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Represión franquista durante la infancia: “Contar nuestra historia legitima a otras personas a hacerlo y eso es reparador”

Homenaje en la fosa común de Tiraña (Asturias). | JL DE CONDAO

Rubén Alonso

Enesida García Suárez fue una de las muchas personas cuya infancia estuvo marcada por la represión franquista durante la Guerra Civil y la dictadura. En su caso, perdió a sus padres con tan solo 12 años, en 1938, fusilados junto a otros nueve hombres y dos mujeres en un pequeño pueblo de Asturias,Tiraña (Laviana), enterrados posteriormente en una fosa común de la zona.

Enesida perdió a sus padres aquel día, asesinados, como tantas otras víctimas, a manos de las tropas franquistas. Y a pesar del terror impuesto mantuvo el hilo de la memoria. Cuatro décadas más tarde, se estima que en 1977, en el mismo año que se empieza a dignificar la fosa, escribió en un cuaderno con un lenguaje sencillo y claro sus recuerdos, porque para ella aquellas atrocidades no podían quedar impunes.

“Hablo así porque llevo una herida muy grande en mi propia carne. Me mataron a mis padres y una hermana, y solo por el delito que suponían, que nunca lo llegaron a comprobar: que mis padres daban de comer a sus hermanos que estaban escondidos. Esto lo escribo después de 40 años y no recuerdo bien todos los detalles, pero sí lo suficiente para dejar claro lo que fue esa camarilla de asesinos y ladrones franquistas”, recoge su texto.

Ahora, la editorial Cambalache ha recopilado sus memorias con la colaboración de su hija Isabel García y de Yerba Segura, nieta de una amiga de Enesida, quien ha escrito un epílogo en la obra. Este viernes estarán en la librería La Vorágine de Santander, a partir de las 19.30 horas, en un acto organizado por Desmemoriados para presentar 'Mi infancia en el franquismo' y para hablar del valor del testimonio y de la trasmisión intergeneracional del trauma de las víctimas de la violencia y la represión durante la guerra y la posterior dictadura.

“Contar nuestra historia legitima a otras personas a hacerlo y eso es reparador”, asegura la editora del libro en conversación con eldiario.es. Y es que Segura explica que cuando acuden a algún punto a presentar la obra reciben, para su sorpresa, agradecimientos por hacerlo. “Como ha estado tan anestesiado todo este tema, con miedo y sumido en el olvido, solo el hecho de que nosotras vayamos y lo contemos ya despierta ese tipo de reacciones”, sostiene la también integrante de la Asociación de familiares y amigos de la fosa común de Tiraña.

“También nos hemos encontrado personas que nos decían 'qué pena tengo porque no tengo absolutamente nada de información sobre mi familia, ojalá yo tuviera un testimonio como el vuestro'”, relata. Además, Segura incide en que sus testimonios los transmiten con un “respeto y un amor profundo por nuestros muertos, sin ningún discurso revanchista”, en referencia a las críticas que desde determinados sectores, generalmente afines a la derecha, hacen de la memoria histórica.

“La derecha se equivoca”

En este sentido, considera que las polémicas sobre la memoria histórica en España “están desenfocadas” puesto que “las seguimos reproduciendo desde una lógica izquierda-derecha cuando, en realidad, la auténtica confrontación que existe es entre fascismo-democracia”. “Creo que la derecha española se equivoca profundamente al no posicionarse del lado democrático y al enarbolar y justificar, por activa o por pasiva, por acción o por omisión, los planteamientos del franquismo, y reivindicarse como heredera ideológica, política, cultural y simbólica del régimen”, subraya esta especialista en la materia.

Al mismo tiempo, cuestiona que la izquierda sea la única que reivindica la República, cuando este periodo también fue dirigido por la derecha con el gobierno de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas). “Hay ahí una confusión muy grande y estoy convencida de que mientras no seamos capaces como sociedad española de comprender que la lucha por la memoria histórica no tiene que ver con una pugna entre derecha e izquierda, sino con una reivindicación de los valores democráticos frente a los valores del fascismo seguiremos reeditando continuamente la confrontación ideológica que heredamos de la guerra y la posguerra”, afirma Segura.

Finalmente, la coeditora de la recopilación de las memorias de Enesida sostiene que le “ofende” cuando determinados políticos de la derecha española, “que además tienen menos de 40 años, por lo que han vivido en democracia, han tenido acceso a otro tipo de oportunidades educativas y no son conscientes de la responsabilidad histórica que tienen, se les llena la boca contraponiendo una supuesta ley de concordia a la actual ley de memoria histórica, que además es bastante escasa en sus pretensiones y en su dotación económica”.

“Concordia es un acto en el que dos partes en oposición deciden llegar a un acuerdo para permitir un consenso que haga posible la convivencia y todas las familias de la población represaliada, que no se posicionó con la sublevación militar, venimos 80 años haciendo ejercicios de este tipo”, reivindica Segura, incidiendo en que la Transición “fue un ejercicio de concordia”. “Que a estas alturas nos vengan a dar lecciones de concordia nos parece ofensivo y que dice muy poco de la profundidad analítica y reflexiva desde la que promulgan ese tipo de propuestas”, concluye.

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