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Albacete y su “Feria de la Gente” que ya cumple 700 años

Fotografía de la feria de Albacete en la segunda mitad del siglo XX

Rodrigo Abad

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La Feria de Albacete es una de las más antiguas de España y en 2025 cumple 700 años. Se celebrará del 7 al 17 de septiembre en honor a su patrona, la Virgen de los Llanos. Sin embargo, este espacio de encuentro al que en 2024 acudieron alrededor de tres millones de personas, surgió en la Edad Media como solución de los agricultores y ganaderos para tener una fuente de ingresos mediante el comercio.

Según explica el historiador y catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha, Miguel Lucas, “nació a partir de 1325, y lo hace como todas las ferias medievales, ante la necesidad del mundo agrario de tener un lugar en el que comprar y vender sus productos, tanto de agricultura como de pastoreo”. Es el historiador medievalista, Aurelio Pretel, el que avanza que este tipo de celebración se empezó a desarrollar en el siglo XIV.

Miguel Lucas detalla, en la entrevista que ha mantenido con elDiario.es Castilla-La Mancha, que en esa época “se necesitaba de todo, tanto semillas, como aperos y es por ello que en multitud de poblaciones van a surgir este tipo de ferias”. En aquel entonces el infante Don Juan Manuel, el señor de Villena y autor de El conde Lucanor, fue el que decidió trasladar la feria a la localidad de Chinchilla, dado que poseía la propiedad de los territorios de la actual provincia de Albacete, y es así como conocemos que la festividad se celebraba en Albacete previamente.

No obstante, Albacete conseguiría décadas más tarde el título de villa y recupera oficialmente el derecho a organizar su propia feria, reforzando su identidad y su papel como lugar de encuentro comercial agrario y ganadero, pero también de artesanía.

Puesto actual de artesanía en madera en la Feria de Albacete.

En esta etapa histórica del entramado medieval, los datos son escasos, por lo que hay que esperar hasta 1542, que es cuando se empieza a tener constancia de esta feria que parece recuperada. Es un año después cuando el Concejo de Albacete señala el lugar en el que se va a ubicar la feria, que ocupará los alrededores de la calle de la Feria hasta la plaza Mayor.

Para engrandecer esta feria, los frailes del convento franciscano de Los Llanos aprovecharon la romería que celebraban en honor a su patrona, la Virgen de los Llanos, solicitando en 1683 al rey Carlos II que los días 7, 8 y 9 de septiembre, todos los interesados en vender sus mercancías durante la feria estuvieran exentos de pagar impuestos. La Feria de Albacete seguirá sufriendo modificaciones y con la llegada de Felipe V recibieron, el 10 de marzo de 1710, el privilegio oficial de celebración de lo que conocemos como la actual feria.

Plano construido para la Feria en la villa de Albacete en 1784. Grabador: Josef Giraldo. IEA.

Entre el Ayuntamiento albaceteño y los frailes del convento la tensión iba acrecentándose, de ahí que en 1783 se aprobó la construcción por parte del consistorio de un edificio oficial al final de la calle de la Feria para realizar la festividad. En este lugar está ubicada la emblemática Puerta de Hierros de acceso al recinto y que en 2024 cumplió medio siglo. Es la reminiscencia del único intento hasta la fecha de privatizar la feria allá por 1970.

“Al contrario que pasa en otros lugares que se celebra la feria en un descampado, en Albacete tenemos ese recinto ferial hecho a propósito para albergar esta cita festiva. Como si fuese un enorme caserón manchego, alberga más de seiscientos puestos de todo tipo”, detalla Miguel Lucas.

De la agricultura al ocio en la Feria de Albacete

Con el devenir de los tiempos, esta feria que surgió por razones agrarias y ganaderas comenzó a evolucionar introduciendo elementos de ocio. “En otras localidades las ferias van desapareciendo, sin embargo, en Albacete el ocio va ganando y es como llegamos hasta el momento actual. Empiezan a desarrollarse actividades culturales y ya se transforman en lo que tenemos hoy en día, con verbenas, conciertos, exposiciones y otras iniciativas”, explica Miguel Lucas.

Una de las casetas de la Feria de Albacete en 1960

“Para mí es la feria de la gente, porque vayas donde vayas a la hora que sea siempre hay gente”, expresa el historiador albaceteño. Además esta feria tiene otra particularidad. En otro tipo de festividades como Las Fallas en Valencia, o la Feria de Sevilla o de Málaga, se trata de una celebración más centrada en las personas oriundas del municipio en concreto.

Sin embargo, en Albacete es mucho más abierto, comenta el historiador. “Si vas a ferias de Andalucía como Sevilla o Málaga en el momento que no perteneces a una caseta es imposible que entres. Igual en Valencia si no formas parte de la falla. Albacete, en cambio, es una feria de la hospitalidad, totalmente abierta, porque no hay ningún requisito ni ningún pase para poder entrar a cualquier lugar”.

