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Ciudad Real, la “Pompeya Paleobotánica” que busca convertirse en geoparque

Centro de Interpretación del Volcán Cerro Gordo en Granátula de Calatrava (Ciudad Real)

Carmen Bachiller

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Que la UNESCO reconozca como geoparque a la extensa zona volcánica bajo el suelo de Ciudad Real es el objetivo que se ha marcado la Diputación Provincial con el proyecto ‘Geoparque Volcanes de Calatrava. Ciudad Real’ que pretende implicar a 41 municipios y 39 grupos de acción local en un territorio de algo más de 4.000 kilómetros cuadrados.

En el proyecto se lleva trabajando desde el año 2019. Fue entonces cuando el presidente de la Diputación Provincial, José Manuel Caballero, propuso promover la figura del geoparque como fórmula para “valorizar el patrimonio natural de la provincia a través de sus manifestaciones geológicas, pero también de su cultura, como propuesta de desarrollo rural sostenible y con el reconocimiento de la UNESCO”, señala el vicepresidente cuarto de la Institución provincial, David Triguero. 

Aunque los plazos pueden verse afectados por la pandemia, la Diputación espera que en la primavera de 2023 se dé el visto bueno a los nuevos geoparques que deberán haber presentado previamente su candidatura en 2021, bajo la coordinación de Alfonso Martín-Grande, presidente del Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona.

“La figura de geoparque no es de protección, es algo que nos están preguntando muchos municipios”, recalca David Triguero, sino que el objetivo es valorizar las manifestaciones geológicas, ambientales, culturales o turísticas que ya existen “con iniciativas que den lugar al movimiento económico en los municipios, siempre apostando por el desarrollo sostenible”.

El vicepresidente destaca el “papel fundamental” que deben jugar las empresas de ecoturismo, las de hostelería y turismo o el sector agroalimentario, entre otros.

Durante estos meses han podido conocer la experiencia de otros geoparques españoles, entre ellas la del geoparque de la comarca de Molina de Aragón y el Alto Tajo, en Guadalajara. En Ciudad Real esperan que la UNESCO pueda valorar algunos elementos diferenciadores de otros geoparques volcánicos del mundo.

El proyecto ya tiene logotipo y se está trabajando en la adhesión de los municipios al proyecto “con un criterio exclusivamente científico y técnico que ha ido delimitando en función del criterio del Foro Español de Geoparques”, señala Triguero.

El de Ciudad Real sería uno de los geoparques más grandes de España. “Lo que proponíamos al principio, unos 9.000 km2 se hacía inviable”, destaca.

Se trata de municipios dentro del ámbito administrativo del Campo de Calatrava, del Grupo de Acción Local Entreparques, del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, de Montesur, además de Ciudad Real y Puertollano.

Un comité científico compuesto por 26 expertos entre investigadores, divulgadores y expertos en geoturismo, relacionados con la investigación, el estudio y la difusión del vulcanismo de la provincia y el patrimonio natural y cultural, trabajan en el diseño de la iniciativa.

Rafael Ubaldo Gosálvez es profesor de Geografía Física en la Universidad de Castilla-La Mancha y miembro del amplio y multidisciplinar Comité Científico. “No solo hay que delimitar el espacio, sino que hay que crear un inventario de geositios”, explica, de ahí que el Comité Científico esté trabajando en una serie de fichas que reúnan toda la información.

El catálogo parte de más de 150 elementos que el investigador reconoce que “no es manejable y lo ideal será reducirlo a la mitad”. El plazo para completarlo se ha fijado en el próximo mes de febrero.

“Las fichas deberán reflejar criterios científicos, naturales y culturales, la cuestión ecológica, el uso y gestión del geoturismo y su divulgación, la accesibilidad, el uso público y privado de cada lugar y si puede o no ser visitado…”, añade Alfonso Martín-Grande, presidente del Parque Natural Valle de Alcudia y Sierra Madrona y coordinador de un proyecto que va más allá del vulcanismo.

Y es que no solo se habla de geositios, sino también de geozonas o de georutas. Por eso, en paralelo al Comité Científico trabajan el Comité Institucional con todos los ayuntamientos y el Comité Socio-Económico en el que están presentes entidades económicas, sociales, culturales, turísticas o deportivas, entre otras.

 “Este es un proyecto participativo en el que pueda opinar todo el territorio”, dice Triguero, del que destaca la necesidad de “una labor científica, pero también el aspecto didáctico y divulgativo en los centros escolares. Lo pide la UNESCO”.

Y es que si hay algo que caracteriza al ‘Proyecto Geoparque Volcanes de Calatrava. Ciudad Real’ es su “transversalidad”, subraya Alfonso Martín-Grande, quien destaca la ventaja que puede suponer “la empatía y el orgullo de la ciudadanía hacia el territorio. En todos los geoparques el proyecto se ha construido de abajo a arriba”.

Ya existe una experiencia previa que data del año 2007 aunque no llegó a cuajar. “Minas de Almadén y Arrayanes, MAYASA, el Colegio de Geólogos de España y el Ayuntamiento de Almadén suscribieron un convenio para promover un geoparque. En 2016 el Grupo de Investigación GEOVOL, de la Universidad de Castilla-La Mancha, realizó un estudio que se trasladó a la Diputación. Son antecedentes válidos”, señala el coordinador del proyecto actual.

Los plazos

Será antes del 1 de abril de 2021 cuando se espera que la propuesta esté lista para presentar ante la UNESCO, aunque David Triguero no descarta, debido a la pandemia, que el plazo se alargue hasta el 1 de julio.

