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La fijación acentuada del PP por proteger la “libertad religiosa”

Emiliano García-Page en Semana Santa. Foto divulgada por el PP

Francisca Bravo Miranda

Febrero de 2016, el Gobierno de Castilla-La Mancha anunciaba un primer avance en los presupuestos regionales, unas líneas generales que se pactaron con Podemos. Los puntos que más reacciones generaron fueron los relacionados con la religión. Por un lado, el Gobierno se comprometió a reducir la financiación pública a la educación concertada. Por otro, tras observar lo que se destinaba en los últimos presupuestos a los servicios religiosos católicos, la Junta anunció también que instarían al Gobierno de España a suspender el Concordato con el Vaticano, que obliga a financiar con dinero público dichos servicios.

La respuesta del Partido Popular fue muy llamativa y lo sigue siendo todavía. Los dirigentes 'populares' han acusado uno a uno y en repetidas ocasiones a Emiliano García-Page de ir en contra de la libertad de los castellano-manchegos y de querer evitar que los padres pudiesen decidir dónde llevar a sus hijos al colegio. Nada más hacerse público el acurdo entre PSOE y Podemos, la portavoz del PP de Castilla-La Mancha denunciaba la “hipocresía” del presidente regional al anunciar la reducción de los presupuestos para la enseñanza concertada.

“Este es un tema gravísimo, porque afecta a 130 centros de Castilla-La Mancha, pone en cuestión el hecho de que los padres de 55.000 alumnos puedan elegir el centro y afecta también a cerca de 4.000 profesores que, o bien son de centros concertados, o son cooperativistas que forman parte de las cooperativas de muchos de los centros concertados de Castilla-La Mancha”, aseguraba la alarmada Riolobos. La portavoz también fue una de las primeras que preguntó a Page qué pasaría con los profesores de esta educación una vez estaba claro que Page sería el presidente de la Junta.

Claudia Alonso, portavoz de Educación en las Cortes, llegó a anunciar que Emiliano García-Page tenía una “obsesión radical anticlerical”, debido a la iniciativa que pretende suprimir la obligación de financiar la asistencia religiosa católica en centros sanitarios. “El único objetivo del Gobierno regional es despertar fantasmas de otras épocas que la sociedad actual tiene olvidados. En lugar de preocuparse por solucionar los problemas de la región, Page se dedica a cargar contra la Iglesia para contentar a Podemos, pero lo que realmente preocupa a la ciudadanía es que en la sanidad pública no den citas para algunas especialidades o que la economía de la región esté empezando a empeorar”, argumentaba la parlamentaria.

El discurso es muy similar: “tras el ataque a la libertad...”, señalan los dirigentes 'populares' que han llegado a insinuar que Page llegaría a impedir que un paciente pudiese recibir la extremaunción o que enfermos o mayores no puedan tener “un cura que les confiese”. Son palabras también de Claudia Alonso. Por su parte, el PSOE ha querido tocar el tema de manera más distendida, asegurando que ninguna de las acusaciones de los 'populares' son ciertas y afirmando, en todo caso, que el PSOE siempre ha respetado la libertad religiosa. 

A finales de esta semana, el secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha, José García Molina, se reunía con el arzobispo de Toledo para “hacerle ver” que se debe separar la fe y las creencias religiosas del dinero público. “Pero quizá no tanto de lo que es el dinero publico, sino de cómo entendemos lo público”, puntualizaba Molina, quien señaló que el arzobispo, Braulio Rodríguez, cree que “la religión católica debe tener mayor papel en el espacio público porque representa a mucha gente”.

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