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El Hospital Valdecilla está preparado para ampliar la UCI-COVID si fuera necesario

Personal sanitario en la UCI de Valdecilla.

Javier Fernández Rubio

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El Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander está preparado para una posible ampliación de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) destinada al tratamiento de pacientes con la COVID-19, según han informado a elDiario.es fuentes del complejo hospitalario.

Este jueves la ocupación de la UCI-COVID de Valdecilla es del 26% (24 pacientes), con todavía margen antes de alcanzar el crítico 30% que sobrepasaría su potencialidad para un tratamiento de calidad. Como ya ocurriera meses atrás, el Plan de Contingencia que tiene elaborado el hospital posibilita que Valdecilla afronte una escalada de contagios de una tercera ola con los deberes hechos y una ampliación rápida y asumible de la UCI en cuanto se requiera.

Dicha ampliación se realizará sobre una doble alternativa: la primera, utilizando la Sala de Observación de Urgencias, que ya está preparada para adaptarse como UCI. La segunda posibilidad es utilizar el Pabellón 17 que en unos días habrá concluido las obras que ha acometido para su conversión en Unidad de Cuidados Intermedia, por lo que estará dispuesto para la contingencia que se pueda dar.

La Sala de Observación de Urgencias se dotó antes de Navidad para que pudiera convertirse en UCI-COVID. Finalmente no fue necesario, pero si lo fuera en las próximas semanas se revertiría su dependencia actual de Urgencias y pasaría a constituirse para este cometido.

El Pabellón 17 prácticamente ha visto concluidas las obras para convertirse en Unidad de Cuidados Intermedios. Este es un dispositivo asistencial destinado a pacientes que, sin necesidad de ingresar en una Unidad de Cuidados Intensivos, sí que requieren de más vigilancia que en una planta hospitalaria normal. Actualmente está adscrita a Medicina Intensiva, como toda UCI, pero en cualquier momento puede convertirse en UCI-COVID, como así se asegura desde el hospital. Precisamente esta doble conversión fue la idea con que se acometieron las obras, a las que faltan detalles para que se pongan en servicio estos días.

Las previsiones de necesidades hospitalarias pueden anticiparse según evolucione la tasa de incidencia de comunidad. Esta, que es un promedio de contagios en un período de tiempo, permite saber qué necesidades habrá a posteriori a tenor de la experiencia que hay sobre la evolución que puedan tener los positivos. La tasa de incidencia evalúa la situación a siete días o a dos semanas y este último es el período de tiempo que permite a las autoridades sanitarias, y del hospital, saber qué presión hospitalaria tendrán 14 días después tanto en planta como en UCI.

Desde Navidad, la tasa de incidencia está volviendo a crecer en Cantabria, en lo que se espera sea una tercera ola. La segunda ola realmente no se 'aplanó' todo lo que se esperaba y, aunque hubo casos suficientes como para mantener un nivel de alerta alto, sí que ha dado un cierto respiro. Sin embargo, las previsiones para la segunda quincena de enero y febrero no son halagüeñas.

La presión hospitalaria tiene consecuencias inmediatas en las medidas restrictivas que se aplican a toda la población. Si se diera una sobrepresión, las autoridades sanitarias pueden aplicar medidas más restrictivas en cuanto a movilidad, toque de queda, reuniones y actividades económicas, como ya están haciendo en otros territorios limítrofes como Castilla y León.

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