Ciudad Real debe presentar el próximo año “una carta de interés con diez folios de información muy concreta y un documento de apoyo del Gobierno regional” y después se ofrecerá a la UNESCO un dossier más completo, detalla Martín-Grande.

Habrá que esperar al menos hasta 2023 para conocer el veredicto a través del Programa Internacional de Ciencias de la Tierra y Geoparques (PICGG) de la UNESCO. Antes se espera la visita de los evaluadores internacionales.

Hay un optimismo contenido. “Sabemos que muy pocos proyectos lo han conseguido a la primera. Trataremos de lograrlo y en todo caso el trabajo no sería en balde”, advierte Triguero, porque ya hay un trabajo previo en propuestas relacionadas con el geoturismo y los volcanes. La opción entonces sería la de volver a intentarlo.

Buscar la diferencia frente a los geoparques de Eifel (Alemania) y Lanzarote

Rafael Ubaldo Gosálvez explica que la provincia de Ciudad Real tiene que conseguir diferenciar su propuesta de las de otros lugares europeos similares para pasar el filtro de la UNESCO.

Por ejemplo, la que ya existe en la provincia volcánica de Eifel, en Alemania, que lleva funcionando ya 15 años y que, según Gosálvez, “se parece mucho a la nuestra”. Incluso habrá que marcar la diferencia con el geoparque volcánico de Lanzarote.

Por eso, la propuesta inicial ha ido evolucionando para incluir, además de los volcanes, otros aspectos de interés como el mercurio y las minas de Almadén o el Carbonífero de Puertollano.

Se trata de articular un argumento común para estos tres escenarios que pueda convencer a la UNESCO y, explica el investigador, “con los volcanes como eje conductor de la historia geológica del centro de España”.

De hecho, el proyecto presenta algunas novedades respecto a otros geoparques europeos que ya funcionan. “En los últimos 600 millones de años ha habido manifestaciones de vulcanismo. Eso no es habitual que ocurra en un único lugar desde el Cámbrico a la actualidad. Debemos investigarlo como científicos”, sostiene el profesor.  

La ‘Pompeya Paleobotánica’ y la mayor concentración de humedales volcánicos de la Europa continental

Las características puramente geológicas del lugar repercutieron en las sucesivas civilizaciones que habitaron la zona. El paleovulcanismo -los volcanes más antiguos en la zona- han dejado también una importante huella.

“Hemos tenido una actividad minera importante ligada a ese vulcanismo como las minas de mercurio en Almadén, las de carbón en Puertollano o la minería más reciente asociada a la extracción de puzolanas y basaltos volcánicos que se ha utilizado desde el siglo XIX para adoquinar calles en Madrid y en otras ciudades de España, para cemento o para caminos y jardinería”.

Otro de los aspectos diferenciadores, explica Rafael Ubaldo Gosálvez, lo ofrece el Campo de Calatrava “donde se registra el mayor número de humedales volcánicos de toda Europa continental”.

Pero lo notable no está solo en la cantidad, que “es abrumadora” porque hay 64 lagunas o humedales, sino en que se caracterizan por su escasa profundidad o incluso por la desaparición temporal de la lámina de agua. “La riqueza de biodiversidad de nuestras lagunas supera con creces a de los lagos estables del centro de Europa. Para encontrar algo parecido hay que irse a Turquía. Es un valor muy interesante”.

Gosálvez cree que el potencial es enorme. Uno de los ejemplos está también en el Carbonífero de Puertollano.

“¿Usted sabe que en el Jardín Botánico de Córdoba hay una sala dedicada a Puertollano conocida como la ‘Pompeya Paleobotánica’?”. El investigador explica que de la zona se extrajeron helechos gigantes, de 20 metros de altura, de la zona minera. “Los troncos fosilizados están en Córdoba”.

También hace referencia a los restos de anfibios y tiburones atrapados bajo las cenizas volcánicas que millones de años atrás nadaron en una zona entonces cubierta por el agua. “Quedaron fosilizados por las explosiones volcánicas, como ocurrió en Pompeya”.

Una tierra de volcanes que impregna también la producción de vino y aceite de oliva

El trabajo no parte de cero. Entre las muchas fortalezas de la propuesta se incluirá al Centro de Interpretación del volcán de Cerro Gordo, que ya está en funcionamiento, el Centro de Interpretación de la laguna volcánica de Pozuelo de Calatrava o el parque minero de Almadén, el Museo de las Minas de Puertollano o el sendero internacional de Los Apalaches, “el único que uniría dos geoparques de forma física a través del Camino de Guadalupe que une Calatrava con el geoparque de Las Villuercas-Ibores-Jara.

Sus promotores destacan también la apuesta del mundo empresarial por el proyecto. Es el caso de los bodegueros o de los productores de aceite de oliva en Almagro que, en los últimos años, están incorporando a sus elaboraciones y a su marca elementos relacionados con el volcanismo. O los ‘Magmitos de Poblete’, pastelillos volcánicos que también buscan su hueco como referente gastronómico de la zona.

En lo económico la Diputación financiará parte del proceso, aunque después, matiza Triguero, “todo dependerá de lo que quiera abordar cada municipio”.

Pone como ejemplo la creación de una amplia Red de Senderos ligados al geoparque o el proyecto educativo para que los estudiantes realicen rutas para conocer el patrimonio provincial. Además, está previsto realizar cursos de formación para empresas y guías de Ecoturismo o Turismo Activo a partir del próximo enero de 2021, mediante un convenio con la Universidad de Castilla-La Mancha que también está vinculada al Comité Científico.

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