El poeta y traductor Eugenio Castro presenta en La Vorágine 'Madrid rediviva', una carta de amor a la capital

La editorial Pepitas de calabaza acaba de publicar 'Madrid rediviva (deseo de ciudad)', el último libro de Eugenio Castro. Un ensayo experimental que, en palabras de su autor, aborda “aquello que concede la posibilidad de tener una experiencia maravillosa y no miserable de la ciudad”. El libro se presenta este viernes, a las 19.30 horas, en la librería La Vorágine de Santander, y contará con una introducción a cargo de Noé Ortega y Vicente Gutiérrez Escudero.

Eugenio Castro nació en la localidad toledana de Las Herencias en 1959. Ha publicado los libros de poemas 'Mal de confín', 'Elocuencia de lo sepulto', y 'El Gran Boscoso… es eso'. En el terreno del ensayo ha publicado 'H', 'La flor más azul del mundo', y 'Madrid rediviva'. Ha participado en libros colectivos como 'Situación de la poesía (por otros medios) a la luz del surrealismo', 'Crisis de la exterioridad', 'Las mercancías mueren, las cosas despiertan', y 'Pensar, experimentar la exterioridad'.

Es cofundador del Grupo Surrealista de Madrid y coeditor de su revista Salamandra, y desde 1979 participa de las dinámicas y actividades del Movimiento surrealista internacional y de sus publicaciones desperdigadas por el mundo. Ha traducido a Gherasim Luca, Joyce Mansour, Jan Švankmajer, Ernesto Sampaio, Marqués de Sade, Paul Éluard y, con Isabel Gómez Rodríguez, a António José Forte.

Según el editor Julián Lacalle, es una obra “a medio camino entre el ensayo, la vivencia y el diario” que “descubre un Madrid completamente diferente, ajeno a todo lo que se conoce”. Se trata del tercer ensayo de Eugenio Castro publicado en esta colección, además del libro de conversaciones con el artista conceptual Isidoro Valcárcel Medina.

Este libro recoge toda una experiencia de vida íntimamente unida a la ciudad. Eugenio Castro nos demuestra que la ciudad no ha sido perdida para la verdadera vida, y que en ella aún son posibles la rebelión y el amor, la emancipación y la verdad práctica de la poesía. Todo ello gracias a una relación pasional que se establece entre el autor y la ciudad. “Tengo un sentimiento de pertenencia a esta ciudad ya que soy poseído por ella y también yo la poseo”. A lo largo de un recorrido que va y viene durante décadas, se descubre un sedimento afectivo y una verdad poética en los que se funden la vida individual y la colectiva, la alianza del amor y la rebelión.