo así que lo primero que se le pasó por la cabeza fue dejar de jugar. “Me parecía muy injusto que solo las chicas no pudiésemos seguir jugando. Si se supone que la desventaja la tendríamos nosotras, pues dejadnos afrontar esa desventaja como podamos ¿no?, defiende.

“Conozco casos de chicas, que no han querido jugar a sóftbol y que han seguido en béisbol, pues cada uno con su decisión. La cosa es que se te dé la oportunidad de decidir, no que te digan que tú ya no puedes”, critica la jugadora. Blanca aboga por esa “libertad” de mantener los equipos mixtos que hace el deporte más inclusivo y recalca que aunque sean muy similares, son deportes diferentes. “Igual hay algo del sóftbol que no te gusta o te compensa más jugar con tu equipo que irte a otro”. En su caso, al no poder quedarse en el equipo de béisbol y no existir uno de sóftbol en Cantabria, no le quedaba más opción que buscar en otro lugar. Fue mediante una conocida de Asturias como llegó al OBB Bizkorrak, en Orio.

En un inicio cuenta que las diferencias que más notó ella fueron la pelota, que en sóftbol es más grande por lo que “el agarre es muy diferente”, y los lanzadores. Mientras reproduce los movimientos que describe, explica que en béisbol “tiran por arriba, como cualquier persona lanzaría una pelota, pero la pitcher -lanzadora de sóftbol-, solo ella, lanza haciendo un molino hacia abajo. Es un movimiento mucho menos natural que a mí me parece súper complicado”. Blanca recuerda que al verlo le impresionó y lo atribuye a que quizá sea la diferencia más visible entre ambos deportes.

Además del estilo de juego, lo que cambiaba eran la distancia de los entrenamientos. Desde Cantabria, Blanca está a unas dos horas de Orio. “No es un montón, pero tampoco es para ir cada dos por tres”, matiza. Como su equipo entrena martes, jueves y sábados ella se desplaza el viernes por la noche, entrena el sábado por la mañana y durante la temporada, si jugaban fuera de Orio viajan ese mismo día por la tarde para “el domingo jugar, y vuelta”.

Compaginar esa rutina con los estudios es “complicado” reconoce la deportista. En momentos como la época de exámenes o la prueba de acceso a la Universidad ha renunciado a algún partido, pero normalmente acumulaba “mucho trabajo entre semana para después llevarte lo menos posible en los viajes”.

El año pasado, Blanca aprovechó sus cuatro meses de prácticas en la carrera de Magisterio para hacerlas cerca de Orio, lo que le facilitaba mucho el entrenamiento. Ahora, cursa un Máster de Dificultades en el Aprendizaje y Trastornos de la Comunicación, pero gracias a que es online le “da más pie a hacer lo que quiera, me puedo organizar yo totalmente. Ya no es que tenga que ir a estar a una clase así que me da mucha más libertad para ir y venir”, relata.

Para llevar su ritmo de vida ve una condición indispensable: “Obviamente te tiene que gustar porque no vas a hacer todo ese viaje ni todo el esfuerzo para nada, pero bueno, compensa al final”. Entiende, sin embargo, que al tener que hacer frente a estos problemas de organización “mucha gente lo pueda dejar. Tienes muchas cosas que compaginar, el deporte femenino siempre tiene menos recursos que el masculino… Es complicado, es complicado…”, repite Blanca mientras asiente con la cabeza.

No obstante, quizá una de las frases que más repite en la entrevista sea que a ella “le compensa” por lo que disfruta con el sóftbol, y esa misma sensación es la que intenta transmitirles a las niñas de las categorías sub-15 y sub-18 que ha entrenado en Orio. “Al final es algo que también han hecho conmigo, así que es como un gesto de agradecimiento hacia el club porque tú has tenido a gente entrenándote cuando tenían un montón de cosas que hacer y ahora que lo necesitan pues, si tienes un rato, por qué no vas a ir, ¿no?” se pregunta Blanca sacando a relucir su faceta de futura profesora.

Sobre todo, la jugadora cántabra insta a sus pupilas a disfrutar cuando salen al campo porque los campeonatos “cuando eres pequeño son mucho más divertidos”, asevera. Es una firme defensora de que cuando lo pasas bien jugando, “las cosas te salen mejor”. También ahora que ha alcanzado un nivel profesional mantiene esta creencia, aunque reconoce que la satisfacción es distinta porque se suma el hecho de que “quieres hacerlo bien y quieres que el equipo gane”. 

Estos deseos que manifiesta Blanca conllevan una presión añadida en los partidos, especialmente en los importantes, pero reconoce entre risas que no tiene ningún secreto para preparar la cabeza ante estas situaciones. “Creo que tener un poquito de nervios está bien porque significa que te importa”, valora la jugadora, que considera además que los beneficios del deporte en la salud mental no se diluyen al alcanzar un nivel más profesional. Desde su punto de vista, lo que pierdes por el añadido de gestionar el estrés al convertir el sóftbol en una actividad más allá del ocio, “lo ganas en otras cosas, porque competir a más nivel también te hace dar más de ti”, concluye.

La satisfacción que siente Blanca en las competiciones no proviene únicamente de la mejora deportiva, ya que cuenta con ilusión que a los dos últimos campeonatos a los que ella asistió como entrenadora fue también una chica de 13 años que jugaba en Cantabria. “Aquí compiten muy poco, porque sin campo es muy complicado, así que cuando vi que había una niña pensé en cómo ayudarla”, recuerda.

“Al ser un deporte minoritario, no sobra la gente”, una realidad generalizada que quizá se ve más acusada en la comunidad. “¿Quién se va a apuntar a un deporte en el que no puedes casi competir? Porque, claro, sin campo es muy difícil. Es de los grandes problemas, no hay niños porque no hay campo y no hay campo porque no hay suficientes fichas [de federados] para hacer un campo”, explica Blanca, en su “lucha” por la visibilidad con la que siguen peleando las federaciones de sóftbol y béisbol hoy en día.

No hay una solución simple, pero hay varias tentativas en marcha que apuntan sobre todo a enseñar este deporte a los más pequeños, ya sea mediante actividades en colegios o cursos de introducción. Resulta importante conseguir más jugadores porque Blanca López sostiene que el hecho de que “sea un deporte de equipo” es una de sus partes favoritas. Para que las relaciones funcionen, afirma que es necesario “tener confianza en que la otra persona lo va a hacer bien y estar ahí para cuando lo haga mal porque tú misma vas a cometer errores”.

Si la jugadora tuviera que explicarle a alguien que no conoce el sóftbol por qué debería intentarlo en este deporte, destacaría como una de sus mayores virtudes su versatilidad. No solo por las diferencias entre las posiciones de defensa y bateo que “hace que parezcan dos deportes dentro de uno”, sino porque “tiene cabida para muchas personas independientemente de sus cualidades. Hay nueve posiciones en el campo y puedes encontrar la tuya perfectamente”, defiende.

“¡Qué mínimo que se le dé la oportunidad de ver cómo se juega!”, añade la deportista que, mientras espera a esas personas que se arriesguen a probar suerte en esta práctica, espera seguir ligada al sóftbol. No apunta a nada en concreto y no cree que necesite tener grandes objetivos a nivel competitivo, porque para ella “con seguir mejorando yo y seguir viendo ese progreso es suficiente”.

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