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Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.

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No aprenden

Javier Gallego

A nuestros políticos se les nota que no van mucho a clase. No se aprenden las lecciones de estos años de crisis. El 15M y las mareas posteriores, eso sí que ha sido un máster y no los que les regalan a algunos. Ahí aprendimos a ser más exigentes con la ética y menos tolerantes con la corrupción. Ahí también, a pedir a la prensa que hiciese el trabajo que había dejado de hacer: ser contrapoder.

El caso de los másteres es un buen manual del que los partidos podrían sacar alguna enseñanza. La dimisión de la ministra del PSOE es un triunfo de una democracia algo más sana y el fracaso de una clase política que se resiste a regenerarse. Carmen Montón dimitió acorralada, pero ni ella ni Pedro Sánchez reconocieron sus respectivos errores, al contrario, la primera se marchó hablando de injusticia y el presidente del Gobierno la despidió alabando su valentía, después de defenderla cuando era indefendible. No es valiente dimitir cuando te cogen plagiando y engañando, es que no te queda más remedio. No es un honor, es una vergüenza.

La prensa que ha destapado el escándalo, la ciudadanía que ha exigido responsabilidades, ha estado muy por delante de unos políticos que siguen tratando de escurrir el bulto y atarse al cargo. Huyen hacia delante pero van por detrás de una sociedad que, aunque despacio, cambia más rápido que sus dirigentes. Los líderes deben abrir camino, aquí cierran paso.

El siguiente en dimitir debería ser Pablo Casado, alumno aventajado en cinismo, escapismo y equilibrismo. Tiene la cara de hormigón pero el cutis deslizante. Todo le resbala y nada le afecta. Ni siquiera contribuir al descrédito de la universidad pública o al de su ya desacreditado partido. En Génova imparten doctorados en sostener la mentira y no enmendalla. Tiene los mejores maestros, unos compañeros que admiten que el chaval falsifique las notas y electores que aceptan que copie en los exámenes, si así es el número uno de la clase. De la clase social, digo.

Quizá me equivoque pero apuesto a que terminará cayendo, como antes lo hicieron Soria, Cifuentes o Montón, igual que apuesto a que Sánchez tendrá que enseñarnos su tesis, aunque la ande escondiendo. El listón está más alto y ya no basta con ir de listo, hay que serlo. Ya no basta con tener a los jueces de tu parte, como Casado puede tenerlos en el Supremo, porque el juicio público es implacable. Ahora se pilla antes a los mentirosos porque al mismo tiempo que hay una prensa con más herramientas para la propaganda y la manipulación, hay otra con más canales para vigilarles y una ciudadanía que también los tiene para fiscalizarles y pedir explicaciones.

Por ejemplo, a Pedro Sánchez y la ministra de Defensa por decir que no iban a vender armas a Arabia Saudí para matar en Yemen y hacerlo finalmente. Nada, que no aprenden. Deberían cursar un máster en democracia. Hay cada vez más gente que lo tiene.

CARNE CRUDA CUMPLE 10 AÑOS GRACIAS A SUS OYENTES.

¡A POR LA DÉCIMA!

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