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Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.

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Hospital sin médicos

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La derecha se ha quedado sin argumentos contra el estado de alarma y ha perdido munición para seguir usando la pandemia como arma contra el Gobierno. La guerra no ha terminado, pero se impone una tregua porque el PP tiene frente abierto con Vox y porque no hay nadie, excepto los ultras, que no esté a favor de una herramienta legal que ayude a frenar los contagios. 

Esta vez no hay un mando único con el que se pueda acusar al Gobierno de autoritario. Los presidentes autonómicos tienen libertad de acción para conducirse en las cuatro fases que han pactado con Moncloa. Ahora van en la misma flota y tienen el timón de su barco, lo que hace más difícil que se líen a cañonazos. Aunque sólo dure unos días, qué descanso. 

No hay mal que por bien no venga y la moción de censura ha hecho el resto. La inflamación de los ultras ha obligado a desinflamar a los de Casado. La distancia que el PP quiere marcar con Vox después de su dantesco espectáculo en el Congreso ha quemado algunas naves y ha mojado la pólvora de la batalla contra la izquierda. 

La ultraderecha se ha pegado un culatazo con la escopeta y ha dejado a Díaz Ayuso y Álvarez de Toledo fuera de juego, en mitad del fuego cruzado entre las derechas. La marquesa llamando “tirano” a Sánchez, ayer en Twitter, era una caricatura de sí misma que recordaba a Rosa Díez, y la presidenta madrileña parecía un boxeador sonado que ve doble y no sabe a quién pegar. Es la única buena noticia en estos tiempos revueltos. 

La mala es que no se han hecho las cosas bien, que los gobiernos no han tomado las medidas sanitarias que hacían falta, que les ha vuelto a superar el virus y que no aprenden. La peor noticia es que este estado de alarma no viene acompañado de más rastreadores, más atención primaria, más sanitarios, más pruebas, más medios. Nuevamente se deja todo más al control social que al control sanitario, al control policial que al médico. Más a las medidas restrictivas que a las preventivas y curativas. Parafraseando a Eskorbuto, esto es mucha policía, poca prevención. 

El descontrol de la pandemia pone de manifiesto que las comunidades no han aprovechado los meses de alivio para reforzar la Sanidad pública ni el Gobierno central ha preparado un plan nacional para contener la segunda ola. Además de los escenarios de contagio, lo que tendrían que acordar todos es la inversión en médicos, camas, medicamentos, respiradores, rastreo. Ahí es donde hay que incidir para salvar vidas, para evitar el colapso hospitalario que lleva al colapso económico. 

Se nos dijo y se nos repitió que el sistema sanitario español había fallado por años de saqueo y que era un imperativo rescatarlo. Ése es el gran pacto de Estado que debería salir de esta crisis. Salvar a la Sanidad pública. Para eso sí debería el gobierno de izquierdas imponer su mando, para controlar que están gastando en la salud de todos los fondos que les ha repartido, para dotar de más presupuesto si hace falta pero a cambio de compromisos. No gasten tanto en vigilarnos, gasten más en protegernos.

No se puede permitir lo de Madrid donde la presidenta ha gastado lo mismo en curas que en nuevos médicos de atención primaria y sólo ha contratado a 8 epidemiólogos y a ningún técnico de Salud Pública. Ayuso ha invertido 50 millones en un nuevo hospital para pandemias para el que no tiene sanitarios, en lugar de reforzar los hospitales existentes, como le pedían los especialistas. 50 millones que podría haber destinado a contratar personal o terminar centros hospitalarios a medio hacer, pero que ha preferido despilfarrar en una obra faraónica de dudosa utilidad, sólo para hacerse la foto. 

De los creadores de los aeropuertos sin aviones, llega ahora el hospital sin médicos, otro derroche propagandístico de la derecha para enriquecer a sus amigos constructores. No hay plan para llenarlo ni mucho menos para utilizarlo después de la pandemia. Esas cosas no se le preguntan a una presidenta, balbuceó ayer Ayuso cuando le pidieron explicaciones. No es mi responsabilidad saber eso, añadió al borde de un ataque de nervios. Ella sólo sabe de favorecer a sus colegas hoteleros y empresarios.

Los sanitarios no necesitan aplausos, necesitan contratos. No son héroes, son humanos. Cuando la segunda ola nos empiece a pasar por encima, no salgamos a los balcones a aplaudirles sino a pedir más medios. Ayuso se quejaba ayer de nuevo de que el Gobierno no le daba policías. No necesitamos más policía, necesitamos más medicina. No conviertan España en un hospital sin médicos.

 

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