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Alto Asón: donde Cantabria respira despacio

Collados del Asón

elDiario.es Cantabria

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En el extremo oriental de Cantabria, el Alto Asón se abre paso entre montañas calizas, prados húmedos y pueblos que mantienen un carácter propio. Es un territorio que ha optado por crecer sin alterar su identidad, apoyándose en la sostenibilidad y en una gestión respetuosa de sus recursos. Quien llega hasta aquí encuentra un destino que combina paisaje, historia y vida rural sin artificios.

El valle está marcado por la presencia constante del agua. El río Asón nace en una caída vertical de 70 metros que se ha convertido en uno de los iconos naturales de Cantabria. Su curso recorre la comarca entre bosques atlánticos, pastizales y pequeños núcleos de población, articulando una red de senderos y rutas que permiten descubrir el territorio a pie y sin complejidad.

El Alto Asón destaca también por su patrimonio subterráneo. El sistema del Mortillano figura entre los más extensos de Europa y las cuevas de Covalanas y Cullalvera —incluidas en la lista de Patrimonio Mundial— conservan muestras excepcionales de arte rupestre paleolítico. El yacimiento de El Mirón, donde apareció la conocida Dama Roja, aporta además una mirada directa a los primeros pobladores de la zona.

Viajar a esta comarca es descubrir un territorio que se reconoce en cada detalle y que invita a recorrerlo sin prisa. Un valle que ha sabido mantenerse fiel a sí mismo mientras avanza hacia un futuro más equilibrado y consciente

En superficie, vías ferratas, miradores naturales y caminos tradicionales facilitan un contacto directo con un entorno que ha sabido mantenerse intacto.

Un valle que no ha perdido su modo de vida

La Mancomunidad del Alto Asón —compuesta por Ampuero, Arredondo, Ramales de la Victoria, Rasines, Ruesga y Soba— conserva una forma de vida ligada al campo y a la montaña. Los ritmos son otros, y esa serenidad se percibe en la arquitectura, en las conversaciones y en la manera de recibir al visitante.

Imagen aérea del pueblo de Arredondo

En esta comarca, las tradiciones continúan vivas y la vida rural no se ha convertido en una escenografía turística. El viajero encuentra autenticidad sin artificios y la posibilidad de explorar un territorio que no ha dejado de ser el mismo.

Ecos del Asón: gastronomía vinculada al territorio

La gastronomía ocupa un lugar destacado en la identidad del valle. Para poner en valor a quienes trabajan con producto de proximidad y métodos respetuosos con el entorno, la Mancomunidad ha impulsado Ecos del Asón, un distintivo que agrupa proyectos comprometidos con la sostenibilidad y el origen local de los ingredientes.

Bajo esta marca se reúnen productores, alojamientos y establecimientos que comparten una misma visión: ofrecer una cocina honesta, basada en la estacionalidad y en los sabores propios del territorio.

Quesos artesanos, miel de brezo, carne procedente de pasto y elaboraciones tradicionales forman parte de una despensa que se ha convertido en uno de los principales reclamos para el visitante.

Mirador del río Gándara

Una comarca que avanza sin renunciar a lo esencial

El Plan de Sostenibilidad Turística del Alto Asón, financiado con fondos Next Generation EU, está permitiendo ordenar y reforzar esta estrategia. Entre sus líneas de trabajo figuran la mejora de itinerarios naturales, la digitalización de servicios turísticos y una renovación completa de la imagen institucional: nuevo logotipo, web, mapas y señalética coherentes con la identidad del territorio.

Este proceso no busca transformar el valle, sino ofrecer mejores herramientas para gestionarlo de forma responsable y facilitar una experiencia más clara y accesible para quien lo visita.

Salto del Asón en Arredondo

Un destino que mira al futuro con criterio

El Alto Asón aspira a consolidarse como referencia en turismo sostenible dentro del norte de España. Su propuesta no se basa en grandes infraestructuras, sino en la puesta en valor de lo que siempre ha tenido: paisaje, patrimonio cultural, gastronomía y un modo de vida que se conserva con naturalidad.

Viajar a esta comarca es descubrir un territorio que se reconoce en cada detalle y que invita a recorrerlo sin prisa. Un valle que ha sabido mantenerse fiel a sí mismo mientras avanza hacia un futuro más equilibrado y consciente.

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