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Felipe González, delegado territorial de SEO/Birdlife: “La naturaleza en las ciudades aumenta la calidad de vida”

Felipe González, presidente de SEO/Birdlife.

Claudia Sáez

12 de julio de 2021 20:36 h

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Puede que los versos de Bécquer vayan perdiendo sentido, y es que las golondrinas cada vez vienen menos a colgar sus nidos en los balcones de Cantabria. Así lo han podido constatar desde la asociación ecologista SEO/Birdlife, que ha visto un gran descenso de las pequeñas aves ligadas al campo costero, motivado tanto por “la presión agraria como por la transformación urbanística”.

La información con la que cuentan es realmente reciente, ya que acaban de terminar un proceso de censo de aves que ha llevado unos diez años, y por el que han recogido, entre otros datos, que la comunidad cuenta con 260 especies diferentes, de las cuales 164 nidifican en Cantabria. “Esto es una muestra de la diversidad de hábitats que tenemos, que reúne desde humedales y acantilados costeros hasta cumbres como las de los Picos de Europa”, explica Felipe González, delegado de la asociación en Cantabria, que recuerda que además “nos encontramos en medio de una ruta migratoria”.

Por gremio, las aves forestales y las aves de los humedales “han mejorado con el paso de los años”, y destaca el caso de las rapaces, que “han aumentado mucho su densidad, sobre todo en el caso de buitres o alimoches, lo que es una señal de que conviven bien con la ganadería”, apunta, y se alegra de que se haya producido “una baja incidencia del uso de veneno contra ellas”.

Lo mismo ocurre con las aves ligadas a zonas costeras, que se han beneficiado de los diversos proyectos de conservación, por lo que actualmente “espacios recuperados como Las Llamas o las marismas de Astillero cuentan con una enorme biodiversidad”.

Sin embargo, saltan las alarmas con las pequeñas aves ligadas al campo agrario que están disminuyendo, sobre todo en la campiña costera, como golondrinas o gorriones, lo que podría deberse a “una intensificación de los trabajos agrarios en la costa o al proceso de transformación urbanística, y hasta la expansión de los eucaliptos”, enumera el delegado de SEO.

Re-naturalizar las ciudades

Por su parte, cuenta que el parque de las Llamas de Santander ha conseguido convertirse en referente de salud ambiental a nivel nacional. Y es que es un ejemplo de cómo la conservación de pequeños fragmentos de naturaleza en las ciudades, acompañadas de una gestión adecuada, puede reducir la pérdida de biodiversidad asociada a la expansión urbanística.

Así lo han constatado los resultados del seguimiento científico de SEO/BirdLife, que ha confirmado la presencia, a lo largo de los últimos 15 años, de hasta 150 especies de aves en este parque urbano, casi una cuarta parte de las 622 especies de aves que han sido citadas en España, una cifra récord para un entorno urbano.

El estudio de la comunidad de aves a lo largo del ciclo anual se ha confirmado como un buen termómetro de la “salud ambiental” del parque, y señala a las aves como “indicador ambiental” de la zona. “Las aves son siempre un reflejo de la calidad de otros elementos como los insectos o las aguas”, indica González, y apunta a que “la naturaleza en las ciudades aumenta la calidad de vida, así como la capacidad educativa para los niños o atenuar los impactos de la contaminación en un medio urbano”, por lo que la vaguada de las Llamas sería un claro ejemplo de esa importante “renaturalización de las ciudades”.

La finalidad del parque siempre fue doble: por un lado, servir como área de esparcimiento para los ciudadanos, y por otro, conservar el humedal que ya existía, convirtiéndolo en un elemento de interés. “El parque forma parte de una colaboración que mantenemos desde hace más de 15 años con el Ayuntamiento de Santander en favor de la biodiversidad de la ciudad, con un plan de acción de parques y jardines, en espacios como éste o en La Remonta, La Vaca y Mataleñas”, indica, lugares donde se han construido hasta 20 charcas para anfibios, o se han priorizado las praderas para favorecer a los insectos polinizadores.

Tal es la importancia de estos entornos que González no quiere poner el foco solamente en la capital, sino en la labor de otros municipios como Astillero, con la recuperación de sus marismas; Noja, con la promoción también de sus marismas; o un proyecto de renaturalización del puerto de Colindres, porque “los municipios tienen un papel muy importante que jugar en la conservación”, subraya desde SEO.

La importancia de una buena planificación eólica

Después de meses de polémica, manifestaciones, y algunos cambios de opinión sobre la viabilidad de los proyectos, no cabe duda de que los parques eólicos que se pretenden construir en Cantabria seguirán trayendo cola hasta que se tome alguna decisión firme sobre su puesta en marcha o la negativa a que continúen con la tramitación.

Y es que estos “afectan a la sostenibilidad de las zonas”, dentro de las que se encuentran unas de las mayores perjudicadas: las aves. Felipe González considera que lo primero que debería haberse hecho es “una buena planificación y un buen estudio de impacto ambiental”, porque ahora “en Cantabria estamos en el peor escenario, con una avalancha de proyectos incentivados por las ayudas a las energías renovables desde los fondos europeos”, explica el delegado de la asociación ecologista, que no duda en mostrarse a favor de este tipo de energías, pero siempre y cuando “se tenga en cuenta que las zonas donde pretenden colocarse los parques son de alto valor natural”.

Desde la asociación han realizado alegaciones a todos los proyectos presentados, y asegura que “los parques eólicos son especialmente dañinos para las aves planeadoras, en especial las rapaces”, a lo que se suma una mortalidad difícil de detectar que afecta a “pequeñas aves y hasta a los murciélagos”. “Hacer una adecuada elección de las ubicaciones puede reducir los impactos ambientales de estos proyectos”, sentencia González.

Una nueva preocupación, la “contaminación difusa”

El informe ‘Ciencia LIBERA. Análisis de la contaminación difusa en los espacios naturales’ representa el primer análisis a gran escala realizado para determinar la presencia en el medio natural de este tipo de contaminación, la difusa, que se acumula a partir de abundantes fuentes de contaminación puntual, que incluyen, en un lugar preferente, a la 'basuraleza', la basura abandonada en el campo.

A partir del análisis de más de 49.000 datos extraídos de más de 2.500 muestras de agua, suelos y sedimentos, el estudio concluye que la presencia de contaminación difusa podría estar afectando al conjunto del patrimonio natural español. Se han seleccionado 140 Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad, dentro de las que se encuentra el Parque Nacional Picos de Europa o zonas costeras como el Parque Natural de Oyambre.

“Los microplásticos son los que más preocupan”, sentencia González, que lamenta que “la contaminación llegue a zonas tan naturales como los Picos de Europa”. “Desde la asociación denunciamos el abandono de estos residuos, porque hay que saber que estos plásticos se desintegran y terminan contaminando las aguas, y de ahí pasa a los organismos”, explica, con efectos en los peces, aves y todos los habitantes del territorio.

Asimismo, señala a la “turistificación de estas zonas”, porque “cuanta más gente utiliza los espacios, más posibilidad hay de que crezca esta basura”, por lo que pide “un mayor control de los espacios y aforos, así como la responsabilidad y concienciación de los ciudadanos”. Y de nuevo la situación problemática viene “de la carencia de un plan de planificación y gestión de los residuos”, concluye el delegado territorial de SEO/Birdlife.

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