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Entrevista

Julio Ibáñez, UGT Cantabria: “Sin la reforma laboral y con la normativa anterior costaría aún más llegar a final de mes”

Julio Ibáñez en el sindicato.

Blanca Sáinz

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Los sindicatos se preparan para una otoño caliente donde los trabajadores tendrán que exigir subidas salariales que contrarresten la escalada de precios. No obstante, la reforma laboral aprobada en febrero de este año sentó unas bases que según Julio Ibáñez, secretario de Empleo de UGT Cantabria, han sido positivas para afrontar la situación actual a pesar de que el problema “no se soluciona solamente con ella”. Asimismo, el ugetista ha hablado con elDiario.es sobre asuntos como los contratos fijos discontinuos y ha afirmado que, lejos de lo que se dice desde algunos sectores de la política, el empleo actual tiene más calidad que el de hace un año.

Comencemos por una pregunta general, ¿qué ha traído la reforma laboral a Cantabria?

Ha puesto en orden muchas situaciones que estaban en una especie de limbo. Cuando hay ambigüedad en la normativa siempre se perjudica a la parte más débil, y lo que ha hecho esta reforma ha sido clarificar muchos aspectos de la contratación o de la negociación colectiva que lo que hace es beneficiar a la parte más débil, que es el trabajador. Precisamente, sobre la negociación colectiva se ha introducido un equilibrio que no había desde 2012, momento en el que se desequilibró en favor de la parte empresarial.

La escalada de precios está marcando este 2022, ¿no es un poco osado decirle a la gente que ahora hay mayor calidad en el empleo cuando cada vez cuesta más llegar a final de mes? 

Lo que está claro es que sin la reforma laboral y con la normativa anterior costaría aún más llegar a final de mes. Pero si los precios suben y los salarios no lo hacen en la misma medida da igual la normativa que haya que eso no se soluciona solamente con ella. No obstante, lo que sí hace la normativa laboral es que a medio y largo plazo los salarios vayan incrementándose para poder contrarrestar los efectos de la escalada de precios, y eso es porque la reforma laboral ha equilibrado la negociación colectiva. Así todo, efectivamente, es complicado decirle a la gente que tiene más calidad en su empleo mientras los precios suben, pero sí que la tienen…

Todavía los contratos inferiores a cuatro semanas se pueden hacer de forma verbal y creo que hubiera sido bueno que todos se hiciesen por escrito obligatoriamente

¿Y en qué se nota esa mejor calidad en el empleo?

La contratación indefinida, por ejemplo, que es de lo que más hablamos, influye en muchos aspectos relacionados con la calidad de vida. El tener un contrato estable te permite acceder a una seguridad para consumir o incluso a pedir un crédito. Después, también me parece importante destacar la negociación colectiva, donde ahora prevalece el convenio sectorial sobre el de empresa. Esto es algo que los trabajadores no ven en su día a día pero, a la larga, el hecho de que una persona pueda hacer modificaciones sustanciales en su empleo es muy importante. Hasta ahora una empresa podía hacer despidos simplemente diciendo que tenía una previsión de pérdidas o que habían cambiado las condiciones, y no había mucha exigencia para cambiar estas medidas. Ahora esto está mucho más regulado incluso en las empresas pequeñas, donde antes los trabajadores estaban desprotegidos porque la negociación sectorial tenía poco peso, y valía más la negociación en la empresa. Entonces, las empresas pequeñas podían aplicar un convenio propio, y los trabajadores no tenían opción de negociar. Por el contrario, en este momento pesa más el convenio del sector y los trabajadores están más protegidos gracias a que pesa más el convenio sectorial. Eso también influye en el día a día de tu trabajo porque influye en tu formación, en que tengas permisos retribuidos o incluso en prevención de riesgos laborales que, por cierto, esperamos que esto último vaya mejorando porque, al haber más estabilidad en el empleo, las empresas y los trabajadores se implicarán más en la formación y la seguridad.

Y en el otro lado, ¿qué le falta a la reforma laboral?

Hay tres puntos que se han quedado fuera o que no han entrado como nos hubiera gustado. En tema de contratos, todavía los inferiores a cuatro semanas se pueden hacer de forma verbal y creo que hubiera sido bueno que todos se hiciesen por escrito obligatoriamente

Después, siempre se habla de las indemnizaciones por despido, de si hay que incrementarlas o no, y creo que habría que regularlo de otra manera. Habría que meterse a una reforma profunda de lo que se considera el despido improcedente, que es una figura legal que está ahí pero en algún momento habrá que revisarla.

