Soluciones a la hipermedicación crónica actual
“Cuando tenía 11 años tuve un accidente y me caí patinando. Desde entonces, sufro un dolor crónico que ha llegado a puntos que me ha hecho perder el conocimiento”, cuenta Carola Pérez. Compartir una historia tan personal no es gratuito, sino que sirve como base para apuntar a un fenómeno del que, a pesar de estar fuertemente extendido en España, apenas se tiene conocimiento: la hipermedicación médica. “El tratamiento que se me impuso incluía dosis directas de morfina, y de las pastillas para dormir más potentes que existen en el mercado. Apenas a los 20 años era ya adicta a sustancias químicas, que provocaron un grave trastorno en mi cuerpo y que me inducieron a la depresión e incluso me quitaron las ganas de vivir”, explica Pérez. El consumo de cannabis fue la solución que permitió a esta profesional salir adelante y hacer frente a una enfermedad crónica, incapacitable.
Así es la propuesta que propone desde la FAC Mad, un organismo que ofrece asesoramiento terapéutico para todos aquellos que no encuentran una solución en el sistema médico tradicional, y que puedan recurrir al consumo de cannabis para aliviar síntomas que van desde mareos hasta los ataques de epilepsia. “Con la ayuda del gabinete y una asesoría controlada y constante, se ha logrado mejorar el nivel de vida de pacientes epilépticos que sufrían hasta catorce ataques al día”, señala Pérez. Un tratamiento terapéutico, con dosis y modos de ingesta controlados, puede ayudar a pacientes con cáncer, metastásis avanzada, glaucoma, en la que es el único tratamiento que existe, o incluso VIH. “La importancia recae en elegir variedades con menos efectos sicotrópicos y más calmantes, que ayuden a enfocar a la persona y ayudarla a sobrellevar sus labores”, señala.
No basta sólo con esto: el tratamiento de terapias musicales, ejercicio físico, yoga y meditación, sumado al apoyo del entorno, son cruciales a la hora de enfrentarse a estas incapacidades físicas. “Pero por otro lado, se debe empezar a superar el prejuicio alrededor del cannabis”, señala Pérez. Existen medicamentos, como el spray Sativex, que apunta como un tratamiento legal, que no sólo es prácticamente inaccesible, sino que puede llegar a costar más de 500 euros el bote. Este tipo de medidas, que Pérez achaca a la influencia de las empresas farmacéuticas, impiden que los pacientes puedan acceder a un medicamento legal y que está especialmente diseñado para aliviar el malestar de los pacientes.
“La decisión debe ser de los pacientes. Cada uno debe aprender a regular sus necesidades, y saber que existen alternativas al consumo por combustión que no promueven un consumo equilibrado”, señala Carola. Para evitqar el problema del consumo excesivo, desde FAC Mad explican que la asesoría es crucial, para iniciar una campaña de consumo con descansos entre los meses y asesoría permanente. “Pero para eso es necesario que se nos deje de ver como criminales, por promover tratamientos alternativos. No sólo se impide que se extiendan estos conocimientos, sino que nosotros mismos sentimos una aprensión permanente”, finaliza Pérez.