“Absentismo” semántico

Vaya despiste semántico, vaya desliz, vaya casualidad de confusión, vaya disparate sin mala intención (nótese el arqueo de ceja mientras escribo estas afirmaciones irónicas). La Mutua Montañesa preocupada por nuestra salud ha confundido sin querer “absentismo” —según la RAE, “[A]bstención deliberada de acudir al trabajo”— con baja laboral —eso a lo que tenemos derecho cuando nos enfermamos—.

Seguro que ha sido un problema de precipitación, o que el día que le pusieron el nombre al Observatorio, o quién sabe, quizá el experto en lengua española de la Mutua Montañesa estaba ese día con bronquitis y se vio obligado a “abstenerse” de trabajar. Aunque, cuando uno profundiza, parece que el error ha sido continuado. Dicho Observatorio insiste al denominar una baja por enfermedad como “absentismo por contingencia común”. El Observatorio del (sic) Absentismo fue presentado este pasado martes —otra casualidad— en el autodenominado como Foro de Absentismo organizado junto a CEOE-Cepyme Cantabria. ¡Vaya por Dios! El experto en el idioma español de CEOE-Cepyme también cogió una baja por enfermedad cuando le tocaba revisar el nombre del Foro que —malditas casualidades— se celebraba mientras en las calles había una respuesta casi unánime al llamamiento a huelga en el sector del metal.

Dice el informe sesudo presentado que, en Cantabria, “en los primeros cuatro meses del año se han perdido 1.400.000 jornadas laborales, de ellas, el 89% son bajas por contingencia común y el 11% por accidentes de trabajo, de lo que se deduce por cada día perdido derivado de accidente de trabajo se pierden casi 8 días por enfermedad común. Entre enero y abril de este año 11.502 trabajadores no han podido acudir cada día al trabajo por incapacidad temporal”. El juego de trileros en el informe —no comprobado por casi nadie— es potente porque si dividimos las 1.400.000 jornadas laborales 'perdidas' por el número mágico de 11.502 pérfidos trabajadores y trabajadoras (que se abstienen deliberadamente de ir a currar) que se pillaron la baja, resulta que cada uno/a faltó al trabajo 121,7 días (lo que parece complicado en los cuatro meses observados y que, si no han cambiado las reglas, suman 120 días en total).

Hay que ser justos. En Cantabria no somos originales. Mientras las instituciones públicas no utilizan el término de marras, las patronales y mutuas varias de todo el país se encargan de martillearnos con el “absentismo”. Quizá sea porque esto va de intereses privados y no de interés general.

Por eso hay que agradecer a la Mutua Montañesa que sea sincera a la hora de determinar al servicio de quien está. Explica que “el Observatorio de Absentismo Laboral surgió del compromiso social de Mutua Montañesa con el tejido empresarial de Cantabria”. ¿Salud? ¿Personas? ¿Impacto de las condiciones laborales en la salud de las personas? ¿Necesidad de cambiar las lógicas que siguen centrando la consecución de plusvalías en el trabajo del asalariado/a? No seamos ilusos. La Mutua habla de temas serios y no de tonterías de sindicatos y de los que no dejan de hablar de derechos sin pensar en las obligaciones (la ceja está arqueada de nuevo).

Yo siempre quedo fascinado ante estas operaciones semánticas que logran alterar el significado de las palabras hasta lograr que sirvan a los intereses de quien escribe. De hecho, el consejero de Educación, Sergio Silva, también trató en febrero de desviar las negociaciones con los docentes hacia el “absentismo” y, un mes después, su jefa, la presidenta de la comunidad autónoma, también se sumó a la moda en una reunión pública con los nada “absentistas” representantes de CEOE-Cepyme.

Estos giros semánticos interesados son posibles porque los medios de comunicación reproducen los comunicados de prensa sin cuestionarlos, porque la mayoría de los receptores de los mensajes cada vez utilizan un repertorio semántico más pírrico, bueno, y por la cara dura de quienes descargan los problemas en el eslabón más débil del sistema: las personas que sufren accidentes laborales o aquellas que están enfermas.

Parecería más importante divulgar que “se ha producido un aumento del 15,12% en patologías psicosociales, con especial incidencia entre el colectivo de jóvenes menores de 30 años”. Eso es un problema más allá que a la patronal le preocupe su productividad. O que en 2024 se registraron en Cantabria 6.250 accidentes en el puesto de trabajo y otros 838 in itinere, y que Cantabria sea la quinta comunidad autónoma con el mayor número de accidentes de trabajo con resultado de muerte. Pero bueno… no debe ser tan grave como el “absentismo”, así que me 'abstengo' de seguir dando la matraca.