Los economistas de Castilla y León alertan que las pymes registran un “importante retraso” en transformación digital

Las pequeñas y medianas empresas de Castilla y León registran un “importante retraso” en transformación digital, lo que merma su “crecimiento y su competitividad”, según ha señalado el director del Servicio de Estudios del Colegio de Economistas de Valladolid (Ecova), Juan Carlos de Margarida, quien ha presentado los resultados del Observatorio de Economía Digital de Castilla y León de 2022.

En concreto, De Margarida ha señalado que este “retraso” se debe a un “déficit” en formación TIC y habilidades digitales, algo que se suma a la “incertidumbre política y económica”, así como a las dificultades en el acceso a fuentes de financiación. “El escaso uso que las pymes hacen de las tecnologías, afecta su capacidad competitiva y de crecimiento en un futuro que ya es un presente”, ha defendido.

De Margarida ha defendido que la transformación digital es “clave” para la recuperación económica de Castilla y León, por lo que, como ha señalado, las pymes deben centrar sus energías en mejorar la eficiencia de los procesos productivos, así como su capacidad para innovar productos y modelos de negocio.

En este sentido, el Observatorio Digital ha confirmado que “el proceso de transformación de las pymes es lento y poco homogéneo entre sectores”, por lo que “es importante” contar un marco normativo “estable y armonizado” que dote de mayor “claridad y seguridad” a las empresas para llevar a cabo una planificación estratégica.

“La digitalización da una respuesta clara ante algunos problemas existentes en Castilla y León a nivel macroeconómico: el elevado desempleo, la baja productividad o el envejecimiento y el abandono poblacional”, ha defendido De Margarida, quien ha considerado que “es determinante que la Administración Autonómica, así como las diferentes asociaciones empresariales existentes en la región, pongan el foco de atención en la solución de estas realidades con la mayor urgencia”.

Además ha considerado esencial aprovechar tanto los fondos europeos como la capacidad de actuación empresarial.

Los resultados del observatorio desvelan que la inversión realizada en Castilla y León en 2021 por empresas con más de 10 empleados en bienes TIC, fue de 52.308.790 euros, lo cual ha supuesto un incremento sobre el año anterior, que se traduce en un 3,32% más de inversión, un incremento ligeramente superior al de la media española que está situada en un 2,85%.

Este ligero ascenso de la inversión en bienes TIC al ser levemente mayor a la media del territorio nacional, ha conllevado que la región “gane competitividad” tecnológica, aunque sea sutilmente, es destacable después del descenso sufrido en el 2020.

No obstante, la inversión realizada en Castilla y León en 2021 por empresas con más de 10 empleados, en servicios y consultoría tecnológica o de telecomunicaciones, fue de 38.180.630 euros, experimentando por segundo año consecutivo una bajada, ahora de un -19,09% desde los 47.191.710 euros de inversión en bienes tecnológicos de 2020.

Como ha destacado, año a año la inversión global TIC fue incrementando hasta 2019, ya que en 2020 se produjo una “brusca” bajada de la inversión, que aunque en este 2021 ha experimentado un crecimiento del 5,9%, para situarse en los 155.838.130 euros, aún está lejos de alcanzar los 207.054.040 euros del año 2019.

Esta distribución se concreta de tal modo que bienes de Tecnologías de la Información y la Comunicación se lleva la mayor proporción de la inversión, con un 34%, le sigue a continuación con un 1% menos la inversión en software de carácter estándar o a media.

Un poco más lejos los Servicios y Consultoría TIC con un 24,5% y ya más lejano con tan sólo el 9% de la inversión la partida en ciberseguridad.

No obstante, según el informe, “muy largo continúa siendo el trecho que separa a las empresas castellanas y leonesas de menos de 10 empleados, microempresas, respecto a las pymes y grandes compañías, en cuanto a la contratación de especialistas TIC se refiere, más aun teniendo en cuenta que estas experimentan un descenso más acusado que las pymes”.

El observatorio analiza también que la práctica del teletrabajo ha promovido otros usos de internet hasta entonces no demasiado extendidos, como los accesos remotos a los dispositivos informáticos, las reuniones online y videollamadas, a lo largo de 2022 un 26,87% de las empresas de mayor tamaño, aquellas que poseen 10 o más trabajadores, han permitido la realización de teletrabajo por parte de éstos.

Este dato, si bien a priori “pueda parecer bueno”, ya que manifiesta la adaptación de las empresas de Castilla y León ante una contingencia como fue la pandemia, denota que, en cuanto ha sido posible, se ha vuelto a la presencia en el lugar de trabajo, puesto que el teletrabajo ha descendido en un -36,05% en la región, algo que se ha producido en todas las CCAA, aunque la media española se sitúa en el 39,66% y desciende en menor medida que la de Castilla y León, con un -21,76%.