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Evitar ahogamientos en niños: “La distancia siempre debe ser a un brazo de un adulto”

Imagen submarina de un niño nadando

Diana Calzado

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A pesar de que este año la situación generada por la COVID-19 ha hecho reducir aforos en piscinas y zonas de baño de Castilla-La Mancha, los ahogamientos siguen siendo una de la primeras causas de mortalidad infantil durante el verano.

Según el Informe Nacional de Ahogamientos (INA) el pasado año 440 personas fallecieron por ahogamiento en espacios acuáticos españoles. En la región se registraron 9 ahogamientos, lo que supone el 2 por ciento nacional.

Los ahogamientos suponen la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional en el mundo. La edad es un factor de riesgo importante, generalmente asociado a la inatención en la supervisión de los niños.

Petuka Hoyos es pediatra de Atención Primaria en el Centro de Salud Zona 7 de Albacete y asegura que los índices de ahogamiento más elevados corresponden a los niños de uno a cuatro años de edad, seguidos de los de cinco a nueve años.

En este sentido, “en los niños pequeños lo fundamental es la vigilancia constante por parte de un adulto. Los niños pequeños no deben ser vigilados por niños mayores ya que estos pueden despistarse y perder de vista el pequeño y se debe mantener a los pequeños a la distancia de un brazo del adulto”, asegura.

En cuanto a los niños mayores, esta pediatra asegura que “hay que hacerles ver que las imprudencias en el agua son muy peligrosas. En nuestro país la mayor parte de los ahogamientos se dan en piscinas privadas de casas unifamiliares o de parcelas. Sería aconsejable instalar una valla perimetral si hay niños pequeños en el domicilio”.

Zonas de baño

En las playas o zonas de baño naturales “hay que seguir las indicaciones de los vigilantes y respetar la indicación de no bañarse cuando no sea seguro”, asegura Hoyos.

Por tanto, continúa la pediatra, “vigilancia y educación son la base de la prevención de los ahogamientos. No perder de vista ni un segundo al niño y mantenerlo a un brazo de distancia como máximo”.

En este sentido, los expertos coinciden en que, cuanto antes aprendan a nadar, mejor. “No es una opción de ocio, sino una herramienta de seguridad esencial para evitar ahogamientos”, afirma.

Además, hay que tener especial cuidado con los flotadores, colchonetas y manguitos ya que “podrían ser elementos que pongan en peligro al niño y aumenten el riesgo de ahogamiento”, concluye esta profesional sanitaria.

Proteger, alertar y socorrer (PAS)

En el ahogamiento los segundos cuentan, la Asociación Española de Pediatría recoge que “la celeridad con la que se retira del agua a la persona que se está ahogando y la rapidez con la que se instauran las maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) son fundamentales”.

En este sentido, el adiestramiento en maniobras de RCP tanto para padres como para niños, supone una medida efectiva.

Ante un caso de posible ahogamiento, lo que recomiendan desde la Asociación Española de Pediatría es seguir la conducta P.A.S (Proteger, alertar y socorrer): proteger a la víctima llevándola a un lugar seguro, alertar a los Servicios de Emergencia, socorrer a los heridos e iniciar maniobras de RCP si se precisa.

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