No solo destaca la amplia oferta cultural y musical con la que cuenta la Feria de Albacete, sino que la gastronomía también es uno de los fuertes de esta celebración. “A los levantinos les encanta venir a la feria y igual que de otras provincias. Les encantan los puestos de morcilla, chorizos, también gastronomía típica de la región, hay de todo un poco”. En el recinto ferial se ubican multitud de puestos con diferentes platos tradicionales: “Puedes tomar de todo, desde queso, sidra, un vino, tortilla de patatas y degustación de productos locales” como los gazpachos manchegos o galianos, las migas, el pisto o el lomo de orza.

Tal es la fama de la Feria de Albacete dentro y fuera de la región castellanomanchega que el 1 de septiembre de 2008 fue declarada de Interés Turístico Internacional y recibe miles de visitantes cada año.

Recinto Ferial de Albacete en la actualidad

Qué tener en cuenta si se visita la Feria de Albacete

Miguel Lucas nos explica que en la feria actual existen dos vertientes para aquellas personas que vienen a ser partícipes de la festividad. “Primeramente, son los festivales, que tienen una tradición de casi medio siglo, donde aparecen conciertos muy participativos en los que siempre se venden todas las entradas. Por ejemplo el otro día tocaron Los Pecos y llenaron”, señala. Por otro lado, cuenca que hay actividades culturales para todos los públicos, desde “obras de teatro, torneos de deporte o exposiciones de artesanía”.

Como albaceteño, ofrece también varias recomendaciones a tener en cuenta si acudimos a la feria. “Lo primero a tener en cuenta es dejar el coche fuera de la zona concurrida, coger un autobús o ir andando al recinto ferial”, dado que se trata de una zona bastante masificada y puede ser mucho más cómodo servirse de este tipo de transporte público, o ir caminando, ya que “la distancia no es muy grande”.

Señala también que de aquella feria que comenzó hace siete siglos “todavía quedan algunos retazos en los puestos de artesanía. Los hay de cencerros, garrotes y de productos regionales”.

Miguel recomienda, además, dar un paseo recorriendo “los dos redondeles que conforman el recinto ferial, uno exterior y otro interior” para situarnos, sobre todo si es la primera vez que vamos y “vivir la feria en su máximo esplendor”.

Templete del recinto ferial de la Feria de Albacete

Para los más jóvenes, además de poder disfrutar de las actividades culturales que existen, Miguel señala que suelen “acudir a las casetas donde hay más ambiente de baile y donde tomar un refrigerio, donde también se fomentan las relaciones sociales”. Miguel explica que “se trata de un ambiente muy abierto, que es el que caracteriza la Feria, donde rápidamente se hacen amistades”, por el carácter sociable de los albaceteños.

La Feria de Albacete también bebe culturalmente de las festividades de Andalucía dada su situación limítrofe, donde Miguel destaca que “en la zona de los ejidos o también llamada 'la cuerda', dentro del recinto ferial, podemos ver paseos de carruajes tirados por caballos engalanados, que recuerda a la Feria de Sevilla”. “Esta tradición de los carruajes antiguos y tradicionales viene del transporte que utilizaban antiguamente para acudir a la Feria cuando no existían taxis o transporte público”, expone el historiador albaceteño.

El programa completo de la celebración para este año 2025 puede consultarse a través de este enlace, así como recomendaciones de aparcamiento, transporte, alojamiento o traslado a las pedanías cercanas a la ciudad de Albacete.

Una feria “insostenible” para los ecologistas

El colectivo Ecologistas en Acción de Albacete critica que “asumir dos millones de kilos de residuos, apenas segregados, así como el consumo de agua y energía de tres millones de personas en una ciudad de 180.000 habitantes supone una presión e impacto ambiental desmedido”.

El colectivo argumenta que “uno de los límites más evidentes es el Recinto Ferial, que tiene un aforo determinado”. Avanzan que en él “se produce una masificación creciente y asfixiante hasta el punto de necesitar control de acceso a los redondeles durante los fines de semana”. Igualmente, señalan que el año pasado se popularizaron vídeos de “gente atascada” en diversos puntos.

Critican además que el Ayuntamiento “se ha vanagloriado no solo del récord de asistencia en la Feria de 2024, sino también del récord de generación de basura”, así como que hablen de una feria limpia cuando “a las seis de la mañana, montañas de vasos y desechos inundan el recinto”.

Fotografía de la feria de Albacete en segunda mitad del siglo XX de personas con traje regional junto a la noria

Por otro lado, creen que se deberían revisar los aspectos económicos y sociales de la feria y critican que, actualmente, se imponen las carpas de discotecas, consumo de alcohol y empleos precarios para enriquecimiento de unos pocos, frente a los productores que ofrecen venta directa y promoción de sus productos artesanos, que sería el modelo tradicional desde que se conoce la existencia de la feria.

Concluyen expresando que la feria “no necesita más promoción. Más que consumo y turismo salvaje, es alegría, folklore, reencuentros, música, diversión, escaparate de cultura y asociaciones. Se pone en riesgo el prestigio y reconocimiento por desatender su esencia”.

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