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La 'maldita hemeroteca' de las camas cerradas en los años del PP

Camas en el Hospital de Guadalajara, foto oficial.

Francisca Bravo Miranda

Los medios de comunicación se hicieron eco en muchísimas ocasiones de los recortes que se llevaron a cabo a partir de 2012 en Castilla-La Mancha. Entre ellos, los que afectaron a la Sanidad fueron de los más numerosos, y en concreto, los de los cierres de camas. El sindicato de enfermería, SATSE, denunció que las consecuencias de estas medidas iban en directo detrimento de la atención que los usuarios recibirían, en especial a lo largo de periodos vacacionales, como en los meses de verano, Navidad o Semana Santa.

En julio de 2013, el sindicato denunció el cierre previsto de 900 camas, que afectaban especialmente a los hospitales ciudadrealeños y toledanos, que alcanzaban las cifras de 206 y 406 respectivamente. En Albacete, afirmaban que 112 camas dejarían de estar disponibles. y en Guadalajara, unas 100. De este modo, los profesionales afirmaban que el cierre no obedecía “sólo” a una reorganización de servicios para el mejor aprovechamiento, sino que se debía a criterios “economicistas” que no tenían en cuenta las verdaderas necesidades asistenciales.

“Es una muestra más de los recortes que en la Sanidad de Castilla-La Mancha está llevando a cabo el Gobierno regional”, destacaban. En octubre de ese mismo año, expusieron que se cerraría una veintena de camas en el Hospital Virgen del Valle en Toledo, que afectaba al servicio de geriatría y a ocho enfermeros, ocho auxiliares de enfermería y cinco celadores. En el verano de 2014, las camas que afirmaban se cerrarían durante el verano también llegaban a las 900, al igual que en el año anterior.

“El cierre de camas no puede compensar la falta de profesionales sanitarios ya que los pacientes y la necesidad de asistencia sanitaria no se van de vacaciones”, advertían. Las camas seguían cerrándose, y llevó a un “colapso” en zonas como Ciudad Real, donde debido a que había 100 camas menos disponibles, las Urgencias tenían a una treintena de pacientes esperando y había camas triplicadas en los módulos de observación. “Nada nuevo puesto que es una situación que se repite muy habitualmente y cada vez con mayor frecuencia en el hospital de Ciudad Real”, lamentaban.

Lo mismo ocurrió en Talavera de la Reina, donde denunciaron en septiembre de 2014 que un 50% de las camas disponibles estaban fuera de servicio, y en la época navideña también fueron 900 camas las que decidieron cerrarse, según los datos del sindicato. El Gobierno se despidió en el verano de 2015 con 840 camas menos en los centros sanitarios de la región. A pesar de estos números, el PP ha traído al pleno de las Cortes regionales un debate general para hablar de los cierres de las camas, en la línea de sus reiteradas denuncias del “caos sanitario” que sufre la región.

¿Y ahora, cómo está la situación?

Juan Francisco Ruiz es el secretario general de SATSE desde el verano de 2016 y recuerda las medidas “de impacto” que se tomaron en el sector de la Sanidad. “Se cerraron un montón de camas definitivas, que luego no se han podido recuperar”, asegura mientras apunta al caso específico de la quinta planta de Ciudad Real lo que también implicó la reducción de personal. “Algunas de estas camas se han ido abriendo, pero no sabemos realmente cuántas. Otras se han quedado itinerantes, pero antes la situación se aguantaba más en urgencias, los enfermos esperaban más tiempo y nunca se hizo un plan”, explica.

En este sentido, asegura que hay medidas que se han seguido repitiendo todos los años, independientes del color del Ejecutivo del momento, como en verano. “No entendemos que se deje de funcionar, es una medida que sólo quiere evitar contratar gente y creemos que se puede hacer. Cada vez que vemos estos cierres los denunciamos, pero en los últimos años es verdad que ha sido menos”, asegura Ruiz. En este sentido, asegura que los servicios que dejaron de estar disponibles mientras gobernaba el PP llegaba al millar de camas, entre las temporales y las definitivas.

Además, desde el sindicato destacan que no sólo hay más camas disponibles, sino que en el último verano se pudo ver un programa para gestionar los recursos “por primera vez”. “En la época de los recortes era todo mucho más complicado”, explica. Sin embargo, señala que debido a las “barbaridades” que se llevaron a cabo, ahora hay incluso plantas enteras que no se pueden utilizar para hospitalización. Sin embargo, afirman, todos los años deben denunciar la falta de previsión por la gripe y también que no hay recursos suficientes para hacer frente a la demanda.

“Este año es la primera vez que tenemos la sensación de que se abren más camas”, explica. Hay casos, como el de Toledo, en que se siguen saturando los servicios pero que se debe a una “cuestión de infraestructura”. “Hemos notado un cierto cambio pero falta tener un plan adaptado y que se sustituye a la gente. Para eso necesitamos una política de gastos que tenga en cuenta estas necesidades”, concluye.

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