Y, por último, echo en falta algo que había algo de la reforma de 2012 que es la tutela judicial en los procesos internos de las empresas. Cuando no hay acuerdo entre trabajadores, representación legal de los trabajadores y empresas, por ejemplo en la negociación de un ERTE o ERE, salvo en una de las modalidades del mecanismo RED, prevalece la postura de la empresa. Antes de 2012 había una tutela judicial que era quien determinaba si tenía cabida lo que decía la empresa o no, y eso no se ha recuperado.

La EPA del segundo trimestre ha alcanzado una cifra de empleados que no se tocaba desde 2009 con un 81% de asalariados indefinidos. ¿Este dato irá a mejor o se estabilizará?

Cada vez el peso de la contratación indefinida tiene que ir a más porque, primero, siempre habrá más personas con contrato indefinido que temporal (aunque se hagan muchos más contratos temporales en el día a día, al final lo que se va quedando son los indefinidos y pesa). Pero claro, al haber ahora mucha más contratación indefinida, lo que veremos será que cada vez crecerá a un ritmo menos pronunciado. Así que habrá crecimiento, pero no será un crecimiento exponencial, sino sostenido y llegará un momento en el que se tenga que topar.

Ahora los contratos temporales se han convertido en fijos discontinuos, lo que les hace ganar en derechos porque les reconocen la antigüedad o tienen una indemnización superior en caso de despido

Pero el dato lo valoran positivamente…

Por supuesto. A pesar de que se dice que toda la contratación indefinida son fijos discontinuos los datos no dicen lo mismo. Sí que es cierto que los fijos discontinuos han crecido mucho en los últimos meses, en torno a un 120% comparándolo con estadísticas de años precedentes. Pero lo que se ha hecho con la contratación de los fijos discontinuos es poner en orden situaciones irregulares y personas que tenían contratos temporales con la misma empresa año tras año. Desde que se puso en marcha la reforma laboral, estos contratos temporales se han convertido en fijos discontinuos, lo que les hace ganar en derechos porque les reconocen la antigüedad, tienen una indemnización superior en caso de despido, tienen derecho de llamada preferente y por orden para incorporarse a trabajar... Y también este tipo de contrato está sustituyendo al trabajo por obra y servicio, que todavía sigue estando presente por los firmados antes del 31 de diciembre de 2021, pero en el momento en el que se vayan terminando estos trabajadores pasarán a ser fijos discontinuos o incluso fijos normales. 

Que los dos sectores que más crezcan en contratación sean la hostelería y el comercio, ¿es positivo?

Cantabria necesita un cambio de modelo productivo y eso pasa por que ganen peso sectores como la industria, la construcción o el sector primario. Además, en cuanto a los servicios, es preferible que sean servicios a empresa y no servicios personales. Es decir, servicios de consultoría, asesoría o seguros. Esto es lo que hay en países o ciudades con mucho tirón económico. Y, por el contrario, lo que ocurre en Cantabria es que tenemos un sector servicios muy enfocado a los servicios personales como la hostelería o el comercio, que tienen poco valor añadido y baja productividad. Hay que cambiar ese modelo porque el empleo que da no es de mucha calidad. Sin embargo, ahora ha mejorado porque está creciendo mucho la contratación indefinida, aunque tiene sentido porque es uno de los sectores donde más caos había, y ya se está poniendo en orden. 

Pero más allá de eso, el turismo está sujeto a que haga buen tiempo, a que no haya una pandemia o a que se pongan de moda otros lugares, y eso genera inestabilidad. Además, siempre se está compitiendo con bajos precios y bajos salarios, así que creo que ese no es el modelo que deberíamos seguir. No podemos tener un modelo económico donde, salvando las distancias cuantitativas, los indicadores siguen la misma tendencia en Cantabria que en Baleares con un mes de retraso. Baleares es una zona turística, es su potencial, tienen buen tiempo, tienen una industria turística muy potente, pero Cantabria tiene una tradición industrial y ganadera. Así que creo que hay que tratar de dar un viraje y en vez de estar siempre poniendo recursos destinados a potenciar estos sectores, hay que ponerlos en otros como el sector secundario. 

Estamos trabajando con el Gobierno en incentivar las jornadas completas porque creemos que la parcialidad en muchos casos es involuntaria y, además, suele afectar mucho más a las mujeres

Más de un 20% de la contratación indefinida de este verano ha sido en contratos con jornada parcial. ¿Cómo valoran ese dato? ¿No es muy alto el porcentaje?

