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Natalia Menéndez: “El Festival de Almagro es un viaje artístico maravilloso”

La directora del Festival de Teatro de Almagro, Natalia Menéndez

Alicia Avilés Pozo

Una duración de 24 días y la acogida de múltiples disciplinas artísticas han convertido el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro en uno de los certámenes más importantes del mundo. Ha sabido sobrevivir a los años de crisis económica en base a la voluntad política y a mucho esfuerzo por parte de sus organizadores. Ahora está inmerso en la celebración de su 39 edición, que se prolonga hasta el 31 de julio, centrada en la conmemoración de los fallecimientos de Miguel de Cervantes y William Shakespeare, pero también en su búsqueda de un público cada vez más amplio y curioso. La directora del Festival desde el año 2010, la actriz Natalia Menéndez, artífice de las ediciones más difíciles, habla con eldiarioclm.es sobre los tesoros de la presente edición y también sobre su futuro.

¿Cómo queda reflejado Cervantes en esta 39 edición?

Hemos partido del hecho de que es un gran desconocido y que la mayoría de la gente, aunque conoce algunas obras y capítulos, no lo ha leído. Teníamos que hacer una labor de acercamiento a una persona y un autor que resulta apasionante. Fue un aventurero, tuvo varias profesiones, no le importó su cargo para vivir todo con mucha pasión y además en su vida las mujeres cumplieron un papel especial. Su obra se centra en las minorías sociales más populares, habla del pueblo gitano, se fija en el tabernero y en la fregona, y también en los viajes. Queremos mostrarlo desde el rap, el teatro, la música, la danza, la videocreación, la oralidad, la ilustración o el cómic, y todo desde la visión de 44 países (con el proyecto internacional ‘Cervantes a Voces’) y decenas de actores. Queremos mostrarlo desde la libertad y desde toda la amplitud que podamos asumir. Queremos provocar la curiosidad hacia este genio.

Tras casi cuatro décadas de Festival, ¿cuál puede considerarse actualmente el valor añadido de este certamen?

A lo largo de todas las ediciones que he dirigido he querido que otras disciplinas artísticas tuvieran su hueco teniendo en cuenta que el festival no produce, sino que se programa con lo que recibimos. Me parecía fundamental abordar todas las ramas de las artes escénicas y es una suerte que se pueda celebrar tanto a Cervantes como a Shakespeare, y además en una ciudad maravillosa. En Almagro hemos abierto ese abanico para que se vean todas las varillas posibles.

Con 100 representaciones por parte de más de medio centenar de compañías, el éxito del Festival respecto a ediciones anteriores, ¿se mide en números o en calidad?

Lo que intentamos buscar es que se plasmen las diferentes técnicas teatrales, desde la comedia del arte hasta las marionetas, pasando por todos los géneros. Cuidamos que haya una oferta posible dentro del mercado nacional e internacional para que el teatro llegue a todo tipo de personas. No tratamos al público como un genérico, sino que queremos llegar a todas las individualidades y perfiles. Y no buscamos tanto el número, sino saber qué espectáculo le puede ir mejor a cada espacio, ya que puedes hundir o ensalzar un espectáculo en función de dónde lo programes. Lo que queremos es viajar, porque el festival en realidad es un viaje artístico maravilloso.

India es el país invitado de la presente edición. ¿Dónde la encontraremos dentro del programa?

Nos hemos atrevido, gracias a la aventura de Ignacio García con una de las compañías de teatro más importantes de la India, a realizar una versión del Quijote en Khatakali (técnica teatral de danza clásica originaria de Kerala), algo que nunca ha sucedido. Se puede pensar que es una técnica muy cerrada pero queremos intentar acercarlo al público y así poder entenderlo mejor. De hecho, vamos a proponer que los espectadores puedan estar durante el tiempo de maquillaje previo, que es una forma espiritual de adentrarse en el espectáculo y que dura unas tres horas. Así haremos que el público participe en el ritual completo.

Aparte del Premio Corral de Comedias para Concha Velasco, este año se homenajea al músico José Nieto, ¿cómo se decidió ese galardón?

Siempre buscamos a personas con una vinculación artística con el festival, pero que no estén relacionadas con la autoría, la interpretación o la dirección. Consideramos que la música es un elemento fundamental, te conduce a emociones, te ayuda a comprender el texto, y José Nieto ha hecho que en obras de Miguel Narros o María Ruiz, entre otras muchas, la música haya sido fundamental.

¿Qué puede encontrar el público más joven en el Festival de Almagro?

Pues hemos conseguido algo inusual, que es que los raperos lean a Cervantes y además se han dado cuenta de que si Cervantes viviera, sería hiphopero seguro. Él tenía un concepto muy amplio de la justicia, era un hombre libre. Pero además, hay obras como ‘Rinconete y Cortadillo’ a las que pueden acudir los más jóvenes, aparte de programación concreta que es para ellos como el Licenciado Vidriera pintado y el ‘Almagro Off’. Pero hay que tener en cuenta que cada uno tiene sus gustos y valores, y todos pueden acercarse al festival y encontrar algo que les guste, tanto de Cervantes como de Shakespeare, que llega con mucha facilidad a los jóvenes. También destacan las actividades gratuitas, desde el teatro en los barrios, el ciclo de cine y un video-mapping que realizaremos al final del Festival; hasta el espectáculo ‘Songs of Lear’ o presentaciones como un disco de pop sobre Cervantes.

Con tanta programación, ¿cómo ha sobrevivido el festival a los años de crisis?

Ha habido voluntad política, en primer lugar, pero también un esfuerzo por parte de todo el equipo de dirección: una reunificación de la deuda, una insistencia permanente con los patronos, y una búsqueda de fórmulas para no reducir el equipo pero aminorar gastos, como la política de alquiler y compra técnica o la reducción de viajes. Eso ha hecho que salgamos de este atolladero, pero siempre estamos ahí en vilo porque nunca hay que dar las cosas por hechas. Es una pelea que exige mucha energía, mucha paciencia y mucha tenacidad.

El año que viene se cumplen cuatro décadas del Festival, ¿seguirá al frente del certamen?

Siempre y cuando se mantenga la propuesta que hemos realizado de aumento de fondos para esa edición especial, que se cerrará en octubre. Si no se produce ese aumento, no seguiré en la dirección. No estoy pidiendo tanto, solo un poco de oxígeno, poder contratar a más gente y compañías. No es nada excesivo.

¿Qué representa hoy en día el Festival de Almagro en el panorama teatral español?

Es un referente evidente. Quien se muestra en el festival, es mirado por todas las comunidades autónomas y por decenas de países de cuatro continentes. Estar aquí no solo procura una gira a nivel nacional sino también puede ser un trampolín, y lo ha sido, para numerosas salidas internacionales.

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