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Nos hemos acostumbrado a hacer balance anual, a realizar un arqueo positivo o negativo de aquello que a lo largo del año hemos volcado en estas páginas digitales. Ya a mediados de año hicimos arqueo de la situación, ahora toca el anual:
-Gestión en la Viceconsejería de Cultura. Comenzamos el año apuntando la necesidad de realizar profundas reformas en el organigrama administrativo de la Viceconsejería de Cultura que tiene las competencias en la materia y en los procedimientos de gestión, del despilfarro que supone alguna de sus inversiones o decisiones erróneas, que nos deben hacer pensar en otro tipo de estrategias.
Poco se ha hecho al respecto. Se sigue actuando a golpe de ocurrencia -colección Polo -, o de urgencia –especialmente en lo relacionado con las excavaciones arqueológicas o la protección del patrimonio en peligro-, cuando no de respuesta a las polémicas suscitadas tras denuncias ciudadanas sobre esto o aquello del patrimonio cultural, y, en el peor de los casos, una política de evitación de los problemas planteados. Estamos esperando que un Plan de Gestión establezca prioridades, recursos y objetivos a cumplir a corto, medio y largo plazo, y que una nueva Ley de Patrimonio Cultural actualice los objetivos y resortes legales para la gestión de nuestro patrimonio, especialmente en temas como la gestión arqueológica o los bienes culturales en peligro.
-Vega Baja. Pronto se vio que frente a la inacción que en los últimos años habían tenido las administraciones sobre la protección de las vegas toledanas, se actuaba mediante el convenio firmado por las distintas administraciones al respecto. Pronto constatamos que fue un espejismo, una ceremonia de distracción . Al poco el anuncio de una promoción inmobiliaria nos hizo ver que las administraciones siguen “mirando a Cuenca” en esta cuestión.
-Falta de actualización de los protocolos de gestión, especialmente llamativo el del Plan Especial del Casco Histórico de Toledo , y en la región, la necesidad de contar con planes de emergencia para el Patrimonio Cultural, de gestión de los Bienes muebles, los yacimientos arqueológicos, los relacionados con los parques y jardines históricos, la Antropología o la Etnografía, del Arte Contemporáneo postrado y en coma. Un último capítulo se contempla actualmente: el Patrimonio Natural como Patrimonio Cultural, donde el paisaje o el agua son elementos fundamentales a tener en cuenta en nuestra región.
-Infraestructura cultural. Ha apostado la Consejería por la realidad virtual frente al mantenimiento de las infraestructuras y los espacios gestionados bajo su tutela, la necesidad de establecer una formación no reglada dirigida a concejales de Cultura o la puesta al día de los convenios con la Iglesia Católica, entidad que detenta la mayor parte del patrimonio cultural catalogado de la región.
-Inventarios. Necesidad de realizar un inventario de bienes muebles, de vigilar y detener el expolio de bienes culturales, la necesidad de realizar definitivamente un inventario de bienes etnográficos o de prestar atención a otros que hasta ahora han sido obviados, como los que encierran los cementerios.
-Investigación. Es lo más nutrido en cuanto a la iniciativa privada, ya sea realizando congresos o ciclos de conferencias [Universidad, entidades culturales], ya sea editando volúmenes por parte de editoras. Pero, desgraciadamente, las instituciones siguen sin entender el valor estratégico de la investigación y divulgación.
-Declaraciones de BIC. Quizá el futuro está por elaborar declaraciones más transversales y con valor universal o de bienes inmateriales, por no hablar del abandono en que las administraciones tienen sus propios bienes catalogados.
-El Ayuntamiento de Toledo, en la necesaria actualización el PECH -como ya hemos indicado debe introducir cláusulas más estrictas de conservación, ser más audaz en las políticas que eviten la despoblación del Casco, extremar la vigilancia y/o denuncia en la conservación de los BIC y resolver los problemas de movilidad asociados al patrimonio y calidad de vida de los habitantes del Casco Histórico.
Como ven, luces y sombras. Esperemos que nuestra aportación haya servido en parte a que las primeras nos permitan vislumbrar el siempre proceloso camino que necesitamos transitar para que Nuestro Patrimonio ofrezca cada vez mejor aspecto.
Esperamos que los órganos de gestión en la materia (Viceconsejería de Cultura, concejalías de Cultura, diputaciones provinciales, Real Fundación de Toledo y academias, universidades, etc.) hagan también balances de lo realizado durante el año y, a partir de ello, redacten la programación sobre el año venidero que esperemos hagan mejor que el que ahora se acaba.
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