Nos gustaría que fuesen contratos a tiempo completo. De hecho, una de las cosas que está sobre la mesa en el diálogo social en Cantabria y que estamos trabajando con el Gobierno es incentivar las jornadas completas porque creemos que la parcialidad en muchos casos es involuntaria y, además, suele afectar mucho más a las mujeres. Es una carencia que tiene también nuestro mercado de trabajo, no solo el de Cantabria, pero con esta reforma se está tendiendo a corregir esto, y a que haya cada vez más indefinidos a tiempo completo. Nosotros creemos que se necesitan medidas de acción positiva para ayudar a que las jornadas sean a tiempo completo porque, como digo, las jornadas parciales suelen afectar más a las mujeres y suelen ser en sectores ya de por sí de bajo salario y de poca productividad y poco valor añadido. No es nuestro modelo porque nosotros apostamos por empleo estable y de calidad.

Además, en casos de jornada parcial, la contratación indefinida puede llegar a ser un problema porque te ata a una empresa sin tener un sueldo que te permita vivir.

Esta parcialidad no sería un problema si fuera voluntaria. En algunos casos, hay personas que prefieren trabajar a tiempo parcial porque están estudiando o por su situación familiar. Pero en la mayoría de las ocasiones la parcialidad no es voluntaria y eso genera que la gente tenga que buscarse dos empleos o tres para llegar a fin de mes. Asimismo, se está viendo desde hace años que muchos de los accidentes in itinere se deben a este tipo de contratos a jornada parcial. La persona se desplaza de un lugar a otro para trabajar en varios sitios y se producen accidentes. Esto es otro problema añadido. 

Antes de la reforma laboral cada persona de media firmaba más de tres contratos al año y eso ha generado que la gente no acumule el tiempo suficiente como para poder cobrar una prestación

¿Por qué Cantabria tiene uno de los mayores porcentajes de España de desempleados sin prestación?

Esta es otra de las consecuencias de la anterior reforma laboral que lo que potenció fue la temporalidad y las jornadas parciales. ¿Qué es lo que ocurre? Que para cobrar una prestación por desempleo tienes que tener un tiempo de trabajo acumulado. Si tenemos en cuenta que la rotación laboral en Cantabria estaba en 3,4 puntos, o sea, que de media cada persona firmaba más de tres contratos al año, los contratos eran de muy corta duración, y eso ha generado que la gente no acumule el tiempo suficiente como para poder cobrar una prestación.

Es que aquí en 2018 hemos tenido más de un 40% de contratos de menos de siete días... En el año 2020 con los ERTE, que no se exigía un tiempo previo trabajando, se disparó y todo el mundo cobraba prestación, pero antes y después todo está igual. Hasta el 2019 hemos tenido unos años atrás en los que año tras año batíamos el récord de contratos y hemos llegado a tener más de 220.000 contratos en un año, pero claro, también aumentaba la rotación contractual. Había personas que firmaban más de 15 contratos en un año. Con este tipo de contratación teníamos inestabilidad y más desprotección social, que es lo que te decía antes que viene a poner en orden esta reforma. 

Así que lo que se pretende es que con la reforma laboral también se mejore la protección social de las personas porque los contratos van a ser más estables y más personas cobrarán la prestación por desempleo. Y no solo eso, con ese tipo de contratos de muy corta duración, e incluso en las jornadas parciales, lo que ocurre no solo afecta a la prestación por desempleo, es que las futuras pensiones de jubilación se reducen en su cuantía enormemente. Yo siempre digo que la reforma laboral de 2012 se puede considerar la primera parte de la reforma de las pensiones porque si vas a los salarios y bajas las cotizaciones, lógicamente vas a bajar las futuras pensiones, y esto como siempre afecta más a las mujeres y a los jóvenes que se incorporan más tarde al mercado de trabajo. La normativa laboral es fundamental para muchas cosas. Esto afecta a medio y a largo plazo.

Se espera un otoño caliente por el alza de precios y la crisis económica. ¿Qué papel tendrán los sindicatos en esta batalla?

Primero, concienciar a la gente de que no podemos seguir perdiendo poder adquisitivo. Segundo, ser capaces de llegar a acuerdos dentro de lo social con patronal y el Gobierno, y tercero, si esto no resulta, habrá que convencer a la gente de que la única forma de solventar esto es con movilizaciones. No sé si será un otoño caliente, pero desde luego que hay que hacerse oír y decir que los trabajadores no podemos seguir perdiendo poder adquisitivo porque una parte de la inflación se debe a los precios de la energía, pero hay otra parte donde no se tiene en cuenta la energía ni los productos no elaborados y donde ese incremento se lo está quedando alguien. Cuando el precio de la energía baje, que esperemos que baje algún día, esos precios ya no van a bajar. Por lo tanto, el beneficio va a ser aún mayor, y ese beneficio para algunos pocos va a ser un perjuicio para los trabajadores. La gente lo tiene que entender y hay que luchar por ello. Ese será nuestro papel: concienciar y negociar.

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